Disoluci¨®n y B. D. S.
EE UU no puede admitir que las negociaciones de paz palestino-israel¨ªes sean un viaje hacia la nada
La Autoridad Palestina (AP), exhausta de una negociaci¨®n con Israel que estima in¨²til, cabalga sobre tres f¨®rmulas para romper el punto muerto. Una es la B. D. S., iniciales de boicoteo, desinversi¨®n y sanciones, aunque formalmente no la pueda respaldar para no perder el insuficiente pero imprescindible apoyo de la diplomacia norteamericana; la segunda es el ingreso en numerosas organizaciones internacionales y extensiones de la ONU, desde las que podr¨ªa hostigar pol¨ªticamente a Israel; y la tercera, y m¨¢s grave, su autodisoluci¨®n, con lo que dejar¨ªa a Jerusal¨¦n y la ONU la patata caliente de procurar polic¨ªa, sanidad y educaci¨®n, un modicum de gobierno, a los palestinos de Cisjordania. Las expectativas de que algo de todo ello pueda mover la silla al primer ministro israel¨ª Benjamin Netanyahu son, sin embargo, menos que m¨ªnimas, y significar¨ªan la ruptura con Washington o fin de las conversaciones.
Esta ¨²ltima fase del forcejeo diplom¨¢tico palestino-israel¨ª comenz¨® en septiembre de 2010 cuando el presidente Obama reuni¨® a Mahmud Abbas, presidente de la AP, Netanyahu y los soberanos de Jordania y Arabia Saud¨ª en la Casa Blanca para relanzar el proceso de negociaciones directas entre las partes. Con el pastoreo incansable del secretario de Estado norteamericano John Kerry, los encuentros han procedido a trompicones desde julio de 2013 con el objetivo de establecer un plan de paz, que deb¨ªa estar acordado para el pr¨®ximo d¨ªa 29, de forma que hasta fin de a?o se afinara su aplicaci¨®n y pudiera firmarse la paz siempre en 2014. Hay prisa porque Obama acaba mandato en 2016.
La AP ha intentado varias veces poner fin a esa fase de contactos porque Israel anuncia cada primer viernes de mes nuevas construcciones en los territorios ocupados, y no ha puesto en libertad al ¨²ltimo cupo de 106 presos palestinos, como estaba acordado. Jerusal¨¦n contraargumenta que la AP ha incumplido los pactos tratando de internacionalizar su causa. Y a¨²n hoy se ignora si las negociaciones seguir¨¢n despu¨¦s de abril, aunque el presidente palestino Mahmud Abbas ha dado ya tantas veces su brazo torcer que una m¨¢s no le costar¨¢ tanto.
El movimiento B.D.S. solo empez¨® a cobrar fuerza en los ¨²ltimos a?os, y recu¨¦rdese que la Liga ?rabe mantiene su propio boicoteo desde la creaci¨®n de Israel en 1948, con nulo efecto sobre el terreno. Esas tres iniciativas, y en especial la B. D. S., favorecen el inmovilismo de Jerusal¨¦n tanto como la misma existencia de Ham¨¢s, que no ha renunciado a destruir el Estado sionista. Y la reuni¨®n de las tres f¨®rmulas, de las que la disoluci¨®n es incluso peor que volver a la casilla cero, como si no hubiera habido nunca autonom¨ªa palestina, constituye una cat¨¢strofe sin paliativos.
EE UU no puede, pese a todo, consentir que, conjuntamente o por separado, ese viaje hacia la nada se consume. Pero el mantenimiento del statu quo negociador no es por ello menos alentador.
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