La izquierda se queda fuera de juego en la campa?a electoral colombiana
La batalla sobre el di¨¢logo con las FARC sepulta a los candidatos progresistas
El ruido de hackers, v¨ªdeos y espionaje ha reducido la campa?a electoral colombiana a las acusaciones entre el presidente, Juan Manuel Santos, y el uribista ?scar Iv¨¢n Zuluaga. El proceso de paz en La Habana es el tema que diferencia a los dos aspirantes de derechas ¡ªel primero lo abandera, el segundo lo suspender¨ªa¡ª y que ha polarizado el debate. En esa pelea no solo quedan arrinconados los temas que preocupan de manera m¨¢s acuciante a los ciudadanos, como la sanidad, el empleo o la educaci¨®n, sino que tambi¨¦n ha quedado eclipsado el discurso progresista, sea el centroizquierda de la Alianza Verde y su candidato Enrique Pe?alosa, o el de la candidata del izquierdista Polo Democr¨¢tico, Clara L¨®pez.
¡°El tipo de esc¨¢ndalos que rodean esta elecci¨®n es indignante¡±, opina Pe?alosa, de 59 a?os, exalcalde de Bogot¨¢ (1997-2000). ¡°Distraen la atenci¨®n e incluso implican riesgos serios¡±, comenta por tel¨¦fono, sobre las supuestas filtraciones de informaci¨®n militar secreta al candidato uribista. En medio de la guerra sucia, contin¨²a con su estrategia de hacer campa?a en bicicleta y poner el acento en la lucha contra la corrupci¨®n, la educaci¨®n y la sanidad.
Licenciado en econom¨ªa e historia en la Universidad estadounidense de Duke, en la calle identifican a Pe?alosa como un buen alcalde que impuls¨® el Transmilenio, una red de autobuses articulados que constituye el principal medio de transporte p¨²blico de la capital, siempre congestionada y todav¨ªa sin metro. ?l era uno de los aspirantes mejor posicionados en las encuestas para disputarle a Santos la presidencia hace dos semanas. Oscilaba entre el segundo y tercer lugar. Pero a medida que empezaron a brotar esc¨¢ndalos, Pe?alosa y su programa se estancaron, mientras Zuluaga y su ret¨®rica de mano dura contra la guerrilla empezaron a subir. ¡°Parece que el odio moviliza m¨¢s que las opciones constructivas¡±, comenta. ?l, igual que la candidata izquierdista Clara L¨®pez, no va a polemizar sobre el proceso de paz. Pe?alosa lo apoya y cree que el di¨¢logo no es propiedad de Santos ¡ªla bandera electoral del presidente¡ª sino una pol¨ªtica de Estado. L¨®pez respalda las conversaciones pero propondr¨ªa un alto el fuego bilateral para proseguirlas.
Pe?alosa se retrata a s¨ª mismo como la opci¨®n ciudadana diferente de los pol¨ªticos tradicionales que son, seg¨²n su visi¨®n, Santos y Zuluaga. ¡°Los dos son hechuras de Uribe¡±, dice, refiri¨¦ndose al todav¨ªa muy popular expresidente conservador (2002-10) y furibundo cr¨ªtico del proceso de paz. Lo menciona porque Santos fue ministro de Defensa de Uribe cuando la guerrilla sufri¨® los golpes m¨¢s duros y porque Zuluaga es el heredero pol¨ªtico de Uribe. Una pelea, en el fondo, entre primos pol¨ªticos conservadores. En las enrevesadas alianzas colombianas, incluso Pe?alosa (con una trayectoria independiente) se aline¨® con Uribe en las elecciones a la alcald¨ªa de 2011, algo de lo que ahora intenta distanciarse.
Pe?alosa pronostica que, de ser elegido cualquiera de los dos conservadores, Santos y Zuluaga, ¡°se pasar¨¢n cuatro a?os destruy¨¦ndose y defendi¨¦ndose igual que hacen en campa?a, y eso no es lo que necesita Colombia¡±, afirma. ¡°La prioridad de nuestra campa?a son la igualdad y la educaci¨®n, la ¨²nica ¨¢rea donde hemos prometido un incremento de gasto, sin promesas f¨¢ciles como los dem¨¢s. Como alcalde cre¨¦ 200.000 plazas de colegio en tres a?os, y escuelas de lujo en barrios pobres y una red de bibliotecas. Se trata de construir igualdad¡±, asegura.
Las propuestas de la izquierdista Clara L¨®pez, una economista educada en Harvard de 64 a?os, tambi¨¦n han encallado en el lodazal de la guerra sucia, de la que ha dicho que, quienes est¨¢n envueltos en ella no merecen gobernar. Tiene un apoyo de en torno al 10% en las ¨²ltimas encuestas, similar al que ahora tiene Pe?alosa: ambos oscilan entre el tercer y cuarto lugar. Hace hincapi¨¦ en corregir la desigualdad, propone un cambio de modelo econ¨®mico para buscar el pleno empleo y que se garantice la educaci¨®n y la salud como derechos.
A cuatro d¨ªas de las elecciones, no ha habido ni un solo debate con los cinco candidatos. Santos cancel¨® uno. Hay programados dos, hoy y ma?ana, quiz¨¢ la ¨²ltima oportunidad para los aspirantes progresistas de hacerse un hueco en medio de la polarizaci¨®n.
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