Fran?ois Hollande aplaca el ansia de Matteo Renzi
Los socialistas europeos apoyar¨¢n a Juncker y rebajan sus deseos de reforma
Los socialistas europeos, perdedores de las elecciones del 25 de mayo, fijaron ayer en Par¨ªs una posici¨®n com¨²n de cara a la crucial cumbre de la Uni¨®n Europea (UE) que se celebrar¨¢ en Bruselas el 26 y 27 de junio. El presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, convoc¨® en el H?tel Marigny, a dos pasos del El¨ªseo, a ocho jefes de Gobierno socialdem¨®cratas, con el joven e impetuoso primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el vicecanciller alem¨¢n, Sigmar Gabriel, como figuras de peso.
En la cumbre, los l¨ªderes socialdem¨®cratas decidieron apoyar de forma un¨¢nime el nombramiento del conservador luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisi¨®n ¡ªpara anular la desavenencia brit¨¢nica y obtener a cambio la presidencia del Consejo¡ª y de propina a?adieron que la UE ¡°debe controlar mejor la inmigraci¨®n, pero sin modificar las reglas existentes¡±.
La minicumbre de nueve gobernantes socialdem¨®cratas fue convocada por Hollande para aplacar la furia reformista de Renzi, que en los ¨²ltimos d¨ªas hab¨ªa asustado a Alemania (y a la sumisa Francia) al exigir cambios radicales en las pol¨ªticas de la UE para espolear el crecimiento y el empleo. Tambi¨¦n se considera un contrapunto a la reuni¨®n de la canciller Angela Merkel con l¨ªderes conservadores en Suecia, donde qued¨® patente la diferencia entre ella y el brit¨¢nico Cameron.
Obstinado en su promesa de reformar Italia, y reforzado por el hist¨®rico 40% obtenido en su primera gran cita con las urnas, el exalcalde de Florencia es el ¨²nico pol¨ªtico con respaldo popular de un centroizquierda castigado por los votantes, abandonado por las musas y alejado de la realidad.
Al exigir un nuevo Pacto de Estabilidad, que ahora limita el d¨¦ficit de los Estados al 3% y la deuda al 60%, Renzi ha dividido a los conservadores y atemorizado a los socialdem¨®cratas. El presidente saliente del Consejo, Hermann Van Rompuy, le anunci¨® el martes en Roma que sus peticiones eran ¡°inaceptables para los socios europeos¡±, y que no se dan las condiciones para tocar los tratados. A su vez, Merkel llam¨® al orden a Gabriel, su vicecanciller, partidario de excluir del c¨¢lculo del d¨¦ficit los costes de las reformas, como pide Renzi.
Hollande, preocupado por que el l¨ªder del Partido Democr¨¢tico actuara como un francotirador en la reuni¨®n que debe decidir qui¨¦n liderar¨¢ las instituciones comunitarias en los pr¨®ximos cinco a?os, decidi¨® convertir una cumbre bilateral con Renzi en una foto de familia que son¨® como un tir¨®n de orejas al novato.
La cumbre comenz¨® con un cara a cara en el jard¨ªn entre Hollande y Renzi. Se supone que ambos iban a pactar el aspirante a suceder a Van Rompuy, ya que la contrapartida de la designaci¨®n de Juncker es que un socialdem¨®crata coordine a los 28 jefes de Estado y de Gobierno europeos. La lucha se plantea entre dos ex primeros ministros: el dem¨®crata cristiano italiano, Enrico Letta, y el franc¨¦s Jean-Marc Ayrault. Pero, en un s¨ªntoma m¨¢s de la transparencia que caracteriza al actual socialismo europeo, nadie quiso contar qui¨¦n fue el elegido.
Adem¨¢s de Hollande, Renzi y Sigmar Gabriel, acudieron a la cumbre el expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y los jefes de Gobierno de Dinamarca, Ruman¨ªa, Eslovaquia, Rep¨²blica Checa, Malta, Austria y B¨¦lgica. La reuni¨®n termin¨® entre buenas intenciones y frases gastadas. ¡°Ha ido muy bien¡±, dijo Renzi. ¡°Estamos de acuerdo en impulsar el crecimiento y el empleo¡±. ¡°La Uni¨®n Europea debe aplicar el Pacto de Estabilidad con toda suavidad¡±, enfatiz¨® Hollande.
La actitud meliflua de los socialistas europeos indica que la UE se apresta a vivir un quinquenio marcado por una gran coalici¨®n bipartidista. La tendencia, estrenada en Italia tras el avance del Movimiento 5 Estrellas, abrazada luego por Alemania, y ambicionada por muchos en Espa?a e incluso en Francia, est¨¢ llamada a perpetuar el poder de los grandes partidos y a limitar el avance de los grupos eur¨®fobos y extremistas que aprovecharon la crisis para expandirse por el continente. Ahora, conservadores y progresistas tienen enemigos comunes, y pueden decirle a su a?eja rivalidad la palabra so?ada: adi¨®s
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.