El arresto de Sarkozy sacude Francia
El expresidente sali¨® en libertad tras ser interrogado por la polic¨ªa y un juez durante 18 horas
Francia vivi¨® ayer una conmoci¨®n; una situaci¨®n in¨¦dita: un expresidente de la Rep¨²blica detenido durante horas por la polic¨ªa para declarar sobre un caso que le compromete penal y pol¨ªticamente.
A primera hora del martes, el expresidente del Estado Nicolas Sarkozy tuvo que acudir a la oficina de la polic¨ªa judicial especializada en infracciones financieras y fiscales para testificar sobre los presuntos delitos de tr¨¢fico de influencias y violaci¨®n del secreto de instrucci¨®n. Apenas 24 horas antes, la misma polic¨ªa hab¨ªa detenido a su abogado Thierry Herzog y dos magistrados del Tribunal Supremo en relaci¨®n con la misma causa. Anoche Herzog pas¨® a la condici¨®n de imputado, al igual que uno de los magistrados, Gilbert Azibert.
El expresidente estuvo 15 horas detenido en comisar¨ªa ante el estupor general y la indignaci¨®n de sus seguidores en su formaci¨®n pol¨ªtica, la conservadora Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP). Algunos no dudaron en tachar de ¡°encarnizamiento¡± el trato que la justicia est¨¢ deparando a su antiguo l¨ªder. Otro declaraba a Le Figaro su temor a que Sarkozy sufriera la humillaci¨®n de tener que dormir en comisar¨ªa.
Su abogado y los dos magistrados del Supremo detenidos el d¨ªa anterior ya llevaban 24 horas en las dependencias policiales de Nanterre (a las afueras de Par¨ªs) cuando lleg¨® Sarkozy a bordo de un coche de cristales tintados. Entr¨® directamente a un aparcamiento subterr¨¢neo. Sometido a la figura jur¨ªdica de ¡°garde ¨¤ vue¡±, el expresidente puede quedar retenido durante un m¨¢ximo de 48 horas, plazo tras el cual puede quedar en libertad o ser llevado ante un juez. El mutismo ante la sede de la polic¨ªa judicial fue total durante el d¨ªa.
A pesar de que los casos de corrupci¨®n acorralan a Sarkozy desde que perdi¨® la presidencia de la Rep¨²blica en 2012, la noticia de su detenci¨®n fue toda una sorpresa. Nunca un expresidente franc¨¦s se hab¨ªa visto en una situaci¨®n como esta, si bien ha habido condenas en firme, como la de Jacques Chirac, de dos a?os de c¨¢rcel por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos y abuso de confianza durante su ¨¦poca de alcalde de Par¨ªs.
El caso que ha llevado a Sarkozy a la comisar¨ªa se inscribe en la investigaci¨®n judicial sobre la presunta financiaci¨®n irregular de su campa?a electoral en 2007 con fondos aportados por el entonces presidente libio Muamar el Gadafi. Gracias a la interceptaci¨®n del tel¨¦fono de Sarkozy y de algunas personas de su entorno, la polic¨ªa cree que el expresidente, a trav¨¦s de su abogado, que hac¨ªa de intermediario, estaba al tanto de los procesos judiciales por corrupci¨®n abiertos contra ¨¦l. Los dos informantes del abogado Herzog ser¨ªan, en este caso, los dos magistrados detenidos junto a ¨¦l el lunes por la ma?ana: Gilbert Azibert y Patrick Sassoust, que habr¨ªan violado el secreto de instrucci¨®n. Como contrapartida, el exmandatario franc¨¦s podr¨ªa haber intervenido en favor de sus informantes, promoviendo, por ejemplo, el nombramiento de Azibert al cargo al que aspiraba en M¨®naco. El tr¨¢fico de influencias est¨¢ penado en Francia con cinco a?os de prisi¨®n y una multa de 500.000 euros.
Adem¨¢s de verificar los presuntos delitos de violaci¨®n de secretos y tr¨¢fico de influencias, la polic¨ªa comprob¨® que Sarkozy utilizaba un tel¨¦fono m¨®vil clandestino, a nombre de un tal Paul Bismuth, para hablar con su abogado Herzog, que tambi¨¦n dispon¨ªa de un tel¨¦fono clandestino.
