Educaci¨®n de peor calidad y m¨¢s abandono entre negros e hispanos
La ONU denuncia que la discriminaci¨®n racial se da de forma constante en todas las esferas de la sociedad de EE UU El fracaso escolar lastra el progreso socioecon¨®mico de las minor¨ªas
¡°Definitivamente sigue siendo un factor esencial¡±. Ayana, una joven negra de 18 a?os que estudia Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Howard en Washington DC, naci¨® 41 a?os despu¨¦s de la sentencia del Tribunal Supremo que prohibi¨® la segregaci¨®n racial en el ¨¢mbito educativo en Estados Unidos. Pero en pleno 2014, cuando se cumple el 60 aniversario de ese fallo y el 50 de la aprobaci¨®n de la Ley de Derechos Civiles, deplora que a¨²n son bien patentes en la educaci¨®n los efectos de la discriminaci¨®n por color de piel. Y no solo all¨ª. En marzo el Comit¨¦ de Derechos Humanos de la ONU denunci¨® que, pese a los progresos alcanzados, "en la pr¨¢ctica" la discriminaci¨®n se da hoy en d¨ªa de forma constante en todas las esferas de la sociedad estadounidense.
Medio siglo despu¨¦s del fin de la vergonzosa segregaci¨®n, el racismo es mucho m¨¢s residual en EE UU, y han aumentado las oportunidades y el acceso de afroamericanos a cargos de responsabilidad -basta recordar la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca-, pero las desigualdades socioecon¨®micas entre blancos y negros se han disparado, lo que ha enquistado una discriminaci¨®n m¨¢s sutil pero a¨²n muy determinante.
La educaci¨®n, como etapa inicial en la vida, es sin duda el eslab¨®n m¨¢s definitorio. Las estad¨ªsticas revelan que, pese a que se ha expandido el acceso a la formaci¨®n, los estudiantes negros y latinos siguen en desventaja respecto a los blancos en los factores que determinan su desarrollo educativo. Y, por ende, condicionan enormemente sus oportunidades de progreso a lo largo de la vida: es m¨¢s probable que reciban una ense?anza de peor calidad, sean m¨¢s castigados y abandonen sus estudios. Y por ello, gozan de menos opciones que los blancos de acceder a la universidad y a¨²n menos a las de mayor prestigio.
Ayana, de hecho, dice haber notado sobre todo el peso racial en los procesos de aplicaci¨®n a universidades. En las colmadas mayoritariamente por estudiantes blancos, como Georgetown o Maryland, no fue aceptada, mientras s¨ª lo fue en Howard, el templo educativo afroamericano por excelencia en EE UU. La joven lo achaca a las cuotas por raza que fijan las instituciones m¨¢s prestigiosas y lamenta que el proceso no se base ¨²nicamente en la cualificaci¨®n acad¨¦mica. "Lo hace mucho m¨¢s dif¨ªcil", se queja a las puertas de su facultad.
Las cifras le dan la raz¨®n. Seg¨²n un informe de 2013, solo un 7% de los estudiantes de primer a?o en las mejores 468 universidades de EE UU eran negros en comparaci¨®n con el 75% de blancos. En consecuencia, la proporci¨®n de alumnos pertenecientes a minor¨ªas es mucho mayor en las universidades de menos reputaci¨®n. "M¨¢s negros e hispanos est¨¢n yendo a la universidad pero a una ratio m¨¢s baja que los blancos y con grandes diferencias en el tipo de instituciones", apunta por tel¨¦fono Joseph Yeado, analista de Education Trust, una organizaci¨®n en defensa de la igualdad educativa.
As¨ª, mientras en 1975 la probabilidad de que un ciudadano de color fuese licenciado universitario era del 11%, en 2013 fue del 20%; mientras la de los latinos ha pasado del 9% al 16%, seg¨²n datos de esta organizaci¨®n con sede en Washington. Pero, a su vez, la de los blancos tambi¨¦n ha aumentado en ese periodo -del 24% al 40%-, lo que mantiene la amplia brecha.
Fuera del ¨¢mbito universitario, Ayana niega, sin embargo, que la raza influyera en su educaci¨®n escolar aunque admite que depende mucho del entorno econ¨®mico. Algo en lo que coincide Philip, un estudiante de tercer a?o de Econom¨ªa en Howard, que critica que "se tienda a hacer un prototipo uniforme" de los afroamericanos.
