Hallado muerto un coronel que tortur¨® a v¨ªctimas de la dictadura brasile?a
Paulo Malh?es fue asesinado mediante asfixia en su vivienda de R¨ªo de Janeiro, seg¨²n las primeras investigaciones
Las heridas de la dictadura brasile?a (1964-1985) siguen abiertas y mucho queda por saber sobre este periodo, casi 30 a?os despu¨¦s de la redemocratizaci¨®n del pa¨ªs. As¨ª lo atestigua la muerte repentina del teniente coronel retirado, Paulo Malh?es, agente del Centro de Informaciones del Ej¨¦rcito (CIE) que funcionaba en la localidad de Petr¨®polis, en la sierra de R¨ªo de Janeiro, conocida por algunos historiadores como la ¡°casa de muerte¡±. Se da la circunstancia que?Malh?es declar¨® hace un mes ante la Comisi¨®n Nacional de la Verdad instaurada en Brasil para investigar los cr¨ªmenes cometidos durante los a?os de plomo. En su pol¨¦mico interrogatorio, que dur¨® algo m¨¢s de dos horas,?Malh?es admiti¨® con una frialdad de hielo su participaci¨®n en una retah¨ªla de asesinatos, torturas y desapariciones de disidentes del r¨¦gimen castrense.
Seg¨²n las investigaciones premilitares, el militar fue asesinado por asfixia en su casa del municipio de Nova Igua?u, en la Baixada Fluminense de R¨ªo de Janeiro. Seg¨²n informa el diario Folha de S. Paulo, miembros de la Comisi¨®n de la Verdad en el Estado de R¨ªo de Janeiro han confirmado que la casa de Magalh?es fue asaltada por tres individuos que amarraron a la esposa, asfixiaron al septuagenario y robaron sus armas de fuego antes de darse a la fuga. Al contario de lo que se podr¨ªa pensar (que se trat¨® de un ajuste de cuentas de familiares o correligionarios de las v¨ªctimas de la dictadura), las mismas fuentes apuntan a que el asesinato puede haber sido ordenado o ejecutado por personas que podr¨ªan verse salpicadas por un nuevo arranque de sinceridad de Malh?es. O peor aun: que esas personas pretendan mandar un mensaje a todos los citados a declarar ante la Comisi¨®n de la Verdad.
¡°Fue un agente importante de la represi¨®n de la dictadura y manejaba muchas informaciones sobre hechos que sucedieron en los bastidores. Es necesario que las investigaciones de su muerte sean hechas con mucho rigor porque todo lleva a pensar que fue asesinado¡±, declar¨® el presidente de la Comisi¨®n Estatal de la Verdad, Wadih Damous.
En la denominada ¡°casa de la muerte¡± los agentes ten¨ªan la misi¨®n de interrogar a disidentes de la dictadura. Los medios para obtener informaci¨®n eran m¨²ltiples, e inclu¨ªan la tortura e incluso el asesinato. Se calcula que unas 20 personas fueron ejecutadas en el centro de detenci¨®n. Seg¨²n el exmilitar, el objetivo ¨²ltimo de los dram¨¢ticos interrogatorios era convertir a los opositores en informantes del r¨¦gimen. La intervenci¨®n de?Malh?es ante la Comisi¨®n de la Verdad resulta estremecedora por la naturalidad con la que narra algunos episodios. A saber:
Pregunta: ?A cu¨¢ntas personas mat¨®?
Respuesta: A cuantas fueron necesarias.
P: ?No se arrepiente de ninguna de esas muertes?
R: No.
P: ?Como hac¨ªa para impedir la identificaci¨®n de los cuerpos?
R: Retirando la arcada dental y las digitales (¡). Les romp¨ªamos los dientes y les cort¨¢bamos de aqu¨ª para arriba (se?ala la ¨²ltima falange de un dedo).
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