El proceso de paz agoniza (otra vez)
Las horas finales del periodo de negociaci¨®n entre israel¨ªes y palestinos impulsado con vigor por EE UU se esfuman sin ning¨²n s¨ªntoma de vida
La enumeraci¨®n de los constantes fracasos negociadores con Israel fue tan prolija y correosa que parec¨ªa eternizase tanto como el propio conflicto y su proceso de paz. Pero Mahmud Abbas, el casi octogenario presidente de la Autoridad Palestina, tambi¨¦n trat¨® de exponer alguna esperanza ante los casi 90 representantes de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y las decenas de diplom¨¢ticos internacionales convocados el s¨¢bado en la Mukata, sede del Gobierno palestino en Ramala (Cisjordania).
¡°Palestina es un solo Estado¡±, asegur¨® entre aplausos, cuyos dirigentes hablar¨¢n con una sola voz gracias al pacto firmado la semana pasada entre la OLP, que ¨¦l dirige, y el partido islamista Ham¨¢s, que gobierna la pauperizada franja de Gaza desde la corta guerra civil palestina de 2007. Bajo una gran bandera palestina adornada con su efigie y la de Yasir Arafat, Abbas acus¨® a Israel de usar la anunciada reconciliaci¨®n como coartada para suspender unas negociaciones de paz que ya daban por muertas. ¡°Por fin¡±, dijo Abbas parodiando un gesto de victoria, ¡°consiguen lo que quer¨ªan¡±.
El Gobierno israel¨ª acusa la OLP de haber enterrado el proceso al pactar con Ham¨¢s. El partido islamista no ha reconocido la existencia del Estado de Israel y se ha propuesto su destrucci¨®n. Abbas promete, sin embargo, que el Gobierno de unidad palestino que presidir¨¢ si se formaliza el pacto de reconciliaci¨®n con Ham¨¢s ¡°asumir¨¢ los compromisos¡± alcanzados por la OLP. Como la renuncia a la violencia o el reconocimiento del Estado israel¨ª.
Un fracaso con r¨¦ditos para Netanyahu
Para el Gobierno del conservador Benjam¨ªn Netanyahu, las culpas est¨¢n repartidas: el presidente de la Autoridad Palestina y l¨ªder de la OLP Mahmud Abbas rompi¨® la baraja, seg¨²n el primer ministro israel¨ª, cuando pact¨® con Ham¨¢s. La tesis cierra los ojos a la opini¨®n internacional y a la decepci¨®n de una parte considerable de la poblaci¨®n israel¨ª.
El domingo, la jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton dijo a trav¨¦s de un portavoz que ¡°la reconciliaci¨®n de los palestinos bajo la direcci¨®n de Abbas es un requisito indispensable¡± para que se resuelva el conflicto. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, hab¨ªa dicho hace pocas semanas que Israel ¡°sabote¨®¡± el proceso de paz que ¨¦l impuls¨® desde verano. Su negativa a excarcelar a la cuarta tanda de prisioneros palestinos como hab¨ªa pactado y la pertinaz construcci¨®n de viviendas en la Jerusal¨¦n ocupada pusieron varios clavos en el ata¨²d del proceso.
Los patrocinadores de la negociaci¨®n est¨¢n, seg¨²n todas las fuentes, poco menos que furiosos con su fracaso. A Netanyahu, sin embargo, podr¨ªan beneficiarle dos de sus consecuencias. La polit¨®loga de Jerusal¨¦n Naomi Chazan destaca que el primer ministro puede ahora ¡°sacudirse el sambenito¡± del hipot¨¦tico fracaso o del m¨¢s complicado ¨¦xito de las negociaciones ante los partidos que conforman su Gobierno. Por un lado, los m¨¢s conservadores de la coalici¨®n hab¨ªan amenazado con abandonarla si liberaba a m¨¢s prisioneros o deten¨ªa la construcci¨®n de asentamientos. Por otro, un abandono unilateral de la mesa negociadora habr¨ªa sacado del Gobierno a los partidos a la izquierda del Likud de Netanyahu. A ¡°corto plazo¡±, dice Chazan, esto le dar¨¢ ¡°alguna estabilidad¡± a un Ejecutivo fr¨¢gil.