Los expertos comparten esa tesis pero avisan de que, pese a que las disparidades socioecon¨®micas afectan profundamente, el papel de las escuelas y la planificaci¨®n gubernamental tambi¨¦n resultan primordiales. "Hay factores no escolares, como que es m¨¢s probable que los estudiantes de color crezcan en un ambiente de pobreza y tengan menos acceso a sanidad y a una buena alimentaci¨®n, as¨ª como apoyo familiar. Pero las escuelas pueden hacer mucho, pues el sistema empeora las diferencias", sostiene Natasha Ushomirsky, tambi¨¦n de Education Trust.
En este sentido, critica que los ni?os negros e hispanos tiendan a tener profesores nuevos y poco especializados, lo que lastra su aprendizaje. Por ejemplo, una cuarta parte de las escuelas de 14 a 18 a?os con mayor porcentaje de alumnos de minor¨ªas no ofrecen clases avanzadas de matem¨¢ticas, seg¨²n un estudio del Departamento de Educaci¨®n. Pero, parad¨®jicamente, en algunos colegios los ni?os de bajos recursos obtienen mejores notas que los m¨¢s acaudalados por la misma asignatura, lo que es un "gran problema" porque significa que se les exige mucho menos. Y eso no ayuda en nada a acortar la brecha. De hecho, Obama record¨® en febrero, en la presentaci¨®n de un plan para mejorar la capacidad acad¨¦mica de los afroamericanos, que el 86% de los ni?os negros de 10 a?os y el 82% de los hispanos leen por debajo del nivel adecuado para su edad, en comparaci¨®n con el 58% de los blancos.
A la baja preparaci¨®n acad¨¦mica se le une el hecho de que los estudiantes negros suelan ser castigados con mayor severidad. Seg¨²n Educaci¨®n, pese a que los alumnos negros tienen un peso del 16% en las escuelas p¨²blicas, suponen el 27% de los remitidos a las autoridades policiales y el 31% de los detenidos en los centros. Unos expedientes policiales que luego merman sus oportunidades laborales. Y en este c¨ªrculo perverso, todo ello conduce a un mayor abandono escolar. "?Por qu¨¦ los estudiantes latinos abandonan la escuela cuatro veces m¨¢s que los blancos, y los negros dos veces m¨¢s?", pregunt¨® Yuji Iwasawa, uno de los miembros del Comit¨¦ de la ONU en las recientes sesiones. A lo que la delegaci¨®n estadounidense replic¨® destacando los "esfuerzos" para combatir la disparidad y la mejora -muy ligera- en las cifras, y abogando porque los alumnos no sean enviados a sus casas por faltas menores.
En el ¨¢mbito universitario, la brecha de abandono es a¨²n m¨¢s acentuada para los negros. En las carreras de cuatro a?os, se estima que es del 37% en blancos, 48% en hispanos y 60% en negros. Adem¨¢s, cuanto m¨¢s bajo es el nivel del centro, mayor es el abandono. El experto Yeado lo atribuye a dos factores interrelacionados: el menor bagaje acad¨¦mico con el que suelen empezar la universidades y sus aprietos econ¨®micos. Los alumnos de bajos recursos tienden a tener que tomar clases de refuerzo, que les suponen un coste extra y que, por tanto, hace que tengan menos dinero -procedente en parte de las ayudas p¨²blicas que reciben- para pagar el resto de asignaturas regulares. En paralelo, esto provoca que avancen m¨¢s lentamente durante la carrera, por lo que se pueden desmotivar y optar a la postre por abandonar.
"Los estudiantes de bajos ingresos y de color sufren una combinaci¨®n de factores que desatan la tormenta perfecta", lamenta. Por ello, insta a la Administraci¨®n a aumentar la dotaci¨®n de ayudas y a los alumnos que necesitan m¨¢s dinero a optar ¨²nicamente a pr¨¦stamos del Gobierno porque ofrecen mejores condiciones que los de los bancos, y se ha demostrado que cuantos m¨¢s pr¨¦stamos piden para poder pagar las asignaturas menos posibilidades tienen de completar la carrera. En resumen, la clave, insisten los expertos, consiste en poner el foco en las barreras que enquistan la disparidad racial, pero medio siglo despu¨¦s del fin de la segregaci¨®n el avance es desesperadamente lento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Minor¨ªas raciales
- Minor¨ªas sociales
- Racismo
- Discriminaci¨®n
- Universidad
- Delitos odio
- Prejuicios
- Estados Unidos
- Educaci¨®n superior
- ONU
- Problemas sociales
- Norteam¨¦rica
- Sistema educativo
- Educaci¨®n
- Am¨¦rica
- Delitos
- Organizaciones internacionales
- Pol¨ªtica
- Relaciones exteriores
- Justicia
- Minor¨ªas ¨¦tnicas
- Etnias
- Grupos sociales
- Sociedad