El tesorero de la Camorra se arrepiente
Un mafioso del clan de los Casalesi desvela la relaci¨®n del grupo con pol¨ªticos y empresarios
No es nuevo que un mafioso se arrepienta, ni siquiera demasiado relevante en muchos de los casos ¡ªel prop¨®sito suele ser cambiar unos cuantos cromos con las autoridades antimafia para obtener beneficios penitenciarios¡ª, pero la situaci¨®n cambia cuando el que decide contarlo todo es Antonio Iovine, uno de los capos de los Casalesi, la organizaci¨®n criminal m¨¢s poderosa de la Camorra. Iovine, de 50 a?os, considerado durante a?os el ¡°ministro de econom¨ªa¡± del clan originario de Caserta, ha decidido ¡°cerrar una p¨¢gina y cambiar de vida¡± y est¨¢ relatando con puntos y comas las relaciones de la mafia con el mundo de la empresa, la pol¨ªtica y las instituciones. ¡°Generalmente¡±, ha reconocido el capo, ¡°a m¨ª me daba igual qui¨¦n fuera el candidato a alcalde, en el sentido de que cualquiera que ganara, entraba autom¨¢ticamente a formar parte del sistema gestionado por nosotros¡±.
Antonio Iovine inici¨® su carrera criminal en los a?os 80, en 1996 fue incluido en la lista de los delincuentes m¨¢s peligrosos de Italia y en 2008 condenado a cadena perpetua
Cuando Iovine, conocido en el mundo del hampa como ¡°O Ninno (El Ni?o)¡±, dice ¡°nosotros¡± se refiere al clan en el que se inspir¨® Roberto Saviano para escribir Gomorra, un superventas mundial que le obliga desde hace a?os a vivir escondido para conjurar la venganza de los mafiosos. Seg¨²n Saviano, el arrepentimiento de Antonio Iovine ¡°es una noticia que puede cambiar para siempre el conocimiento de la verdad sobre la relaci¨®n de pol¨ªticos y empresarios con el crimen organizado, no solo en la regi¨®n de Campania, sino en toda Italia, porque ¨¦l lleg¨® a la cima del clan jovenc¨ªsimo. No es un cuadro intermedio o un jefe militar; sino uno que lo sabe todo y, por tanto, ahora todo puede cambiar¡±.
Antonio Iovine, nacido en 1964, inici¨® su carrera de fugitivo en 1996, despu¨¦s de que las autoridades lo incluyeran en la lista de los 30 delincuentes m¨¢s peligrosos de Italia, al consider¨¢rsele involucrado en un buen n¨²mero de asesinatos desde los a?os ochenta. En 2008 fue condenado a cadena perpetua en rebeld¨ªa y en 2010 fue arrestado en una guarida de su propio pueblo, Casal del Pr¨ªncipe. Ingresado en la c¨¢rcel de Nuoro (Cerde?a) bajo el sistema conocido como 41 bis ¡ªun r¨¦gimen penitenciario dur¨ªsimo¡ª, el pasado 13 de mayo decidi¨® colaborar con la justicia y ya son muchos los folios con sus confesiones que la fiscal¨ªa antimafia de N¨¢poles ha conseguido rellenar en el transcurso de cuatro interrogatorios.
La parte fundamental de lo que sabe Iovine ¡ªtambi¨¦n la m¨¢s dura por intuida y ahora confirmada¡ª es que pr¨¢cticamente todo el mundo est¨¢ en el ajo de la corrupci¨®n criminal. Tanto es as¨ª, explica El Ni?o en su extens¨ªsima declaraci¨®n ante los fiscales antimafia que reproduce la prensa italiana, que ni siquiera ten¨ªa la necesidad en la mayor¨ªa de los casos de mancharse las manos de sangre: ¡°No ten¨ªamos que usar la violencia ni de hablar de forma espec¨ªfica de ciertos hechos, porque en aquel ambiente que nosotros control¨¢bamos todos sab¨ªan que las cosas deb¨ªan funcionar de un cierto modo¡±.
