Un oligarca a la caza de rebeldes
El magnate Kolomoyski convierte Dnipropetrovsk en el trampol¨ªn militar de Kiev
Helic¨®pteros del Ej¨¦rcito ucranio esperan en el aeropuerto de Dnipropetrovsk. En el centro de la ciudad, cuatro militares voluntarios hacen guardia en un edificio p¨²blico acodados sobre dos pianos. Banderas azules y amarillas ondean en cada esquina. La capital de la regi¨®n m¨¢s oriental de las que permanecen leales a Kiev se ha convertido en la cuna oficial del patriotismo ucranio. Tambi¨¦n, en punta de lanza de la ofensiva contra las provincias que no reconocen el poder central y apuestan por una asociaci¨®n m¨¢s estrecha con Rusia.
La industrial Dnipropetrovsk no ha experimentado las tentaciones separatistas de las vecinas Donetsk y Lugansk. Tercera ciudad del pa¨ªs y su coraz¨®n metal¨²rgico, en Dnipropetrovsk convive m¨¢s de una frontera. La m¨¢s evidente es la geogr¨¢fica: Dnipro es el coraz¨®n ferroviario que conecta el este, el oeste y Crimea. Pero tambi¨¦n est¨¢n la frontera pol¨ªtica y la econ¨®mica. Durante la era sovi¨¦tica fue el vivero espacial que todav¨ªa celebran los cohetes que adornan alguna de sus plazas; hoy, si bien no reniega de ese pasado imperial, la vieja capital de los sat¨¦lites gravita en el espacio que queda entre los fastos del capitalismo salvaje y la pobreza postsovi¨¦tica. La ciudad es cuna de nuevos ricos a los que les gusta oler a dinero. Su urbanismo se construye a partir de edificios suntuosos, iluminados como casinos de Las Vegas en medio de la oscuridad de las calles, a menudo flanqueados por casas abandonadas.
El que esta ciudad de desigualdades haya dado la espalda al descontento de sus vecinas para convertirse en remanso de patriotismo ucranio y trampol¨ªn militar de Kiev se explica por muchas razones, pero hay una muy poderosa: Ihor Kolomoyski, cuarta fortuna del pa¨ªs y gobernador de la regi¨®n desde que el primer ministro, Alex¨¢nder Turch¨ªnov, reparti¨® el cargo entre los grandes oligarcas del pa¨ªs.
Kolomoyski no vive en la ciudad. Una leyenda local justifica su ausencia por la alergia a un tipo de polen com¨²n en la regi¨®n. Por la raz¨®n que sea, su residencia legal est¨¢ en Suiza, y desde all¨ª se ha ocupado de que nada se mueva en Dnipropetrovsk sin su permiso. Los batallones de voluntarios que luchan contra los prorrusos han insinuado en varias ocasiones que sin su apoyo log¨ªstico no existir¨ªan. En contra de la ambig¨¹edad de oligarcas como Rinat Ajmatov (hombre m¨¢s rico del pa¨ªs), Kolomoyski no ha tenido problemas en significarse y ha gastado toneladas de dinero en material militar. Al principio del conflicto anunci¨® que pagar¨ªa 10.000 d¨®lares (7.336 euros) por cada saboteador prorruso que le entregasen.
Ante esta pol¨ªtica de recompensas, los prorrusos lo convirtieron en uno de sus blancos. Las sucursales de Privatbank en Crimea, Lugansk y Donetsk han tenido que cerrar. Los rebeldes atacaron varias y asaltaron un cami¨®n blindado en Horlivka, seg¨²n la compa?¨ªa. Pero a Kolomoyski el dinero no le escasea. Nacido en 1963 y con doble nacionalidad, ucrania e israel¨ª, es propietario de Privat Group. Su posesi¨®n estrella es el Privatbank, de los mayores bancos del pa¨ªs, junto a sider¨²rgicas, empresas petrol¨ªferas y gas¨ªsticas, aerol¨ªneas, ferrocarriles y cadenas de televisi¨®n. Sus negocios se extienden por Europa, EE UU y Rusia. Ninguno cotiza en bolsa, y sus or¨ªgenes se relacionan con todo tipo de rumores oscuros sobre extorsiones que han llegado a tribunales ingleses.
Siempre en la sombra, se le ha asociado con Leonid Kuchma, V¨ªktor Y¨²shenko y Yulia Timoshenko. Tambi¨¦n se insin¨²a que apoy¨® al Maid¨¢n local en sus primeros momentos, cuando a¨²n hab¨ªa choques en las calles con los partidarios de Yanuk¨®vich.
¡°El papel que Kolomoyski est¨¢ desempe?ando en pol¨ªtica se puede comparar al que tuvo en f¨²tbol¡±, explica el pol¨ªt¨®logo V¨ªktor Pashohenko, una de las escasas voces que acepta analizar la figura del bar¨®n. Se refiere a cuando, a finales de los noventa, el equipo local, el Dnipro, era una gloria sovi¨¦tica que se hund¨ªa, y las autoridades de la ciudad pidieron a Kolomoisky que interviniera. Lo compr¨® y ahora es uno de los punteros en el pa¨ªs, junto al Shaktar de Ajmatov. ¡°Y Kolomoisky nunca intent¨® sacar provecho de esa popularidad porque no le hace falta¡±, concluye Pashohenko. ¡°Lo mismo ocurre con la pol¨ªtica: tiene tanto dinero que no la necesita¡±.
Las razones por las que ha convertido la ciudad en un basti¨®n patri¨®tico parecen distintas. ¡°En primer lugar, no quiere perder sus negocios por la inestabilidad¡±, explica el polit¨®logo: ¡°En segundo, quiere estar bien situado para la ola de expropiaciones que habr¨¢ tras el verano, cuando se liquiden las fortunas fraudulentas del c¨ªrculo de Yanuk¨®vich¡±.
Los disparos contin¨²an en el este, donde los prorrusos intentaron este domingo regresar al aeropuerto de Donetsk. Mientras desde Dnipropetrovsk se dise?an los asaltos a las provincias vecinas, la ciudad vive en calma. La noche del jueves se celebraba un gran concierto en la que hasta el Maid¨¢n se llam¨® plaza Lenin y ahora es de la Centuria Celestial, por los ca¨ªdos en la revuelta. Suena tecno eslavo sobre un escenario con la bandera ucrania. Hasta que empieza a tronar y llega la lluvia.
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