El medio plazo es otra cosa. Si Israel termina de fundir los plomos de la Autoridad Nacional con su presi¨®n constante, Abbas podr¨ªa terminar por ¡°devolver las llaves¡± a la potencia ocupante. Este caso extremo supondr¨ªa un desastre econ¨®mico para Israel. Sin llegar a tanto, la situaci¨®n podr¨ªa seguir tens¨¢ndose si los palestinos prosiguen su ofensiva diplom¨¢tica en la ONU y promoviendo el boicoteo a los productos israel¨ªes.
Abbas se neg¨® en cambio a reconocer a Israel como ¡°Estado jud¨ªo¡±, una de las condiciones de paz dictadas el primer ministro israel¨ª, el conservador Benjam¨ªn Netanyahu. Los palestinos temen las consecuencias para la minor¨ªa ¨¢rabe en Israel. Abbas levant¨® aplausos de los representantes de la OLP: ¡°No lo vamos a admitir; que vayan si quieren a la ONU y le cambien el nombre a su pa¨ªs¡±.
Ma?ana martes termina el plazo de las negociaciones de paz que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, impulsa denodadamente desde julio. Para Washington, admitir el final de este nueva iniciativa supone reconocer otro rev¨¦s internacional mientras se agrava la crisis en Ucrania y la sangr¨ªa en Siria. El presidente Barack Obama se refiri¨® el viernes a la conveniencia de una ¡°pausa¡± en el proceso, pero el final definitivo de los esfuerzos relegar¨¢ el conflicto en la agenda pol¨ªtica estadunidense por muchos a?os. Para los patrocinadores, ambas partes en liza tienen culpa en el agotamiento del proceso.
Desde el expeditivo y violento reparto territorial de 2007 ¡ªCisjordania para el partido Al Fatah y la OLP de Abbas; la franja de Gaza, para Ham¨¢s¡ª los palestinos han anunciado varios procesos de unidad fracasados. Abbas preside solo una parte de un pa¨ªs dividido y ocupado militarmente que aspira a establecer su propio Estado. El s¨¢bado reconoci¨® con flema su fracaso en el intento de que la ONU lo acoja como miembro de pleno derecho.
En su largo discurso ironiz¨® Abbas sobre la ¡°facilidad para la sorpresa¡± de israel¨ªes y estadounidenses, que se dijeron estupefactos ante su acuerdo de reconciliaci¨®n con Ham¨¢s. El domingo quiso darles una nueva ocasi¨®n para la sorpresa al admitir, en un documento publicado en ingl¨¦s y en ¨¢rabe, que ¡°el Holocausto es el crimen m¨¢s atroz perpetrado en la era moderna¡±. Destaca que los padecimientos de los jud¨ªos bajo la dictadura nazi fueron ¡°consecuencia de la discriminaci¨®n y el racismo, conceptos que los palestinos rechazan y combaten¡±.
El jefe del Gobierno de Israel respondi¨® a este gesto asegurando que ¡°Ham¨¢s niega el Holocausto y aspira a perpetrar uno nuevo mediante la destrucci¨®n del estado de Israel¡±. Netanyahu insisti¨® en que Abbas todav¨ªa puede elegir entre ¡°una aut¨¦ntica paz con Israel¡± o aliarse con Ham¨¢s.
Abbas no ve contradicci¨®n. S¨ª admite que su Gobierno precisa de ¡°legitimaci¨®n¡± mediante unas elecciones democr¨¢ticas. Hace ¡°siete a?os¡±, dijo el s¨¢bado, que no se vota en Palestina. Alguien entre el p¨²blico record¨® que ya pasan de ocho y ¨¦l le agradeci¨® ¡°que lleve la cuenta¡±.
Su mandato presidencial expir¨® en 2009. Result¨® elegido en 2005, un a?o antes de que los islamistas de Ham¨¢s ganaran las elecciones parlamentarias que precedieron a la guerra civil. Los palestinos se han dado ahora cinco semanas para formar el Gobierno de unidad. Su misi¨®n principal es la convocatoria de elecciones antes de medio a?o.
Si el acuerdo prospera, Abbas recuperar¨¢ apoyos entre los palestinos de Cisjordania, cansados de negociaciones sin salida. Ham¨¢s, por su parte, s¨®lo puede ganar rompiendo su aislamiento en Gaza, cuyos l¨ªmites est¨¢n bloqueados por tierra, mar y aire por Israel. El golpe de Estado que el pasado verano termin¨® con los Hermanos Musulmanes en Egipto dej¨® a Ham¨¢s sin apoyos inmediatos en la regi¨®n. Abbas, su archienemigo interno hasta la semana pasada, encarna ahora cierta esperanza.
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