¡°Los ¨¢rabes estamos discriminados¡±
Los ¡®peshmergas¡¯ que controlan Kirkuk, capital de los kurdos, levantan recelos en la poblaci¨®n
El cuartel de Kaiwan es la prueba del deshonor. Si en Mosul los soldados del Ej¨¦rcito iraqu¨ª lucharon durante cinco d¨ªas antes de retirarse ante el avance yihadista, aqu¨ª, a las afueras de Kirkuk, se marcharon sin que haya noticias de que fueran hostigados. ¡°Vinimos porque los civiles estaban saqueando el lugar¡±, asegura el coronel Fahed Sahim Misuri, de los peshmergas. La r¨¢pida intervenci¨®n de estas fuerzas kurdas tambi¨¦n ha puesto a salvo las instalaciones petroleras al oeste.
¡°Todas las plantas petroleras, desde Dibis [en la linde con la provincia de Erbil] hasta Kirkuk, est¨¢n protegidas¡±, declara el coronel Kaka Bara Ramadan Ahmad, responsable de inteligencia de la Fuerza de Protecci¨®n de Instalaciones (FPI) en la provincia que se disputan ¨¢rabes, kurdos y turcomanos.
Los soldados iraqu¨ªes huyeron de la ciudad sin que nadie los hostigara
La FPI, un cuerpo policial creado para proteger las infraestructuras estrat¨¦gicas, depende del Ministerio del Interior. Significativamente, encuentro al coronel Kaka Bara en las oficinas de la Uni¨®n Patri¨®tica del Kurdist¨¢n (UPK, uno de los dos grandes partidos kurdos) en Kirkuk. El oficial reconoce la ayuda que les han prestado los peshmergas.
¡°Han establecido un per¨ªmetro defensivo a 15 kil¨®metros alrededor de las instalaciones para evitar que nos alcancen los obuses del EIIL¡±, el Estado Isl¨¢mico de Irak y el Levante, explica. Aun as¨ª, el viernes los insurgentes atacaron el campo de Khabbaz. ¡°Les hicimos huir hacia Hawija¡±, asegura el coronel Kaka Bara.
Evitar cualquier infiltraci¨®n que provenga de esa ciudad es clave para las tropas kurdas instaladas en el cuartel de Kaiwan tras la huida de la 12? divisi¨®n del Ej¨¦rcito. Hawija, cerca de la linde con la provincia de Saladino, est¨¢ considerada un semillero insurgente desde antes de esta ¨²ltima crisis. Por eso, en cuanto los soldados de Bagdad abandonaron sus posiciones la semana pasada, los disciplinados peshmergas no tardaron en llegar.
Seg¨²n el jefe del Gobierno regional kurdo, Nechirvan Barzani, el primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, le pidi¨® que tomaran ese cuartel para evitar nuevos problemas de seguridad. Pero el asunto es potencialmente explosivo.
Los kurdos llevan reclamando Kirkuk desde el derrocamiento de Sadam Husein en 2003. Sin embargo, la que ellos consideran su capital hist¨®rica es tambi¨¦n reclamada por ¨¢rabes y turcomanos, y cuenta adem¨¢s con una peque?a minor¨ªa asiria (cristianos). Imposible establecer el peso demogr¨¢fico de cada grupo. Los kurdos denuncian la arabizaci¨®n del siglo pasado y los dem¨¢s, la influencia kurda de la ¨²ltima d¨¦cada.
¡°Me preocupa la situaci¨®n¡±, conf¨ªa Marwan, un barrendero de 18, que dice desconfiar del avance de los peshmergas. ¡°Por un lado, no puedo regresar a mi ciudad, Tikrit, y por otro, aqu¨ª los ¨¢rabes estamos discriminados¡±, asegura. ¡°Temo que el ambiente va a deteriorarse¡±, a?ade.
Ahmed, un ¨¢rabe de 32 a?os nacido en Kirkuk y que trabaja para el Ayuntamiento, no es tan pesimista. ¡°Estoy con los peshmergas porque nos dan seguridad¡±, declara tras negar que ninguna comunidad sufra discriminaci¨®n. Ahora bien, defiende la arabidad de su ciudad, aunque precisa que ¡°debe ser para todos¡±.
L¨ªderes kurdos manifiestan su intenci¨®n de seguir controlando el lugar
¡°Los peshmergas no son extra?os, son gente de la regi¨®n; no hubieran intervenido de no haber sido necesario. Como turcomanos aprobamos su acci¨®n¡±, afirma por su parte Irfan Kirkukly, l¨ªder del Partido Nacional Turcomano y miembro del comit¨¦ multi¨¦tnico que se ocupa de la seguridad en el per¨ªmetro urbano.
Para esa comunidad, cuyos lazos con los kurdos han mejorado en la ¨²ltima d¨¦cada, la expansi¨®n de las fuerzas kurdas constituye un mal menor. ?Hasta cu¨¢ndo?
¡°Eso es cosa de los pol¨ªticos. Nosotros nos quedaremos aqu¨ª hasta que recibamos ¨®rdenes¡±, responde el coronel Fahed.
No es lo que dice la pintada a la entrada de la base: ¡°Nunca abandonaremos Kirkuk¡±. Tampoco lo que revelan algunas sonrisas de satisfacci¨®n. ¡°Es el sue?o que est¨¢bamos esperando todos estos a?os¡±, desliza en ingl¨¦s un hombre vestido con el traje t¨ªpico kurdo.
De vuelta en la ciudad, los pol¨ªticos kurdos ratifican ese objetivo. ¡°Estamos protegiendo a nuestro pueblo y nuestra tierra. S¨®lo hemos llegado hasta los l¨ªmites del Kurdist¨¢n, hasta las zonas que nos arrebataron durante la arabizaci¨®n; los peshmergas no han avanzado hasta Hawija¡±, se?ala el vicerresponsable local del PUK, Rawand Male Mahmud.
Entonces, ?van a quedarse donde est¨¢n? ¡°Por supuesto¡±, concluye Rawand con firmeza.
No obstante, en un signo de la sensibilidad del asunto, un polic¨ªa detuvo a esta corresponsal cuando hac¨ªa entrevistas en la calle. Una vez en comisar¨ªa, el oficial al cargo me dijo que para pedir opiniones a la gente deb¨ªa contar con su autorizaci¨®n.
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