La oposici¨®n venezolana se ahoga en sus diferencias
Ni moderados ni radicales logran concesiones del Gobierno
Un nueva grieta ha aparecido en la ya dividida oposici¨®n venezolana tras las declaraciones de Roberta Jacobson, secretaria de Estado Adjunta de EE UU para Latinoam¨¦rica, que en una audiencia ante el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense del jueves asegur¨® que una parte de la direcci¨®n de la oposici¨®n venezolana hab¨ªa pedido no sancionar al Gobierno del presidente Nicol¨¢s Maduro por las reiteradas violaciones a los derechos humanos en la violenta represi¨®n de las protestas.
El ala radical de la oposici¨®n, que exige el fin del Gobierno de Maduro desde hace tres meses liderando protestas callejeras, interpret¨® esa declaraci¨®n como una maniobra del ala moderada para copar el espacio opositor. Ese ala est¨¢ representada por la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD), una alianza de partidos pol¨ªticos calificada hasta de colaboracionista por los m¨¢s intransigentes del sector radical. El principal portavoz de la Mesa de Unidad, el secretario ejecutivo Ram¨®n Guillermo Aveledo, se moviliz¨® r¨¢pidamente para intentar atajar las sospechas. ¡°Nunca un portavoz de la MUD ha planteado a funcionario de pa¨ªs alguno que se dicten sanciones que hagan que el pueblo pague las culpas de sus gobernantes. Tampoco que se exonere a personas de asumir la responsabilidad que acarrea su conducta¡±, expres¨® en un comunicado.
Las dudas sobre el papel de la MUD han continuado especialmente por el lento avance del di¨¢logo con el Gobierno. A esto se suma el asalto que el jueves llevaron a cabo las fuerzas policiales a cuatro acampadas estudiantiles en Caracas, que derivaron en la detenci¨®n de 243 personas. ¡°A casi un mes del inicio de la mesa de di¨¢logo hoy hay m¨¢s presos, m¨¢s torturados, m¨¢s allanamientos e intimidaci¨®n¡±, escribi¨® en su cuenta de Twitter el alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma, uno de los l¨ªderes, junto a la defenestrada diputada Mar¨ªa Corina Machado y el coordinador nacional de Voluntad Popular Leopoldo L¨®pez, del sector cr¨ªtico con el Gobierno partidario de intensificar las protestas en las calles.
El proyecto de la llamada Ley de Libertad Venezolana y Protecci¨®n Democr¨¢tica, impulsado por congresistas republicanos y dem¨®cratas para sancionar a aquellas personas implicadas en la violaci¨®n de derechos humanos, calza muy bien con el prop¨®sito de debilitar al Gobierno defendido por el n¨²cleo duro de la oposici¨®n. Sin embargo, de momento parece haberse impuesto en el Congreso estadounidense la tesis que defienden los moderados: cualquier sanci¨®n de Estados Unidos afianzar¨ªa en el Gobierno la convicci¨®n de que las protestas son parte de un ataque transnacional a la revoluci¨®n bolivariana, una tesis que durante m¨¢s de una d¨¦cada ha mantenido el chavismo con ¨¦xito.
La divisi¨®n de la oposici¨®n es ya inocultable y ha obligado a sus portavoces a reivindicarla como una de sus fortalezas en un intento por restarle importancia a las diferencias. Adem¨¢s de L¨®pez, Machado y Ledezma, en la lista de supuestos responsables de los disturbios est¨¢n los miembros del partido de L¨®pez: su n¨²mero dos, Carlos Vecchio, que hoy est¨¢ en la clandestinidad, la dirigente estudiantil Gaby Arellano y los alcaldes Lester Toledo y David Smolansky. Todos han sido calificados como terroristas por el ministro del Interior y Justicia, Miguel Rodr¨ªguez Torres.
La oposici¨®n venezolana no se reduce a los partidos, pero la alianza que los agrupa es en los hechos el leg¨ªtimo contrincante al que apunta el Gobierno. El ala que propone tomar la calle hasta provocar la ca¨ªda de Maduro ha perdido protagonismo dentro de la MUD. Cuando en febrero se hizo evidente que romper¨ªan con la estrategia de apostar al desgaste del Gobierno y acumular fuerzas para propinarle una derrota amplia en venideros procesos electorales, Mar¨ªa Corina Machado qued¨® fuera del G7, la instancia pol¨ªtica que traza la estrategia de la MUD, y fue sustituida por su colega Stalin Gonz¨¢lez.
La parlamentaria asist¨ªa a esas reuniones desde hac¨ªa a?o y medio en representaci¨®n de la bancada opositora de la Asamblea Nacional. Aunque Aveledo dijo no saber las razones por las cuales Machado hab¨ªa sido relevada como representante de los diputados, cuando se le pregunt¨® hace algunas semanas durante un almuerzo, confes¨® que parec¨ªa l¨®gico que Machado se quedara por fuera despu¨¦s de contradecir la estrategia electoralista trazada por la MUD.
A casi tres meses del inicio de las protestas el Gobierno ha tomado decisiones dif¨ªciles de imaginar a principios de a?o
A casi tres meses del inicio de las protestas el ala de Machado, L¨®pez y Ledezma ha empujado al Gobierno a tomar decisiones dif¨ªciles de imaginar a principios de a?o. Gracias a esta presi¨®n la Asamblea Nacional designar¨¢ a los nuevos miembros del Consejo Nacional Electoral y del Tribunal Supremo de Justicia, y reconsiderar¨¢ la situaci¨®n del comisario Iv¨¢n Simonovis, el preso pol¨ªtico m¨¢s emblem¨¢tico de la era chavista, cuyos abogados han pedido su excarcelaci¨®n al Ejecutivo debido a su precario estado de salud.
No es el ala radical, sin embargo, la que se ha sentado con el Gobierno a dialogar. Han sido los moderados encabezados por Aveledo ¡ªentre los que est¨¢n los miembros de Primero Justicia, el partido del ex candidato presidencial Henrique Capriles, el gobernador del estado Lara Henri Falc¨®n, el secretario general de Acci¨®n Democr¨¢tica, Henry Ramos Allup, o el miembro de Un Nuevo Tiempo, Omar Barboza¡ª los que han capitalizado esa oferta para posicionarse ante el Gobierno y la comunidad internacional como los interlocutores v¨¢lidos de la oposici¨®n.
Los acuerdos parciales no satisfacen a los radicales. En el fondo cuestionan la decisi¨®n de sentarse a la mesa sin condiciones. Para ellos la MUD deb¨ªa esperar que el movimiento acumulara m¨¢s fuerzas para, entonces, s¨ª sentarse a negociar. No reniegan del di¨¢logo, pero s¨ª son partidarios de que ¨¦ste produzca cambios inmediatos. Un movimiento clave es la liberaci¨®n de Leopoldo L¨®pez. A casi tres meses de su detenci¨®n a¨²n no se ha celebrado la audiencia preliminar, que determinar¨¢ si queda en libertad o si es enjuiciado como uno de los principales responsables de la ola de violencia en Venezuela. El pasado 29 de abril, el dirigente festej¨® su 43 cumplea?os en la c¨¢rcel.
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