¡°Las nuevas limitaciones de EE UU a la NSA son simb¨®licas¡±
Greenwald trabaja ahora en las filtraciones m¨¢s importantes de la agencia estadounidense
Glenn Greenwald (Nueva York, 1967), el periodista que divulg¨® el espionaje masivo de Estados Unidos a ciudadanos, gobiernos y empresas acaba de publicar Snowden, sin un lugar donde esconderse (Ediciones B). Un a?o despu¨¦s de una de las mayores filtraciones de la historia, sigue hablando ¡°casi cada d¨ªa¡± con Edward Snowden, el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), ahora refugiado en Rusia, que le filtr¨® los documentos.
Pregunta. Snowden asegur¨® que no se arrepent¨ªa de haber revelado documentos clasificados de la NSA si serv¨ªan para evitar el espionaje indiscriminado. ?Cree que algo ha cambiado?
Respuesta. Si comparamos lo que esper¨¢bamos conseguir con lo que realmente ha ocurrido, el resultado real es much¨ªsimo mejor de lo que hubi¨¦ramos podido prever, incluso en las mejores circunstancias. Por primera vez, hay un debate p¨²blico mundial sobre el valor de la privacidad y la intimidad en Internet. Adem¨¢s, algunos pa¨ªses est¨¢n poniendo en marcha reformas para limitar la vigilancia de los ciudadanos y para evitar que EE UU domine la Red. Hay empresas de telecomunicaciones norteamericanas que tienen mucho miedo de los efectos del espionaje en sus propias instalaciones, porque la gente no va a querer utilizar ni Facebook ni Google ni nada si piensa que los datos se pueden captar. El cambio m¨¢s importante de todos es que la gente se ha dado cuenta hasta qu¨¦ punto se ha puesto en peligro su intimidad y su privacidad y ahora muchas personas est¨¢n empezando a usar sistemas de encriptaci¨®n para proteger sus comunicaciones y evitar as¨ª que los vigilen.
Las nuevas filtraciones revelar¨¢n a qui¨¦n espiaba la NSA, si a terroristas o a activistas
P. La C¨¢mara de Representantes de EE UU acaba de aprobar un proyecto de ley para limitar la capacidad de vigilancia de la NSA. ?Es una medida real o una cortina de humo?
R. Es m¨¢s un s¨ªmbolo. Cuando se puso en marcha el proyecto, era una reforma real. Y por eso el presidente Obama estaba en contra. No quiere realmente que haya una reforma real. El proyecto empez¨® a diluirse y a quedar en papel mojado. Ahora hay ciertas limitaciones a la NSA, pero muy pocas. Es muy simb¨®lico, porque la estrategia es que Obama se presente al mundo y diga que ha escuchado el enfado mundial existente y que tomar¨¢ medidas. En realidad, lo que van a hacer es limitar la rabia de la opini¨®n p¨²blica para que el sistema contin¨²e vigilando. Sin embargo, tengo que decir que es la primera medida que EE UU toma desde el 11-S para reducir su poder, lo que demuestra hasta qu¨¦ punto los ciudadanos est¨¢n preocupados de que les vigilen.
P. ?Sigue la NSA escuchando conversaciones?
En los ¨²ltimos cuatro meses, el Gobierno de EE UU ha aumentado las amenazas hacia m¨ª
R. Evidentemente, sigue ocurriendo, el sistema no se ha hundido. El Gobierno estadounidense es el m¨¢s poderoso del mundo y la NSA es la agencia m¨¢s poderosa. Los cambios no se van a producir de repente, solo porque alguien ha publicado unos documentos y alguien se ha enfadado.
P. ?Y qu¨¦ se puede hacer entonces?
R. Hay que fomentar el debate entre la vigilancia dirigida a personas que, seg¨²n las pruebas, han hecho algo o pueden ser peligrosas frente a la vigilancia indiscriminada a toda la poblaci¨®n. Se necesita m¨¢s confidencialidad en las comunicaciones. Por ejemplo, periodistas, abogados, m¨¦dicos, psiquiatras, defensores de los derechos humanos¡ Tienen la responsabilidad de aprender a utilizar sistemas de encriptaci¨®n de sus correos electr¨®nicos, sus ordenadores y sus b¨²squedas en Internet para proteger a sus fuentes.
P. Snowden afirm¨® recientemente que las revelaciones m¨¢s importantes estaban por llegar. ?Es cierto?
R. S¨ª, sin duda. Precisamente yo estoy trabajando en ese tema ahora. Si no se trata de la revelaci¨®n m¨¢s importante, es una de las m¨¢s importantes. Me est¨¢ llevando tiempo porque desde un punto de vista ¨¦tico, legal y period¨ªstico es compleja. Esa historia va a desempe?ar un papel muy importante a la hora de hacer comprender a la gente cu¨¢les son los peligros de este sistema y sus amenazas.
