La Colombia que no vota

Los habitantes de Bar¨², una isla sobre el Caribe colombiano muy cerca de Cartagena de Indias, decidieron abstenerse de votar. Se quedaron en sus casas durante las legislativas de marzo, tambi¨¦n en la primera vuelta presidencial a finales de mayo y lo hicieron de nuevo este domingo como protesta por el olvido en que los tienen sus gobernantes. ¡°Sin agua, sin carretera y sin educaci¨®n, Bar¨² no participa en la votaci¨®n¡±, fue el mensaje que algunos exhibieron en pancartas.

Esta es una de las manifestaciones del desencanto de los electores colombianos con sus pol¨ªticos. En los ¨²ltimos 16 a?os, los que salen a votar no han superado el 49%. Sin embargo, en esta ¨²ltima elecci¨®n presidencial el abstencionismo se dispar¨® y lleg¨® en la primera vuelta al 60% y en la segunda al 53%. ¡°No me gusta ninguno de los dos, as¨ª que no voy a ir a votar¡±, dijo ?ngelo, de 25 a?os, en la ma?ana del domingo. Est¨¢ junto a un puesto de arepas en una zona de oficinas de Bogot¨¢ junto a Laura, de 22, que tampoco vota. ¡°Zuluaga es la vuelta de [el expresidente 2002-2010] Uribe, y Santos no ha hecho nada. No hay seguridad en la calle, toda la pol¨ªtica es corrupci¨®n¡±, critic¨®.

En las dos vueltas presidenciales a la apat¨ªa de siempre se sum¨® la guerra sucia entre Santos y Zuluaga, que al final se reflej¨® en el elevado n¨²mero de abstencionistas (votaron cerca de 16 millones en la segunda vuelta, de los 33 que estaban habilitados para votar). A esto habr¨ªa que a?adir el voto en blanco, que de un habitual 2% lleg¨® en la primera vuelta al 6% y en la segunda al 4%. Uno de los pol¨ªticos que abander¨® esta opci¨®n es el senador del Polo Democr¨¢tico de izquierda, Jorge Enrique Robledo, para quien aliarse con Santos o Zuluaga, como ha hecho la mayor parte de la izquierda y la propia excandidata presidencial Clara L¨®pez, era traicionar su conciencia.

Colombia ocupa el primer lugar entre los pa¨ªses abstencionistas de la regi¨®n. Los analistas coinciden en que al descr¨¦dito de los partidos pol¨ªticos se suma una falta de conexi¨®n entre los pol¨ªticos y las necesidades reales de la gente. Esa es la raz¨®n por la que Lorena, una camarera de 20 a?os, tampoco vot¨®. ¡°Prometen cosas que no pueden cumplir. Solo se preocupan de la paz con las FARC, pero no hablan de la violencia que vivimos en la calle, hay robos y asesinatos todos los d¨ªas¡±, dice.

La percepci¨®n de inseguridad tambi¨¦n influye. A pesar de que las FARC decretaron un alto el fuego durante la primera y la segunda vuelta, el uribismo denunci¨® que no hab¨ªa garant¨ªas para votar en ciertos lugares del pa¨ªs en donde grupos armados presionaban a los electores. As¨ª ocurri¨® el domingo en el Choc¨®, en el Pac¨ªfico, donde integrantes del ELN, la otra guerrilla con la que se ha empezado a negociar, impidieron que se instalaran mesas de votaci¨®n. Aunque el Gobierno asegur¨® que controla el orden p¨²blico en todo el pa¨ªs, casos como el del Choc¨®, provocan que algunos electores prefirieran quedarse en sus casas.