La epidemia de la justicia popular
En Brasil, igual que en Argentina, proliferan las ejecuciones p¨²blicas para hacer frente a la delincuencia y la inseguridad
Las noticias sobre linchamientos abundan en los peri¨®dicos locales de cualquier Estado brasile?o, pero no aparecen en las estad¨ªsticas. Seg¨²n el C¨®digo Penal del pa¨ªs, el linchamiento no es un delito, por lo que es dif¨ªcil calcular cu¨¢ntas ejecuciones p¨²blicas, supuestamente para vengar cr¨ªmenes cometidos en las calles, se cometen, aunque al menos 10 casos se han registrado en los dos ¨²ltimos meses.
La situaci¨®n es similar a la de Argentina, que vive una ola de linchamientos desde marzo que incluso ha llevado al Papa a pronunciarse sobre la brutalidad de las escenas contra supuestos ladrones. A pesar de esa ola de venganza justiciera en el pa¨ªs vecino, Brasil es imbatible a la hora de tomarse la justicia por su mano, seg¨²n el soci¨®logo Jos¨¦ de Souza Martins, experto en el tema. "Hace tres a?os eran tres o cuatro por semana. Despu¨¦s de las manifestaciones de junio, pas¨® a un promedio de un intento diario. Ahora hay m¨¢s de uno al d¨ªa", explica.
La humillaci¨®n p¨²blica es el principio del final que, muchas veces, no termina en la comisar¨ªa, sino con la muerte. Uno de los casos m¨¢s recientes fue el de un adolescente de 17 a?os que muri¨® el pasado viernes en Serra, en el estado de Esp¨ªrito Santo (sureste de Brasil). El joven Alailton Ferreira fue golpeado por un grupo de personas que le agredieron con piedras, trozos de madera y hierro. Cuando la polic¨ªa lleg¨® al local, seg¨²n el blog Negro Belchior, de la revista Carta Capital, no se sab¨ªa bien el motivo de la paliza. Los vecinos especulaban con que el chico hab¨ªa intentado robar, abusar de un ni?o o violar a una mujer. No pudo comprobarse nada. El pasado viernes, en S?o Francisco, en Maranh?o, lincharon a un asaltante en plena calle que hab¨ªa robado bolsos, joyas y m¨®viles de los clientes de una cl¨ªnica, seg¨²n el peri¨®dico O Dia. Afortunadamente, otros vecinos impidieron que la agresi¨®n siguiera y Ferreira fue llevado a la comisar¨ªa.
"En 60 a?os, un mill¨®n de brasile?os participaron en linchamientos"
Jos¨¦ de Souza Martins es doctor en sociolog¨ªa e investiga desde hace 40 a?os los linchamientos en Brasil. Tras su ¨²ltima investigaci¨®n para el libro Linchamientos: la justicia popular en Brasil, que ser¨¢ publicado el pr¨®ximo a?o por la Editora Contexto, este profesor, ya jubilado, calcula que "en los ¨²ltimos 60 a?os, un mill¨®n de brasile?os participaron en linchamientos". En una entrevista realizada por tel¨¦fono, explic¨® algunas de las razones por las que han aumentado las acciones de ciudadanos justicieros, en su mayor¨ªa, "motivados por violaciones de ni?os e incestos", explica.
Pregunta. Los linchamientos de Argentina y lo que est¨¢ sucediendo en Brasil desde hace unos meses, sobre todo a ra¨ªz del caso del chico atado a una farola en Rio de Janeiro, ?son una bola de nieve?
Respuesta. No estoy al tanto de los casos en Argentina, pero seguramente Brasil no es un caso aislado, pasa en varias partes del mundo, como en ?frica. Sin embargo, Brasil es el pa¨ªs que m¨¢s lincha en el mundo y esto lo puedo afirmar por el material de mi investigaci¨®n. Existen linchamientos e intentos de linchamientos. El caso en R¨ªo es una modalidad de intento de linchamiento, que hace hace tres a?os se daba tres o cuatro veces por semana, pero que, despu¨¦s de las manifestaciones en junio, ha pasado a una media de un intento al d¨ªa"
P. ?A qu¨¦ se debe ese aumento? ?A un efecto imitaci¨®n, espoleado por los medios de comunicaci¨®n?
R. Las causas son varias. El linchamiento es siempre una reacci¨®n defensiva de la sociedad contra el aumento de la inseguridad y de la violencia. Aunque haya violencia y brutalidad en el linchamiento, se trata de una reacci¨®n autodefensiva, aunque sea injusta.
P. ?Y los motivos? ?Hay alg¨²n factor determinante o com¨²n?
R. Las multitudes generalmente reaccionan contra las violaciones de ni?os y los incestos. Los robos pesan menos a la hora de decidir linchar a alguien, no es que sean insignificantes, pero tres cuartas partes de los linchamientos son por cr¨ªmenes contra las personas. En mi calculo, que hice para el libro Linchamientos: la justicia popular en Brasil, es que un mill¨®n de brasile?os han participado en linchamientos en los ¨²ltimos 60 a?os.
