Una enorme minor¨ªa sin poder
Acosados por la extrema derecha h¨²ngara, los gitanos apenas tienen derechos garantizados y su representaci¨®n pol¨ªtica resulta testimonial
Una chica se sube a un tranv¨ªa en Budapest. Cuenta que nada m¨¢s verla, cinco hombres empiezan a hablar de ella. Le gritan: ¡°?Vuelve a la India, gitana!¡±. Ella cree que son de Jobbik, el partido de la extrema derecha h¨²ngara. Se baja antes de tiempo, en la siguiente parada. Alexandra tiene 20 a?os y no ha tenido oportunidades para subirse a casi ning¨²n tren: no acab¨® la escuela, lleva dos a?os en paro, ha vivido en una instituci¨®n de acogida en la adolescencia, hace siete a?os dio en adopci¨®n a su hija. Ahora trata de conseguir una vivienda social y va por las noches al colegio. ¡°Me gustar¨ªa seguir estudiando, ser normal y trabajar¡±, enumera como aspiraciones vitales.
Los gitanos son la principal minor¨ªa de Hungr¨ªa. Se estima que constituyen alrededor del 8% de una poblaci¨®n de unos 10 millones de habitantes. Como en el resto de Europa, son los que m¨¢s sufren la discriminaci¨®n, el racismo y la pobreza. En un pa¨ªs donde la extrema derecha es la tercera fuerza pol¨ªtica e intoxica de odio el debate p¨²blico, donde todav¨ªa hay grupos de civiles uniformados que intimidan espor¨¢dicamente a los gitanos y donde hace cinco a?os hubo asesinatos racistas, los intentos de parte de la minor¨ªa por ganar poder pol¨ªtico no acaban de cuajar.
Alexandra, que pide que no se publique su apellido, ha acudido a un mitin del Partido Gitano H¨²ngaro, lanzado en noviembre. Decenas de familias j¨®venes se van colocando junto al escenario. Toman refrescos, charlan. Los ni?os juegan en una plaza alfombrada de hierbajos del distrito VIII de Budapest, donde viven muchos gitanos de la capital. Suena hasta doler una m¨²sica saltarina de un tr¨ªo: guitarra, ¨®rgano y cantante. Casi dos horas m¨¢s tarde, empieza el mitin de fin de campa?a. ¡°?Vamos a representarnos a nosotros mismos!¡±, exhorta uno de los l¨ªderes, que trata, con poco ¨¦xito, de captar la atenci¨®n de los no m¨¢s de 200 asistentes. ¡°Nadie nos necesita, ni a la derecha ni a la izquierda. No les importamos. Solo nos utilizan antes de las elecciones¡±, les dice. Al d¨ªa siguiente, en las legislativas del 6 de abril en las que volvi¨® a ganar Fidesz, del populista de derechas Viktor Orb¨¢n, solo les eligieron 17.840 ciudadanos, un 0,18% de los votos.
¡°La voz de los gitanos en Hungr¨ªa es irrelevante¡±, constata ?gnes Osztolyk¨¢n, del partido verde LMP. Ha sido diputada durante los ¨²ltimos cuatro a?os. ¡°En el anterior Parlamento [el 6 de mayo toma posesi¨®n el reci¨¦n electo], solo hab¨ªa tres diputados gitanos en el partido del Gobierno, Fidesz. Por parte de la oposici¨®n, yo era la ¨²nica¡±. En total, 4 de 386 esca?os. Sabe que su carrera pol¨ªtica es una excepci¨®n, igual que el hecho de ser universitaria. ¡°Hay pocos gitanos con un nivel educativo alto. Por eso no podemos organizarnos¡±, explica. Pero la soluci¨®n, para ella, no es un partido ¨¦tnico. ¡°Tenemos que hacer entender a la gente que la integraci¨®n de los gitanos es un problema de todo el pa¨ªs, no solo de una minor¨ªa¡±, opina. ¡°Cuando me convert¨ª en diputada, me dijeron: ¡®No queremos una diputada gitana, sino una pol¨ªtica con una especializaci¨®n¡¯, que era la educaci¨®n. Me ocup¨¦ de cuestiones que afectaban a los gitanos, pero desde las ideas pol¨ªticas del partido¡±, no ¨¦tnicas, advierte.
Alad¨¢r Horv¨¢th es un conocido activista contra la discriminaci¨®n y portavoz del Partido Gitano. Tras el mitin, sentado en la terraza de un caf¨¦, cuenta que ¨¦l mismo ten¨ªa dudas sobre la creaci¨®n de un partido ¨¦tnico. ¡°Cre¨ªamos que en una sociedad democr¨¢tica la pol¨ªtica no se hace seg¨²n la etnia a la que pertenezcas, pero nos han excluido¡±, comenta. Acaba de decir a sus simpatizantes que son pobres porque est¨¢n discriminados. Que hay m¨¢s gitanos en la c¨¢rcel que en las universidades. Que hay que luchar por que Hungr¨ªa tambi¨¦n sea un pa¨ªs para los roman¨ªes. ¡°Los partidos est¨¢n presos de sus votantes racistas. As¨ª que nos hemos organizado¡±. Despu¨¦s de los p¨¦simos resultados, no se presentar¨¢n a las europeas. Fueron acusados de falsificar las firmas necesarias para presentarse, algo que niegan. Uno de los fundadores del partido, S¨¢ndor Szoke, hace autocr¨ªtica y admite la necesidad de hacer una limpieza interna, porque sospecha que algunos se unieron al partido ¡°solo para ganar dinero¡±.
