Buteflika y la apat¨ªa vuelven a ganar las elecciones presidenciales en Argelia
El presidente suma el 81,53% de los votos de un censo en el que se abstuvo casi el 50% El l¨ªder de la oposici¨®n Ali Benflis rechaza el resultado y denuncia un fraude masivo
El actual presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika gan¨® claramente las elecciones presidenciales de este jueves en su pa¨ªs, con el 81,53% de los votos, y por tanto iniciar¨¢, al menos, su cuarto mandato consecutivo a sus 77 a?os y claramente a¨²n convalenciente del derrame cerebral que sufri¨® hace ya un a?o y que le mantuvo ingresado 80 d¨ªas en Par¨ªs. El coste pol¨ªtico de esta situaci¨®n de apat¨ªa pol¨ªtica en Argelia no se apreci¨® tanto en los votos que recibi¨® Buteflika, apenas 3,5 puntos menos que hace un lustro, como en el porcentaje de participaci¨®n, que cay¨® 14 puntos, hasta el 51,7%. Un reflejo evidente del hast¨ªo sobre todo de la gente joven, casi la mitad de la poblaci¨®n, que vive con desgana este momento de incertidumbre que se palpa en Argelia.
La lentitud y la burocracia se notan en Argelia en muchos aspectos y se volvieron a apreciar ayer en la jornada prevista para ofrecer los resultados oficiales. Las urnas se hab¨ªan cerrado el jueves finalmente a las ocho de la tarde en muchas zonas. Esa noche, avanzada, se ofreci¨® el dato de participaci¨®n hasta las cinco de la tarde y se cifr¨® en el 51%. Los coches ya salieron por las calles de Argel para festejarlo. Pero a¨²n no se sab¨ªa oficialmente el ganador, aunque todo el mundo ya anticipaba que ser¨ªa otra vez Buteflika.
El ministro del Interior, Tayeb Belaiz, convoc¨® entonces a los medios para las diez de la ma?ana del viernes para precisar las cifras. Luego se retras¨® la cita las 14.00 horas y otra hora m¨¢s tarde y as¨ª hasta que sobre las cinco aclar¨® los n¨²meros principales de esta contienda. Buteflika gan¨® tras sumar 8.332.595 votos (81,53%) y su gran rival y excolaborador Ali Benflis qued¨® segundo con 1.244.918 sufragios (12,18). El duelo fratricida y tan caliente de los ¨²ltimos d¨ªas qued¨® matem¨¢ticamente solventado. En 2004, cuando se enfrentaron tambi¨¦n los dos, la competici¨®n fue algo m¨¢s favorable a Buteflika, que concentr¨® el 90% y Benflis se estanc¨® en el 6,4%. En 2009 Benflis no compiti¨® pero el actual presidente s¨ª y gan¨® con el 85% del censo que acudi¨® a votar.
El ministro aprovech¨® la rueda de prensa para presumir de que los argelinos hab¨ªan podido acudir a votar en libertad, casi sin incidentes y en una jornada de "transparencia y total neutralidad". Sal¨ªa as¨ª al paso, de entrada, de la gran acusaci¨®n que le formul¨® nada m¨¢s cerrrarse las urnas el candidato rival. Benflis no acept¨® bien la derrota y denunci¨® encolerizado "un fraude masivo contra la voluntad popular". Belaiz, por contra, lleg¨® a decir que Buteflija hab¨ªa traido Argelia "al octavo cielo".
Buteflika apareci¨® el jueves fuera de una de sus residencias oficiales y de su enclaustramiento para acudir a votar en persona, aunque lo hizo en una peculiar silla de ruedas. Quiso ser una imagen de normalidad, pese a que no la ofrec¨ªa desde hac¨ªa casi dos a?os, pero result¨® tambi¨¦n muy metaf¨®rica. Sigue muy enfermo aunque su aspecto no result¨® tan negativo como sintom¨¢tico. Su futuro genera incertidumbre. Como el pa¨ªs.