El portavoz del Gobierno socialista y ministro de Agricultura, St¨¦phane Le Foll, destac¨® ayer que la justicia debe llegar hasta el final y que Sarkozy ¡°es un justiciable como los dem¨¢s¡±. Entre los seguidores de Sarkozy, sin embargo, se empieza a considerar que el expresidente no est¨¢ siendo tratado como el resto y recuerdan que incluso ha habido ministros perseguidos por la justicia a los que no se les aplic¨® la misma detenci¨®n en el curso de investigaciones similares.
Hay, en efecto, una celeridad en las diligencias que ha sorprendido a parte de la opini¨®n p¨²blica y que ha dado pie a hacer c¨¢balas sobre la casualidad de las agendas judiciales con las pol¨ªticas. Estas detenciones se producen justo cuando en la UMD hay un cierto clamor para que Sarkozy coja de nuevo las riendas del partido, sumido en una grave crisis por otro caso de financiaci¨®n ilegal. En esta ocasi¨®n se trata del presunto uso de facturas falsas para poder gastar m¨¢s de lo permitido en la campa?a de las elecciones de 2012 que Sarkozy perdi¨® frente a Fran?ois Hollande. Es el llamado caso Bygmalion, que ha obligado a dimitir de la presidencia, hace solo dos meses, a Jean-Fran?ois Cop¨¦.
Los dos candidatos que aspiran ahora al puesto son Fran?ois Fillon, ex primer ministro, y Alain Jupp¨¦, exministro de Exteriores. Sarkozy podr¨ªa dejarles fuera de la carrera si decidiera finalmente volver a primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, algo que las instrucciones de los casos de corrupci¨®n que le acorralan y, muy especialmente, este tropiezo judicial, ponen en peligro. Ambos, en cualquier caso, guardan silencio sobre este asunto.
Una mara?a atrapa al ex jefe de Estado
La justicia acorrala a Nicolas Sarkozy y los casos se entrecruzan formando un amasijo, a veces complejo, que ofrece una inquietante imagen corrupta del que fuera presidente de la Rep¨²blica francesa entre 2007 y 2012. La mayor¨ªa de los casos est¨¢n relacionados con la financiaci¨®n irregular de las campa?as presidenciales en las que ha estado inmerso, pero no solo. El caso Tapie, por ejemplo, pone en cuesti¨®n la indemnizaci¨®n de 403 millones de euros del erario p¨²blico que el entonces jefe del Estado y su ministra de Econom¨ªa, la ahora directora del FMI, Christine Lagarde, adjudicaron al empresario Bernard Tapie por el litigio mantenido con el Cr¨¦dit Lyonnais. En el caso Tapie,los jueces sospechan que el Gobierno de Sarkozy organiz¨® un "simulacro de arbitraje" para favorecer al empresario franc¨¦s.
El proceso que m¨¢s preocupaba a Sarkozy, el caso Bettencourt, que indicaba una presunta financiaci¨®n ilegal a trav¨¦s de aportaciones de la heredera del imperio L'Or¨¦al, qued¨® archivado por los jueces. Las indagaciones sobre este asunto han conducido, sin embargo, a otros asuntos que la justicia mantiene abiertos.
Es justamente la necesidad de seguir el caso Bettencourt el que le ha valido ahora la detenci¨®n a Sarkozy, si bien la polic¨ªa ha llegado a este presunto tr¨¢fico de influencias y revelaci¨®n de secretos judiciales a trav¨¦s de otro asunto de financiaci¨®n irregular con aportaciones del entonces dictador libio Muamar el Gadafi. El dinero habr¨ªa sido enviado para colaborar con la campa?a presidencial de Sarkozy en 2007, de la que sali¨® victorioso frente a la socialista S¨¦gol¨¨ne Royal.
El caso Bygmalion es el m¨¢s reciente. Los jueces investigan si, durante la campa?a de 2012, en la que Sarkozy perdi¨® frente a Hollande, se hicieron facturas falsas para poder gastar m¨¢s de lo debido. Ese caso le ha costado la presidencia de la UMP, el partido de Sarkozy, a Jean-Fran?ois Cop¨¦, que entonces era el jefe de la campa?a electoral.
Casos menores son los contratos que el El¨ªseo suscribi¨® con nueve institutos de opini¨®n durante su mandato sin concurso de licitaci¨®n, y la investigaci¨®n sobre los fondos presuntamente irregulares con los que se financi¨® un mitin de Sarkozy en Toulon.
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