P. ?Cu¨¢ntos de estos cr¨ªmenes quedan impunes?
R. No existe el delito de linchamiento. Por eso, es dif¨ªcil utilizar los registros policiales para saber si est¨¢ aumentando o reduciendo. Quienes se ven envueltos terminan imputados, pero existe el atenuante de crimen grupal. El C¨®digo Penal brasile?o es bastante benevolente en estos casos y raras veces la polic¨ªa consigue incriminar a alguien. Es muy dif¨ªcil identificar las personas que cometen estos actos b¨¢rbaros.
El jueves pasado, 10 de abril, un hombre logr¨® escapar de la ira de los vecinos en Campina Grande, Para¨ªba. Le pegaron despu¨¦s que la polic¨ªa le sorprendiera en su casa con dos menores, una ni?a de 12 a?os y un ni?o de 11. Seg¨²n la p¨¢gina web de noticias Para¨ªba Agora, los menores estar¨ªan siendo examinados para comprobar si hubo abusos sexuales.
Un joven de 24 a?os de Nova Crix¨¢s, Goi¨¢s, que muri¨® el 7 de abril no tuvo la misma suerte. Isa¨ªas dos Santos Novaes, con antecedentes por abusos sexuales, fue detenido por la polic¨ªa tras un supuesto hurto, despu¨¦s que corriera por el pueblo la noticia de la violaci¨®n de una ni?a de seis a?os. No hab¨ªa indicios de que ¨¦l fuera el autor de los hechos. La polic¨ªa se limit¨® a ficharle por el robo y le llevaron a un hospital para someterle a una revisi¨®n antes de que fuera a prisi¨®n. Pero a pesar de la presencia policial, centenares de vecinos invadieron el hospital y le pegaron hasta causarle la muerte, seg¨²n contaba la p¨¢gina G1. El sitio Goi¨¢s News public¨® un v¨ªdeo grabado con el m¨®vil, en el que aparecen escenas de una violencia extrema. Otro linchamiento de un sospechoso de robo en Teresina, Piau¨ª, el 8 de abril, tambi¨¦n fue grabado. Solo en la ¨²ltima semana, en YouTube se han colgado ocho v¨ªdeos de linchamientos.
En Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, un joven de 15 a?os fue golpeado por sus vecinos el pasado domingo, 5 de abril, por haber acuchillado a su hermano peque?o, de cinco, y acab¨® muerto con cinco tiros en la cabeza. Seg¨²n la polic¨ªa, el homicidio fue obra de una pandilla, motivada por venganza, lo que no quita la paliza que sufri¨® a la puerta de su casa, v¨ªctima de familiares y vecinos, seg¨²n cuenta el portal de noticias Terra.
En marzo, los cr¨ªmenes ya eran noticia. El 22, seg¨²n el Correio de Uberl?ndia, un hombre fue llevado al hospital en estado grave en Uberl?ndia, Minas Gerais, despu¨¦s de que le agrediesen los vecinos, que le acusaban de hurto. El mismo d¨ªa, la polic¨ªa logr¨® impedir un linchamiento en Macap¨¢, en Amap¨¢. Los dos sospechosos de asaltar a una adolescente fueron golpeados por los peatones que presenciaron el robo. El G1 recogi¨® testimonios y uno de ellos, el del auxiliar de servicios generales Dom¨º Marques, de 41 a?os, dec¨ªa que iban a darle una lecci¨®n "a estos tipos, porque no hay derecho que las personas suden en su trabajo para que un hombre como este venga a robarte a la luz del d¨ªa", un discurso repetido tambi¨¦n en el acto de violencia en Botafogo, Rio de Janeiro y que conmocion¨® a la sociedad. Aquel d¨ªa, un adolescente fue atado a una farola con un candado de bicicleta.
En el mismo fin de semana de los hechos en Uberl?ndia y Macap¨¢, un hombre muri¨® y dos mujeres han sido azotadas tras robar un taxi, en S?o Luis, Maranh?o. Seg¨²n informaciones del peri¨®dico O Imparcial, otros taxistas lograron ubicar el veh¨ªculo y actuaron por su cuenta, ayudados por los ciudadanos que pasaban por el local, a diez kil¨®metros del centro de la ciudad. El 26 de marzo, un sospechoso de violaci¨®n, Jeferson de Souza Ramalho, de 18 a?os, fue asesinado con palos y piedras antes de que la polic¨ªa llegara al lugar del crimen, pr¨®ximo a la Lagoa Mundua¨², en Macei¨®, Alagoas. Seg¨²n la p¨¢gina Folha do Sert?o, nadie ha sido detenido por estos hechos de venganza colectiva.
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