El l¨ªder independentista escoc¨¦s elude las comparaciones con Catalu?a
Salmond destaca el esp¨ªritu de consenso del proceso para el refer¨¦ndum
Los independentistas escoceses cerraron este s¨¢bado su ¨²ltimo congreso antes del refer¨¦ndum del 18 de septiembre present¨¢ndose como la fuerza del optimismo y la inclusi¨®n frente al negativismo de la campa?a del no. Pero tambi¨¦n como una fuerza que estaba absolutamente decidida a convocar la consulta aunque no hubieran tenido la aquiescencia de Londres.
El primer mensaje lo lanz¨® el l¨ªder del Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP en sus siglas ingl¨¦s) y ministro principal del Gobierno aut¨®nomo, Alex Salmond, al cerrar el congreso de primavera del partido, en Aberdeen, capital petrolera de Escocia. Lo segundo lo hab¨ªa asegurado horas antes su n¨²mero dos, Nicola Sturgeon, en un encuentro con la prensa extranjera en el que declar¨®: ¡°Creemos que el Parlamento escoc¨¦s ten¨ªa los poderes legales para convocar un refer¨¦ndum hubiera o no habido acuerdo con el Gobierno brit¨¢nico¡±.
Como es habitual en el SNP, eludi¨® entrar a fondo en las cuestiones directamente relacionadas con el debate sobre la independencia de Catalu?a y la influencia que este puede tener en el proceso escoc¨¦s y su pertenencia a la Uni¨®n Europea.
Sin embargo, cuando le preguntaron, sin mencionar Catalu?a, si Escocia habr¨ªa convocado un refer¨¦ndum sin el acuerdo de Londres, respondi¨® que s¨ª por entender que el Parlamento escoc¨¦s tiene poder para ello. Sin embargo, a?adi¨®: ¡°Era indudablemente mejor unirnos y firmar los Acuerdos de Edimburgo, para poner las bases legales del refer¨¦ndum sin ning¨²n g¨¦nero de dudas y poder as¨ª entrar en el debate m¨¢s sustancial de por qu¨¦ queremos la independencia¡±. Como ocurri¨®.
Sturgeon elogi¨® al Gobierno del conservador brit¨¢nico David Cameron ¡°porque reconoci¨® que el pueblo escoc¨¦s ten¨ªa derecho a tomar la decisi¨®n y que ten¨ªa que dar permiso para que esa decisi¨®n se tomara de forma ordenada¡±. ¡°No hay duda de que esa era la mejor opci¨®n¡±, remach¨®.
Sobre el efecto negativo que puede tener en Escocia, y en particular en relaci¨®n a la pertenencia a la UE, el hecho de que tambi¨¦n Catalu?a quiera celebrar una consulta, respondi¨®: ¡°No, no creo que est¨¦ teniendo ning¨²n efecto en absoluto. Esa es una decisi¨®n que ha de tomar Escocia y la decisi¨®n en Catalu?a es una decisi¨®n que han de tomar los catalanes. Est¨¢ claro que, como los dos debates se est¨¢n dando al mismo tiempo, hay inter¨¦s en cada parte por saber qu¨¦ ocurre en la otra naci¨®n, pero no creo que eso est¨¦ teniendo esa influencia en absoluto¡±.
?Pero no puede la cuesti¨®n catalana condicionar la postura del Gobierno de Madrid y otros respecto a la pertenencia a la UE de una Escocia independiente? ¡°Bah... No lo creo¡±, espet¨®, algo molesta. ¡°Escocia es una naci¨®n europea, ha estado en la UE desde hace 40 a?os, podemos hacer una contribuci¨®n enorme a la UE de muchas, muchas maneras. Creo que ser¨ªa totalmente contrario a los intereses de la UE como instituci¨®n y a los intereses de los Estados miembros que Escocia sea algo distinto de la continuada pertenencia de Escocia como Estado miembro¡±, dijo Sturgeon.
Y a?adi¨®: ¡°Me parece interesante que el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores [Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo] dijera recientemente que mientras el proceso escoc¨¦s sea democr¨¢tico y consensuado, Espa?a no tiene nada que decir¡±. Unas palabras que rozan la contradicci¨®n con su aseveraci¨®n anterior de que Edimburgo habr¨ªa convocado la consulta incluso sin el consenso con Londres.
Horas despu¨¦s, en su discurso de clausura del congreso, Alex Salmond destac¨® el esp¨ªritu de consenso del proceso referendario escoc¨¦s. ¡°Estamos embarcados de mutuo acuerdo en un proceso constitucional que se decidir¨¢ en las urnas. No es un proceso ¨²nico, pero es poco habitual en este mundo, algo que tendr¨ªamos que apreciar. El refer¨¦ndum escoc¨¦s es destacado en el mundo como un ejemplo a seguir¡±, se congratul¨®.
Y, en esa l¨ªnea de consenso y de inclusi¨®n, anunci¨® que si la independencia gana el refer¨¦ndum del 18 de septiembre se formar¨¢ de inmediato ¡°un equipo Escocia¡±, un grupo negociador con miembros ¡°de todo el espectro pol¨ªtico¡± para cerrar cuanto antes el proceso de transici¨®n y pactar las numerosas y delicadas cuestiones pendientes, desde la moneda al reparto de la deuda, las extracciones de gas y petr¨®leo, etc¨¦tera. Eso s¨ª, dio la ¡°garant¨ªa a hierro y fuego¡± de que, si gana el s¨ª, nunca pactar¨¢ que siga habiendo armas nucleares en suelo escoc¨¦s.
En la recta final de la campa?a, a poco m¨¢s de cinco meses de la votaci¨®n, la t¨¢ctica del SNP es la de presentarse como adalides del optimismo, como creadores y no como destructores, un papel acaparado por campa?a del no. No solo porque lo diga la campa?a del s¨ª, sino porque, obligados en parte al negativismo porque a fin de cuentas defienden el no, desde hace unos meses los unionistas se han ido decantando cada vez m¨¢s hacia el catastrofismo. ¡°Est¨¢n haciendo la campa?a m¨¢s miserable, negativa, deprimente y absolutamente aburrida de la historia pol¨ªtica moderna¡±, celebr¨® el l¨ªder independentista.
Si Nicola Sturgeon hab¨ªa apelado la v¨ªspera a los votantes laboristas a que apoyaran el s¨ª como la mejor forma de que el laborismo pueda ejercer el poder en Escocia, Alex Salmond insisti¨® en ese llamamiento a?adi¨¦ndole un doble argumento ideol¨®gico. Por un lado, acabar con la paradoja de que los escoceses rara vez eligen a diputados conservadores en Westminster (ahora mismo solo hay uno) pero no es raro que se vean gobernados por los tories en la medida en que estos son a menudo el primer partido brit¨¢nico.
Por otro lado, y consecuencia de lo anterior, la independencia permitir¨ªa tener ¡°un Gobierno con el control sobre fiscalidad, econom¨ªa, Seguridad Social, empleo, inmigraci¨®n, los ingresos del petr¨®leo y el gas, pol¨ªtica europea y otra serie de ¨¢reas que ahora est¨¢n bajo el control de Westminster¡±. Un Gobierno, asegur¨®, del SNP, o laborista, o los dos juntos. Pero nunca conservador. Es su manera de pedir el apoyo a la independencia de los votantes laboristas.
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