Como en un bucle, la escasa organizaci¨®n y la falta de cultura pol¨ªtica se relacionan con la pobreza. ¡°Los votantes gitanos son m¨¢s vulnerables a la venta de votos, a cambio de dinero o de comida, o a trav¨¦s de la distribuci¨®n de subsidios o empleos p¨²blicos¡±, explica Zeljko Jovanovic, de la fundaci¨®n Open Society de Budapest. Pone un ejemplo: en el peque?o pueblo de Szak¨¢csi, los gitanos son el 70% de la poblaci¨®n y all¨ª gobierna... la extrema derecha.
En Hungr¨ªa hay canales oficiales de representaci¨®n de las minor¨ªas ¡ªcon la nueva ley electoral, hay un representante gitano en el Parlamento, pero sin derecho a voto¡ª y un ¨®rgano de autogobierno local gitano que aconseja al Ejecutivo. ¡°Estos mecanismos oficiales son importantes, pero Fidesz controla la financiaci¨®n y el sistema electoral, y por lo tanto los representantes gitanos consiguen mucho m¨¢s de ese autogobierno que los propios gitanos¡±, denuncia Jovanovic. En las legislativas, el 90% de los votos de los gitanos fue para Fidesz, seg¨²n el autogobierno citado por la agencia de noticias h¨²ngara.
Alexandra no ten¨ªa claro si iba a votar. Tampoco si lo har¨ªa en las europeas de mayo. ¡°En Europa saben que a los gitanos nos maltratan, que estamos en la calle, y no les importa. Los pol¨ªticos son todos iguales y Europa no nos va a dar nada¡±, explica resignada.
El Gobierno h¨²ngaro impuls¨® en 2011 la estrategia europea para integrar a los gitanos y, como explica Jos¨¦ Manuel Fresno, asesor de la Comisi¨®n Europea, ¡°Hungr¨ªa es un pa¨ªs muy activo a la hora de plantear medidas y dise?ar pol¨ªticas, pero poco efectivo en cuanto a resultados¡±. Entre 2007 y 2013, Budapest solo invirti¨® el 8,8% del dinero que ten¨ªa reservado por la UE para integraci¨®n, una partida de la que se benefician sobre todo los gitanos. En un informe publicado este mes, la Comisi¨®n Europea celebra que Hungr¨ªa haya decidido hacer obligatoria la educaci¨®n preescolar, pero le sugiere que haga algo contra el discurso de odio. Para el periodo 2014-2020, los pa¨ªses tendr¨¢n que destinar el 20% de esos fondos para luchar contra la exclusi¨®n. ¡°En vez de pagar por cursos de peluquer¨ªa para gitanos, los Gobiernos nacionales deber¨ªan apoyar programas educativos y de empleo adaptados a las demandas del mercado. En vez de pagar por cursillos, conferencias y grupos de trabajo sin fin, los fondos de la UE deber¨ªan sufragar tuber¨ªas y acceso a la electricidad en barrios gitanos¡±, protesta Jovanovic.
Los esfuerzos de Bruselas para integrar a los seis millones de gitanos de la UE se han intensificado en los ¨²ltimos a?os. Pero suenan remotos y poco eficaces desde este barrio de Budapest donde vive Alexandra con su madre y tres de sus hermanos, hacinados en el piso de un amigo hasta que se desenmara?e la burocracia que les separa de una casa social. En el campo, la situaci¨®n de los gitanos es a¨²n peor. Muchos viven en casas sin ducha ni electricidad. A la pobreza se suman las campa?as de intimidaci¨®n que llevan a cabo grupos de civiles uniformados que marchan de vez en cuando por los pueblos para aterrorizar a los gitanos. Son sucesores de una organizaci¨®n prohibida, la Guardia H¨²ngara, vinculada a la extrema derecha de Jobbik. La tercera fuerza pol¨ªtica presenta a los gitanos como delincuentes y vagos que viven de subsidios. ¡°El problema es el silencio de los partidos moderados de izquierda y derecha¡±, critica Jovanovic. ¡°En este contexto, en el que el odio est¨¢ tolerado, los gitanos temen que si se reafirman en pol¨ªtica solo pondr¨¢n en riesgo su ya vulnerable posici¨®n¡±, lamenta, aunque subraya que la minor¨ªa cada vez es m¨¢s consciente ¡°del poder que necesita y podr¨ªa tener¡±.
Discriminados
- La segregaci¨®n de los ni?os gitanos en las escuelas h¨²ngaras afecta al 45%, seg¨²n un informe de 2012 de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales.
- El 80% de los gitanos en el pa¨ªs centroeuropeo reside en hogares en riesgo de pobreza, el doble que el resto de la poblaci¨®n.
- El 45% de los roman¨ªes vive en casas donde falta al menos cocina, v¨¢ter, ducha o luz.
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