El Gobierno de Costa Rica logra desarticular su primer c¨¢rtel nacional
El ministro de Seguridad P¨²blica explica el plan para evitar que el Caribe se convirtiera en un santuario del contrabando de drogas
Cuando el fiscal general de Costa Rica, Jorge Chavarr¨ªa, anunci¨® a mediados de diciembre de 2013 la desarticulaci¨®n de una red transnacional de tr¨¢fico de coca¨ªna y marihuana de Jamaica y Colombia a Europa, por zonas caribe?as de territorio costarricense, apel¨® a un t¨¦rmino para describir el trabajo del aparato criminal aut¨®ctono: el c¨¢rtel.
Empleados bancarios y polic¨ªas corruptos ¡°prestaban sus servicios al c¨¢rtel¡±. Unos para introducir el dinero que recib¨ªan de los narcotraficantes y otros para actuar de informantes y alertar a la organizaci¨®n criminal de los movimientos de los cuerpos de seguridad, explic¨® Chavarr¨ªa.
?Existi¨® peligro en los ¨²ltimos a?os de que fuera creado un c¨¢rtel aut¨®ctono de Costa Rica del narcotr¨¢fico internacional con poderosos enlaces externos? ?Hubo riesgo de que surgiera el c¨¢rtel costarricense de Lim¨®n o del Caribe, con misiones similares a las que cumplen los c¨¢rteles de Sayaxch¨¦ o El Pet¨¦n, en Guatemala, de Texistepeque, en El Salvador, o de Gracias a Dios, en Honduras?
M¨¢s all¨¢ del caso espec¨ªfico al que se refiri¨® el fiscal general, el ministro costarricense de Seguridad P¨²blica y Gobernaci¨®n, Mario Zamora, aport¨®, en una entrevista con EL PA?S, la respuesta sobre el peligro que significaron esas y otras agrupaciones criminales: la amenaza de crear un c¨¢rtel fue derrotada.
La batalla se prolong¨® durante los ¨²ltimos tres a?os. Costa Rica evit¨® que mafias locales emergentes avanzaran en sus alianzas con poderosas fuerzas criminales de M¨¦xico y Colombia, que controlan el narcotr¨¢fico internacional, y aprovecharan los debilitados aparatos de seguridad que persisten en el ¨¢rea del Caribe. Si estas bases estructurales se hubieran afianzado se habr¨ªa creado en esa zona el primer c¨¢rtel costarricense de contrabando de drogas.
Zamora se?al¨® que la ofensiva policial, que se origina desde 2011 sobre la caribe?a provincia de Lim¨®n, evit¨® que esa regi¨®n se ¡°perdiera¡± y fuera creada all¨ª la primera organizaci¨®n criminal de Costa Rica. ¡°Creo que logramos impactar en un momento en que ve¨ªamos a las organizaciones (criminales) con un nivel cada vez m¨¢s de crecimiento organizacional¡±, explic¨® Zamora, quien concluir¨¢ su gesti¨®n el pr¨®ximo 8 de mayo con el cambio de Gobierno en Costa Rica. ¡°Si esta intervenci¨®n hubiera sido tard¨ªa, quiz¨¢s cuando vamos a Lim¨®n ya nos hubi¨¦ramos encontrado con un escenario en que (los costarricenses) dominan rutas, ponen m¨¢s bien a colombianos a trabajar con ellos y cosas de ese tipo. Pudimos hacer una irrupci¨®n¡±, afirm¨®.
El ministro reconoci¨® que narcotraficantes mexicanos y colombianos de diversos c¨¢rteles siguen tratando de operar en la regi¨®n, como lo hacen en otras partes de Costa Rica y de Centroam¨¦rica. Y agreg¨®: ¡°No solo tenemos que celebrar lo que ha pasado en Lim¨®n, sino lo que no ha pasado¡±.
