Las milicias frenan la paz en Ucrania
Los batallones voluntarios que se multiplican en los dos bandos alientan una lucha de guerrillas
Un rumor se extendi¨® el jueves por Donetsk: los rebeldes han tomado el hospital. No era exacto. M¨¢s bien un grupo de milicianos hab¨ªa ocupado de forma aut¨®noma el ¨²ltimo piso de un pabell¨®n m¨¦dico para asegurarse de que un colega enfermo fuera bien atendido. Un paciente sal¨ªa por la puerta explicando que lo hab¨ªan obligado a saltar de la cama. Un hombre armado controlaba la escena desafiante. ¡°Yo no me acercar¨ªa: son violentos¡±, se escabull¨ªa una enfermera por el corredor.
La proliferaci¨®n de paramilitares que imponen su ley es uno de los efectos m¨¢s preocupantes del conflicto ucranio. Y la tendencia no cesa. El mi¨¦rcoles Alexander Borodai, primer ministro de la Rep¨²blica de Donetsk, entidad pol¨ªtica constituida por oposici¨®n al Gobierno central, llamaba a filas a m¨¢s voluntarios con que defenderse de la ofensiva de Kiev. ¡°No tenemos armas, pero eso lo resolveremos¡±, asegur¨®.
Si se excluye a los oscuros elementos rusos de las unidades m¨¢s contundentes (el Batall¨®n Vostok, el Oplast y el Batall¨®n Ortodoxo Ruso) el ej¨¦rcito del este se compone en su totalidad de voluntarios. La prioridad del Vostok al llegar a Donetsk fue reconducir el caos generado por el reparto de armas entre grupos inestables. ¡°Est¨¢ habiendo atracos de gente que se hace pasar por nuestro ej¨¦rcito, pero los detendremos¡±, aseguraba Borodai, dos d¨ªas despu¨¦s del secuestro de un cami¨®n blindado.
La situaci¨®n en el oeste no es m¨¢s tranquilizadora. El proucranio Batall¨®n Donbas es la m¨¢s medi¨¢tica de sus unidades de voluntarios. En su presentaci¨®n a principio de mayo, los periodistas descubrieron en su campo de entrenamiento a un centenar de enmascarados, algunos veteranos del ej¨¦rcito, pero tambi¨¦n empleados en banca o estudiantes que jugueteaban con los primeros fusiles que hab¨ªan visto desde el servicio militar, que es obligatorio.
El nuevo presidente, Petro Poroshenko, anunci¨® el s¨¢bado en su investidura que apuesta por la paz, pero los batallones de voluntarios contin¨²an anunci¨¢ndose por televisi¨®n. Ante las carencias del ej¨¦rcito ucranio, los ministerios de Defensa e Interior han fomentado el alistamiento en fuerzas paramilitares. La extrema derecha presumi¨® en los primeros d¨ªas de nutrir a estas unidades, pero la procedencia de alistados se ha abierto a una amplia serie de filiaciones. Sigue siendo un misterio c¨®mo se financian, aunque sus miembros reconocen la ayuda de oligarcas locales. Eso ha potenciado que en el este sean recibidos como un grupo de asesinos. Medios locales han publicado que el magnate Kolomoisky est¨¢ presionando para cambiar las leyes que persiguen a quien paga mercenarios, mientras invierte 10 millones de euros mensuales en ellos, seg¨²n Forbes.
Inicialmente los voluntarios del oeste se atribuyeron en Donetsk y Lugansk los controles de carreteras, pero su implicaci¨®n en combates aumenta. Hace dos semanas una iniciativa del Batall¨®n Donbas termin¨® con siete muertos. A¨²n no queda claro qui¨¦n abri¨® fuego, pero el incidente revela los peligros de un conflicto de guerrillas.
Los voluntarios est¨¢n formalmente a las ¨®rdenes de un ej¨¦rcito regular que nada entre la biso?ez y el desmoronamiento. En Dnipropetrovsk, el comandante del quinto escuadr¨®n del Batall¨®n Dni¨¦per, Vladimir Shilov, no disipa las dudas sobre este sistema. Con la cabeza afeitada y un esmerado bigotillo que contrasta con sus babuchas, Shilov se presenta como un jefe de polic¨ªa de Donetsk retirado. ¡°Dirijo voluntarios sin experiencia: eso hace las cosas m¨¢s dif¨ªciles que en la polic¨ªa¡±, concede. Sobre los d¨¦ficits de organizaci¨®n no se va por las ramas: ¡°Necesitamos una comandancia en jefe m¨¢s profesional. Cuando luch¨¦ en Afganist¨¢n, los batallones s¨ª ten¨ªan un coordinador en contacto con la central¡±. Uno de sus oficiales profundiza: ¡°Hay cierta confusi¨®n por culpa de la central, no por problemas entre batallones y ej¨¦rcito¡±.
Yuri Bereza, comandante del Batall¨®n Dni¨¦per, disfruta recalcando que su unidad es la m¨¢s importante de las cuatro voluntarias de Dnipropetrovsk. ¡°Y nos llevamos bien con el ej¨¦rcito, porque el enemigo es Rusia¡±. Aun as¨ª, asegura que guarda ¡°una impresi¨®n muy triste¡± de los oficiales que ha conocido: ¡°Con Yanuk¨®vich los galones se compraban. A esa gente la mueve el dinero. Nunca hemos tenido un ej¨¦rcito real¡±, abunda: ¡°Nuestros batallones ahora s¨ª que lo son. Esperamos ser la nueva polic¨ªa y el ej¨¦rcito¡±. Cuando se le plantea el peligro de que el Gobierno pierda el control de tantos hombres armados bajo mandos distintos, se excita ante la falta de visi¨®n de los europeos. Responde que la defensa ucrania es profesional, y viril. Planta sobre la mesa un mapa de Rusia con marcas en las ciudades en las que asegura que tienen esp¨ªas. ¡°Los ucranios no somos tontos¡±, contin¨²a, arrojando ahora un libro de Cicer¨®n: ¡°Yo estoy leyendo esto¡±.
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