Buteflika se present¨® a votar a favor de su cuarto mandato en el poder en el colegio electoral de su barrio, El Bachir El Ibrahimi, en El Biar, bien arropado. El recinto hab¨ªa sido muy acordonado varias horas antes. Tambi¨¦n para los periodistas. La televisi¨®n lo retransmiti¨® en directo. Era un evento inusual. Hac¨ªa dos a?os que no se le ve¨ªa en p¨²blico, en la calle. Lleg¨® sentado en un sill¨®n de despacho habilitado con ruedas, impulsado y escoltado por dos de sus hermanos, el temido Said y Nacer, y por uno de sus sobrinos, con gafas. Se le acerc¨® a la mesa electoral y le ofrecieron varias papeletas. Se le introdujo en una cabina y luego pudo ense?ar su carn¨¦ de identidad, vot¨® y salud¨® a los informadores, con los que no habl¨®. Movi¨® sus dos brazos. No se levant¨®.
La fotograf¨ªa y el v¨ªdeo fueron inmediatamente reproducidos por los medios argelinos y acto seguido comenzaron a improvisarse por las redes sociales reconstrucciones de esa imagen, que se prest¨® a muchas chanzas, caricaturas e iron¨ªas sobre la carrera electoral o la garant¨ªa de la sucesi¨®n en el r¨¦gimen. Al margen de la oportunidad de las bromas, el debate del futuro pol¨ªtico, econ¨®mico y estrat¨¦gico del pa¨ªs pasa tambi¨¦n por lo que suceda con Buteflika a partir de este viernes. El debate sobre c¨®mo ser¨¢ su sucesi¨®n, cu¨¢ndo se pondr¨¢ en marcha y sobre qui¨¦n la encarnar¨¢ est¨¢ larvado hasta que se conozca el resultado de las urnas.
Pero esa inquietud, esa incertidumbre sobre cu¨¢ndo empezar¨¢ el futuro, provoca al mismo tiempo tensi¨®n entre las partes implicadas, los distintos poderes del sistema, y desde luego en los medios de comunicaci¨®n. Estos d¨ªas es normal leer grandes titulares con palabras como caos, violencia, aprensi¨®n y, por supuesto el gran dilema, ¡°cambio o statu quo¡±. Es cierto que la campa?a ha sido dura, y m¨¢s seg¨²n se acercaba a su final y el propio presidente se animaba a poner en juego sus muchas artes estrat¨¦gicas, pero hablar de violencia y caos parece exagerado. Por el momento.
¡°Yo no he votado, estoy a favor del boicot, me parece que Buteflika ya no es una promesa de nada y los otros, los dem¨¢s candidatos, son m¨¢s de lo mismo. Yo lo que quiero es que este pa¨ªs funcione normal, que no haya tanta burocracia, que todo no sea tan lento, que no se necesiten tantos papeles para todo¡±, es c¨®mo explica Tahar el malestar de su generaci¨®n, los m¨¢s j¨®venes, en las puertas de un mercado de un barrio popular del oeste de Argel. Hay trabajo pero demandan ¡°otro modo de vida¡±. Y en esa queja entran muchos intangibles.
La gente joven est¨¢ muy desganada. Son casi la mitad del pa¨ªs, est¨¢n muy tentados desde los poderes p¨²blicos por ayudas y subvenciones, pero encuentran pocos atractivos a su futuro, y no solo por el control y las carencias en las libertades p¨²blicas. Est¨¢n muy descre¨ªdos y eso lleva parejo el temor a la gran abstenci¨®n en estas elecciones.
El otro gran miedo es el fraude electoral. En uno de los cables conocidos de Wikileaks, un funcionario norteamericano lleg¨® a cifrar el porcentaje de fraude en las elecciones en Argelia en torno al 25% o el 30%. En estas presidenciales han estado presentes varios centenares de observadores internacionales, de la Uni¨®n Africana, de la Liga ?rabe y Global Network for Rights and Development (GNRD), una ONG independiente pero reconocida por Argelia en la que trabajan tambi¨¦n tres espa?oles de Valencia. Marta P¨¦rez Soria, Miguel Cu?at y B¨¢rbara Ruiz aseguran que sus observadores han cubierto m¨¢s de 53 colegios en la zona de Argel y que no han constatado incidencias notables.
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