Record¨®, por ejemplo, que se ¡°observaba¡± que al menos un limonense oper¨® en 2013 un corredor de helipuertos desplegado del sur al norte del Caribe de Costa Rica, para trasladar y almacenar coca¨ªna, y ahora es buscado en Centroam¨¦rica. Relat¨®, adem¨¢s, que se ¡°observaba¡± a limonenses ¡°haciendo negocios en Jamaica e importando marihuana por ellos mismos¡± a suelo costarricense para volver a exportar. Con ese escenario, acot¨®, ¡°ya uno observaba una etapa inicial de organizaci¨®n que se logr¨® quebrar a tiempo¡±.
Debilidad policial
La provincia de Lim¨®n, que cubre todo el litoral del Caribe de Costa Rica y es la m¨¢s pobre y marginada de este pa¨ªs, registr¨® al menos desde 2003 un panorama de fr¨¢gil seguridad, con una intensa y casi descontrolada actividad del narcotr¨¢fico. Ajustes de cuentas y asesinatos entre delincuentes se ven¨ªan presentando en la zona. ¡°No ven¨ªamos actuando en el escenario del Atl¨¢ntico¡±, admiti¨® Zamora,?al confirmar que la batalla antinarco estaba concentrada en el Pac¨ªfico, mientras las mafias se mov¨ªan al Caribe, por donde ya traficaban gran parte de las m¨¢s de 900 toneladas de coca¨ªna que pasan al a?o por Centroam¨¦rica.
Las operaciones de la ¨²nica base naval en esa costa se realizaban sin ninguna discreci¨®n, por lo que pod¨ªan ser seguidas f¨¢cilmente por las cadenas mafiosas. ¡°Cualquiera pod¨ªa ver la salida o la llegada de la patrullera y pod¨ªa llamar y alertar que la patrullera iba saliendo o llegando¡±, narr¨®.
La escasa presencia policial tampoco equival¨ªa a ausencia de criminalidad. ¡°Esto es como cuando uno deja de ir a donde el m¨¦dico durante mucho tiempo y de pronto va y regresa con todos los estudios, con un mont¨®n de enfermedades. No es que antes no las ten¨ªa, es que al hacerse los ex¨¢menes se ve lo que realmente se ten¨ªa¡±, asever¨®.
La vieja base, relat¨®, qued¨® clausurada y en su lugar fueron abiertas cuatro en diversos sitios del litoral caribe?o, protegidas por la discreci¨®n y la privacidad. En una labor paralela, fueron reforzadas las operaciones a¨¦reas y terrestres a lo largo del litoral.
¡°Cuando uno observa lo que hemos hecho en cielo, mar y tierra, se entiende por qu¨¦ estamos viendo m¨¢s lo que ocurre ahora en Lim¨®n que lo que suced¨ªa en el pasado¡±, describi¨®.
Zamora cree que el trabajo de la polic¨ªa ha originado conflictos entre estos grupos. "En vez de atomizarse o de concentrarse, crece la lucha entre ellos por un mercado cada vez m¨¢s peque?o. No se dividen, pelean entre ellos¡±, se?al¨®.
Por eso, en estos momentos est¨¢ desechada la posibilidad de que sea creado un c¨¢rtel costarricense. La existencia de un c¨¢rtel, detall¨®, ¡°est¨¢ relacionado a ciertos niveles de organizaci¨®n. Lo que vemos (en el Caribe) es una actividad delincuencial en distintos frentes, no realizada por un mismo grupo sino por una gran diversidad de grupos, locales y transnacionales, actuando de forma ocasional o sistem¨¢tica¡±.
En las actuales condiciones de Lim¨®n, garantiz¨®, ¡°no tenemos elementos para decir que hay un c¨¢rtel que gobierna territorialmente esa ¨¢rea, que es una de las caracter¨ªsticas de los c¨¢rteles, ni de un hilo conductor por el que tenga la gobernanza monop¨®lica de la actividad delincuencial en determinada ¨¢rea. Eso no lo vemos ni observamos en la zona Atl¨¢ntica, en Lim¨®n¡±.
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