?Por qu¨¦ el champ¨² aumenta el efecto invernadero?
Los productos y alimentos de uso cotidiano podr¨ªan estar contribuyendo a la desaparici¨®n de los bosques
Te levantas de la cama, te duchas con jab¨®n y champ¨², almuerzas un s¨¢ndwich con una bolsa de papas fritas, y a media tarde te comes un chocolate. Todo, mientras contribuyes sin darte cuenta a la deforestaci¨®n de los bosques tropicales.
El champ¨², el jab¨®n, las papas fritas y el chocolate tienen usos y caracter¨ªsticas muy diferentes, pero contiene un ingrediente com¨²n: el aceite de palma. De hecho, el mismo aceite est¨¢ presente en cerca de la mitad de los productos que usamos diariamente en los hogares occidentales.
El aceite de palma no solo es casi omnipresente, sino que adem¨¢s se prev¨¦ que su demanda se triplique en los pr¨®ximos 35 a?os. Lo que parece ser una excelente noticia para los productores, sin embargo, esconde una oscura amenaza para el ambiente.
Solo un 13% del aceite de palma producido a nivel mundial tiene certificado de sostenibilidad. En otras palabras, casi 9 litros de cada 10 litros del aceite vegetal m¨¢s popular del mundo podr¨ªan ser producto de la deforestaci¨®n o degradaci¨®n de los bosques tropicales.
M¨¢s alimentos, menos bosques
Claro que este deterioro no solo es consecuencia de siembra de palmas para producir aceite, sino de todos los productos de origen vegetal que utilizamos cotidianamente para asearnos, quitarnos la sed o alimentarnos.
Hoy en d¨ªa cultivamos 37% de la superficie del planeta. Con el previsible aumento de la poblaci¨®n y de la demanda de alimentos, es previsible tambi¨¦n que se necesite cada vez m¨¢s tierra cultivable. Si no se prev¨¦ tambi¨¦n las estructuras adecuadas para proteger los bosques, la consecuencia l¨®gica es que continuar¨¢n degrad¨¢ndose.
Cada a?o se pierden m¨¢s de 130.000 kil¨®metros cuadrados de tierras forestales, un ¨¢rea equivalente al tama?o de Grecia. Un 80% de esa p¨¦rdida es atribuible al uso agr¨ªcola.
¡°La incertidumbre respecto de los t¨ªtulos de propiedad, la falta de pol¨ªticas de incentivo y una d¨¦bil gobernanza hacen de los bosques un objetivo atractivo para la conversi¨®n (en tierra cultivable) en todo el mundo en desarrollo,¡± explica Gustavo da Fonseca, Jefe del equipo de Recursos Naturales del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
Es decir, si para 2030 el mundo tendr¨¢ que alimentar a 9 mil millones de personas (la mayor¨ªa de ellas en pa¨ªses en desarrollo), la forma m¨¢s econ¨®mica de hacerlo es dedicar a la agricultura las tierras de las que es m¨¢s f¨¢cil apropiarse: es decir, los bosques. Eso significa dar paso a una deforestaci¨®n que podr¨ªa traer consecuencias devastadoras.
Los bosques son una fuente de vida, pues 80% de la biodiversidad del mundo depende de los ecosistemas forestales, seg¨²n la UNESCO, y porque absorben los gases del efecto invernadero. Es decir, act¨²an como un sumidero de las emisiones de carbono. En consecuencia, con cada ¨¢rbol que se corta, m¨¢s carbono va a parar a la atm¨®sfera.
Esto se nota todav¨ªa m¨¢s en las zonas tropicales, donde la degradaci¨®n y deforestaci¨®n de los bosques genera 12% de todos los gases de efecto invernadero del mundo. Eso es m¨¢s que la suma de lo que se emite por transporte en todo el planeta.
Agricultura sostenible y etiquetas
Entonces, en vista de todo esto, y de que habr¨¢ m¨¢s bocas que alimentar en el mundo, ?c¨®mo podemos hacer para asegurarnos de que eso no signifique un deterioro mayor para el planeta?
¡°Hay una ¨¦nfasis emergente en la agricultura clim¨¢ticamente inteligente, o mejor dicho, agricultura con la habilidad de aumentar la producci¨®n, reducir las emisiones de CO2 y fomentar resistencia a las sequ¨ªas, plagas, enfermedades y otros choques,¡± afirma Jos¨¦ Cuesta, experto en la reducci¨®n de pobreza y la igualdad del Banco Mundial.
De hecho, ya hay varios ejemplos en el mundo de c¨®mo el cuidado de los bosques favorece el aumento de la producci¨®n. En Colombia, las vacas engordan m¨¢s r¨¢pido cuando se cr¨ªan junto a ¨¢rboles nativos; en China, la reforestaci¨®n en el altiplano Loess ayud¨® proteger una zona devastada por la erosi¨®n; y en Etiopia, la restauraci¨®n de los bosques nativos aument¨® la producci¨®n comercial de miel y frutas.
Del lado del consumidor, aunque ya no se puede evitar el uso de productos con aceite de palma o soja, s¨ª se puede evitar que los que se compran da?en los bosques. Busca las etiquetas como las de RSPO, Rainforest Alliance y otras, que garantizan que los ingredientes son sostenibles. Este poder de decisi¨®n de los consumidores puede significar un mejor futuro para el planeta.
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