Hong Kong lucha por su libertad
500.000 personas se manifiestan en la excolonia brit¨¢nica por su estatus frente a Pek¨ªn
¡°Libertad¡±, ¡°S¨ª al sufragio universal¡±, ¡°Dejadnos votar¡±, ¡°Queremos una democracia de verdad¡±. Estas eran algunas de las pancartas y mensajes m¨¢s repetidos a lo largo de la multitudinaria marcha que este martes recorri¨® el centro de Hong Kong, la mayor de la d¨¦cada, seg¨²n los datos de la polic¨ªa. Aunque la principal reivindicaci¨®n ¡ªy el lema principal¡ª era el derecho al sufragio universal en las pr¨®ximas elecciones locales, en 2017, los manifestantes reclamaban muchas otras, aunque todas con un denominador com¨²n: el malestar contra el Gobierno central chino y los temores a que Pek¨ªn aumente cada vez m¨¢s su influencia en los asuntos internos de la ex colonia brit¨¢nica.
Nos preocupa que est¨¢n intentando hacer desaparecer nuestros derechos Hillary Wong, una manifestante
Hong Kong acoge cada 1 de julio una manifestaci¨®n que conmemora aquel d¨ªa de 1997 en que Reino Unido devolvi¨® la colonia a China. Unas 510.000 personas, seg¨²n los organizadores, y 92.000, seg¨²n la polic¨ªa, cubrieron el trayecto entre el parque Victoria, en una de las zonas comerciales hongkonesas, y Central, el distrito financiero. Aunque la marcha anual marca, en teor¨ªa, el aniversario, con el tiempo se ha convertido en una ocasi¨®n para defender todo tipo de reivindicaciones y ejercer la libertad de expresi¨®n.
Este a?o, por primera vez en mucho tiempo, exist¨ªa un aglutinante com¨²n: la defensa del derecho al sufragio universal y al principio de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡± que rige las relaciones entre Pek¨ªn y Hong Kong, y que concede al territorio una ¡°amplia autonom¨ªa¡±.
La demanda del sufragio universal para las pr¨®ximas elecciones locales, en 2017, viene de largo. En los 17 a?os que lleva Hong Kong como territorio aut¨®nomo chino, el jefe del Gobierno local ha venido siendo elegido por un comit¨¦ de 1.200 personas, en su mayor¨ªa vinculados a las autoridades de Pek¨ªn. El movimiento civil Occupy Central, inspirado en los grupos de indignados que ocuparon Wall Street y otros centros de ciudades hace en 2011, naci¨® para presionar en favor de la aplicaci¨®n del ¡°una persona, un voto¡±. Hasta ahora, sin demasiado ¨¦xito popular.
El Gobierno chino public¨® hace dos semanas un Libro Blanco sobre Hong Kong en el que recordaba a los residentes que el territorio ¡°tiene autonom¨ªa sobre los asuntos locales en la medida que se lo permite el poder central"
Pero hace dos semanas cambiaron las tornas. El Gobierno chino public¨® un Libro Blanco sobre Hong Kong en el que recordaba a los residentes que el territorio ¡°tiene autonom¨ªa sobre los asuntos locales en la medida que se lo permite el poder central¡±.
Los hongkoneses lo interpretaron como una advertencia de Pek¨ªn de que est¨¢ dispuesta a socavar el principio de ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±. Una advertencia que vendr¨ªa a confirmar, seg¨²n esa interpretraci¨®n, sus peores temores para lo que esgrimen de prueba episodios como ataques a periodistas en los ¨²ltimos meses, la entrada de capital chino en medios de comunicaci¨®n locales o intentos de cambiar el curr¨ªculum escolar. ¡°Los hongkoneses temieron el final de su alto grado de autonom¨ªa, se sintieron en crisis¡±, asegura Chan Kin-Man, uno de los fundadores de Occupy Central.
Tras la publicaci¨®n del Libro Blanco, un refer¨¦ndum que Occupy Central hab¨ªa convocado casi sin pena ni gloria sobre el sufragio universal ¡ªsus dirigentes llegaron a anunciar que se disculpar¨ªan p¨²blicamente si no llegaban a recoger 100.000 votos¡ª se convirti¨® de la noche a la ma?ana en todo un ¨¦xito de participaci¨®n. Un total de 787.767 personas se pronunciaron en favor del sufragio universal para las elecciones de 2017.
Ese mismo impulso lat¨ªa en la marcha de ayer, donde un grupo de manifestantes paseaba ejemplares gigantes del Libro Blanco y de la Ley B¨¢sica, ambos puestos del rev¨¦s en una connotaci¨®n insultante. Un conjunto de artistas portaba figuras de cerdos blancos, en un chiste que jugaba con la similitud en mandar¨ªn de las palabras libro blanco (bai shu) y ¡°cerdo blanco¡± (bai zhu).
¡°Nos preocupa que est¨¢n intentando hacer desaparecer nuestros derechos¡±, aseguraba Hillary Wong junto a su marido, Charlie, y su hija de ocho a?os, Candice. ¡°No ven¨ªamos a estas manifestaciones desde 2003, cuando las protestas anteriores contra la reforma de la Ley B¨¢sica. Pero el Libro Blanco nos enfureci¨®. Quieren llevarse nuestras libertades¡±, aseguraban los Wong.
En un sentido similar se manifestaban los j¨®venes Willy Cheung y Wang Shi-er, de 20 a?os. ¡°El Gobierno est¨¢ haciendo cosas muy malas. Quieren cambiar nuestro sistema¡±, declaraban. Hasta ahora no estaban muy interesados en pol¨ªtica, admitieron, pero la publicaci¨®n de la normativa del Gobierno de Pek¨ªn para el territorio aut¨®nomo supuso un cambio: ¡°Si no lo hubieran publicado, no hubi¨¦ramos venido¡±. Ambos se planteaban participar en la vigilia ¡ªno autorizada¡ª que las agrupaciones estudiantiles iban a mantener durante toda la noche en el distrito financiero.
Tras el ¨¦xito de la manifestaci¨®n y el refer¨¦ndum, Occupy Central espera alcanzar una capacidad de presi¨®n suficiente como para lograr que las autoridades presenten una propuesta de reforma electoral que incluya el sufragio universal de manera cre¨ªble. De otro modo, amenazan con convocar sentadas que paralicen la actividad financiera de la excolonia.
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