Piketty en todas partes
La denuncia de que el 1% de la poblaci¨®n es muy rica y el 99% vive de forma cada vez m¨¢s precaria es una consigna mundial
En enero de 2012 escrib¨ª: "La desigualdad ser¨¢ el tema central de este a?o. Siempre ha existido y no va a desaparecer, pero este a?o va a dominar la agenda de los votantes, de quienes protestan en las calles y de los pol¨ªticos¡ Va a terminar la coexistencia pac¨ªfica con la desigualdad, y las exigencias de luchar contra ella -y las promesas de que as¨ª se har¨¢- ser¨¢n m¨¢s intensas y generalizadas de lo que han sido desde el fin de la guerra fr¨ªa".
Y as¨ª sucedi¨®. Denunciar que el 1% de la poblaci¨®n es muy rica mientras el 99% de la gente vive de forma cada vez m¨¢s precaria se ha vuelto una consigna mundial. En 2012, el n¨²mero de art¨ªculos acad¨¦micos sobre la desigualdad econ¨®mica aument¨® un 25% respecto a 2011 (y un 237% en relaci¨®n a 2004).
Mucho m¨¢s importante ha sido que el papa Francisco y Barack Obama hayan dicho que la desigualdad es el problema que define nuestro tiempo. C¨®mo combatirla es un tema en los debates electorales en todo el mundo, incluso en pa¨ªses como Brasil, donde la desigualdad ha venido menguando.
Y ahora, dos a?os despu¨¦s de mi pron¨®stico, lleg¨® Thomas Piketty. Decir que es un economista franc¨¦s, autor de denso libro de 700 p¨¢ginas titulado El capital en el siglo 21 que es un best seller mundial, es hacerle una injusticia. Piketty es mucho m¨¢s que eso. Es un sorprendente fen¨®meno pol¨ªtico, medi¨¢tico y editorial. Su tesis es que la desigualdad econ¨®mica es un efecto inevitable del capitalismo y que, si no se combate vigorosamente, la inequidad seguir¨¢ aumentando hasta llegar a niveles que socavan la democracia y la estabilidad econ¨®mica. Seg¨²n Piketty, la desigualdad crece cuando la tasa de remuneraci¨®n al capital ("r") es mayor que la tasa de crecimiento de la econom¨ªa ("g") o, en su ya famosa formulaci¨®n, la desigualdad aumenta cuando " r>g".
Obvio, ?no?
Quiz¨¢s no tanto, pero no importa. El alcance del fen¨®meno Piketty va m¨¢s all¨¢ de lo que normalmente sucede con las ideas de los acad¨¦micos. Por ejemplo, un art¨ªculo del New York Times acerca de c¨®mo escoger el ¨¢rea de la ciudad adonde mudarse, recomienda averiguar antes qu¨¦ leen los vecinos. Para ello sugiere ir a la biblioteca de ese distrito e averiguar cu¨¢les son los libros m¨¢s demandados: "?Es un lugar m¨¢s tipo Piketty o m¨¢s bien de novelas de misterio?" es la pregunta que debemos hacernos, seg¨²n la experta. Otro art¨ªculo sobre los espinosos problemas que aquejan a las parejas en las que la mujer gana mucho m¨¢s dinero que su marido concluye explicando que la esencia del problema tiene que ver "con el debate Piketty¡" El ¨¦xito del Capital en el siglo 21 es tan enorme (100.000 copias en ingles vendidas en dos meses) que hasta su editor empieza a ser una celebridad. Y en una de las entrevistas que ha dado descubrimos que su anterior ¨¦xito editorial fue la publicaci¨®n de un sesudo libro titulado On bullshit.
La inesperada popularidad de algunos libros acad¨¦micos muy complejos que normalmente son ignorados por el gran p¨²blico no es nueva. "El fin de la Historia"de Francis Fukuyama y "El Choque de Civilizaciones" de Samuel Huntington son buenos ejemplos de esto. Fueron publicados en 1992 y 1996, respectivamente, en momentos muy oportunos cuando ya que exist¨ªa un enorme inter¨¦s en todo el mundo en los temas que estos dos libros exploran. Ambas obras salieron al mercado tras el colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cuando el desprestigio del comunismo estimul¨® en todas partes encendidos debates sobre el futuro de la pol¨ªtica y la econom¨ªa. Fukuyama propuso que la nueva era se ver¨ªa definida por el triunfo de las ideas liberales- por la democracia y los mercados. Unos a?os despu¨¦s, Huntington sostuvo que los enfrentamientos entre religiones reemplazar¨ªan los conflictos ideol¨®gicos que hab¨ªan caracterizado gran parte del siglo 20. Y ahora es el turno de Piketty. Una d¨¦cada atr¨¢s, durante el auge econ¨®mico y antes de la crisis financiera, el inter¨¦s por entender por qu¨¦ cuando "r> g" la desigualdad aumenta no habr¨ªa sido tan intenso.
Esto a pesar de que, durante mucho tiempo, la desigualdad econ¨®mica ha sido un problema crucial para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n mundial. En Am¨¦rica Latina y ?frica, las regiones con la peor distribuci¨®n del ingreso del planeta, este tema no es nuevo.
El debate mundial se populariz¨® solo cuando la desigualdad se agudiz¨® en Estados Unidos. La superpotencia tiene una capacidad inigualada para exportar sus angustias y hacer que el resto del mundo las comparta. En este caso, es una buena noticia que su problema tambi¨¦n sea importante para quienes lo han venido tolerando pasivamente durante demasiado tiempo.
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