P. ?Cu¨¢l es la historia?
R. Prefiero no hablar de cosas que no est¨¢n preparadas todav¨ªa porque ya lo hice antes, y me di cuenta de que no deber¨ªa haberlo hecho.
P. Pero, ?sobre qu¨¦ trata la historia?
R. Es una de las cuestiones que todav¨ªa no se han respondido, es decir, saber qui¨¦nes son exactamente las personas que la NSA tiene en su punto de mira. Mi historia aclarar¨¢ qu¨¦ conversaciones telef¨®nicas se est¨¢n escuchando, si las de personas que se consideran una amenaza terrorista o las de profesores, escritores y cr¨ªticos con la pol¨ªtica exterior de EE UU.
P. ?Por trabajar en esta historia dej¨® The Guardian?
R. Lo dej¨¦ por la oportunidad que se me ofreci¨®, no porque estuviera inc¨®modo. Hab¨ªa art¨ªculos muy peligrosos, con los que el Gobierno estadounidense podr¨ªa enfadarse mucho.
P. Esta misma semana Snowden asegur¨® en una entrevista que querr¨ªa volver a EE UU. ?Ser¨¢ alg¨²n d¨ªa posible?
El Gobierno de Estados Unidos sigue escuchando las conversaciones de sus ciudadanos
R. No creo que sea posible que regrese porque es muy importante para el Gobierno estadounidense dejar muy claro que, si alguien vuelve a hacer algo parecido y filtra documentos, su vida quedar¨¢ destruida. No puede dejar que Snowden vuelva a EE UU sin llevarle a prisi¨®n durante muchas d¨¦cadas, no quieren que sea considerado una especie de h¨¦roe. Washington tiene miedo de que? inspire a otras personas.
P. Snowden asegur¨® que no regresar¨ªa porque no confiaba en la justicia de EE UU. ?Usted qu¨¦ cree?
R. Despu¨¦s del 11-S, el sistema de justicia se ha dise?ado para que cualquier persona que sea acusada de da?ar la seguridad nacional vaya a la c¨¢rcel. John Kerry [secretario de Estado] dijo ayer que Snowden deber¨ªa actuar como un hombre y regresar a EE UU para defenderse. Aparte de ser un comentario muy sexista y desagradable, es muy enga?oso. Snowden no puede tener un juicio justo porque incluso se le ha prohibido argumentar por qu¨¦ revel¨® esos documentos y por qu¨¦ consideraba que el p¨²blico deb¨ªa conocerlos.
P. ?Qu¨¦ cree la opini¨®n p¨²blica sobre Snowden, que es un patriota o un traidor?
R. Las encuestas est¨¢n divididas. Algunas muestran que hasta el 65% de los norteamericanos lo consideran m¨¢s un informante que un traidor. Tiene mucho apoyo en EE UU y en el mundo entero. Lo interesante de la opini¨®n p¨²blica en este caso es que no se ha dividido entre republicanos y dem¨®cratas, sino que la diferencia la establece la edad: la gente m¨¢s joven le apoya de forma abrumadora porque comprenden la importancia de Internet y el peligro de que el Gobierno utilice estos datos, mientras que los mayores no le apoyan tanto.
P. ?Ha sufrido alg¨²n tipo de persecuci¨®n desde que public¨® las filtraciones de la NSA?
Los periodistas tienen la responsabilidad de aprender a utilizar sistemas de encriptaci¨®n
R. Nos amenazaron desde el principio. En los ¨²ltimos cuatro meses, el Gobierno norteamericano ha aumentado esas amenazas, tanto de forma p¨²blica como privada. Consideran que mi periodismo es delictivo y me han dicho que si vuelvo a EE UU [ahora vive en Brasil] me arrestar¨¢n y me juzgar¨¢n. Mi pareja, David Miranda, fue retenido en un aeropuerto brit¨¢nico y todav¨ªa hay una investigaci¨®n criminal sobre ¨¦l.
P. Pero regres¨® a EE UU cuando The Guardian y The Washington Post ganaron el premio Pulitzer, precisamente por la publicaci¨®n de los documentos que usted public¨® sobre el espionaje de la NSA.
R. S¨ª, pero hab¨ªa una sala llena, con 400 periodistas esperando, y all¨ª habr¨ªa sido muy dif¨ªcil que el Gobierno me hubiera arrestado. Washington no me garantiza que no me arreste si viajo a mi pa¨ªs. Pero me niego a que me aparten de ¨¦l. Si quieren arrestarme, luchar y tener esa pelea, estoy dispuesto a lucharla.
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