Un modo que conllevaba una cifra ya legendaria: el 5%. ¡°La mentalidad de los Casalesi inculcada desde j¨®venes¡±, explica el mafioso, ¡°era la regla del 5%. Esa era nuestra comisi¨®n a cambio de las recomendaciones, de los favoritismos¡ Es la cultura de los sobornos que, antes incluso que los camorristas, ha sido el propio Estado el que la ha extendido en nuestro territorio al no ofrecer alternativas legales a la gente¡±. A cambio de pagar un 5% al clan de los Casalesi el empresario obten¨ªa su contrato ¡ªpara levantar un edificio o para recoger la basura¡ª, el funcionario su sobresueldo y el pol¨ªtico ¡ªadem¨¢s del regalo oportuno¡ª una riada de votos en las siguientes elecciones.
¡°En algunos casos¡±, recuerda, ¡°pod¨ªa dirigir los contratos hacia los empresarios que a m¨ª me gustaban o que ten¨ªan conmigo una relaci¨®n que definir¨ªa como de sociedad. En otros casos, eran los empresarios los que manten¨ªan la relaci¨®n corrupta con los funcionarios de las oficinas t¨¦cnicas para obtener el contrato. Y hab¨ªa casos los empresarios ven¨ªan favorecidos solo porque eran cercanos a m¨ª. Los funcionarios p¨²blicos estaban siempre corrompidos. Hab¨ªa dinero para todos en un sistema completamente corrupto, incluidos los alcaldes¡±.
Cualquier pol¨ªtico que ganara, entraba autom¨¢ticamente a formar parte del sistema gestionado por nosotros
Solo cuando las cosas no se arreglaban entre caballeros o alg¨²n miembro de una banda rival osaba entrometerse, El Ni?o ten¨ªa que ponerse serio. El mafioso ha reconocido ante los fiscales sus pecados de juventud: ¡°Particip¨¦ en el asesinato de un guardia municipal en San Cipriano¡ Recuerdo tambi¨¦n el homicidio de Griffo Nicola¡ Y despu¨¦s de un tal Cicillo, El Pajarito, y otro asesinato de un hombre de color en Castel Volturno¡¡±. La lista es larga. Solo interrumpida porque, desde 1991 a 1995, estuvo en la c¨¢rcel y, cuando sali¨®, trat¨® de vengar la muerte de su hermano Carmine. Gajes del oficio. Huida, c¨¢rcel o muerte. De ah¨ª que, seg¨²n cuenta ahora Antonio Iovine, una parte de las suculentas ganancias de la Mafia se destine a sostener a los presos y sus familias: ¡°Durante el tiempo que estuve detenido, mi mujer recibi¨® una pensi¨®n de cuatro o cinco millones de liras¡ El sueldo de los ¡°41 bis¡± ¡ªel duro sistema carcelario previsto para los capos m¨¢s peligrosos¡ª oscila entre los 2.500 y los 15.000 euros al mes en relaci¨®n con la importancia. Francesco Schiavone y Francesco Bidognetti [dos de los jefes de los clanes de la Camorra] recib¨ªan 15.000¡±.
Adem¨¢s de los datos concretos que ya analiza la fiscal¨ªa antimafia para cuadrar los cr¨ªmenes irresueltos y preparar nuevas operaciones, hay una acusaci¨®n de El Ni?o que deja en el aire una acusaci¨®n muy grave: ¡°No quiero alejar de m¨ª la responsabilidad que la Camorra y yo mismo hemos tenido, pero probablemente nuestras conductas son tambi¨¦n consecuencia del abandono del Estado a la hora de combatirnos. Incluso personalidades conocidas por su lucha contra la Mafia [y cita al exparlamentario Lorenzo Diana, del Partido Democr¨¢tico (PD)] han permitido que sigui¨¦ramos con nuestros negocios cuando participaban alcaldes de sus partidos¡±. Diana, que ha llevado escolta durante 18 a?os, ha desmentido cualquier relaci¨®n, ni siquiera lejana, con el crimen organizado, pero las acusaciones del rey de Gomorra amenazan con dejar al desnudo las relaciones inconfesables entre el crimen y el poder.
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