¡°La OEA debe complementarse con otras organizaciones de Am¨¦rica Latina¡±
El canciller uruguayo, Luis Almagro, se considera el candidato apropiado para hacer de "puente" entre pa¨ªses y organizaciones regionales distanciadas
La Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) puede y debe dejar atr¨¢s las estructuras de la guerra fr¨ªa, de las que a¨²n no se ha desembarazado del todo y afrontar una nueva realidad regional, continental y global en la que la relaci¨®n entre pa¨ªses ha dejado de ser vertical. S¨®lo as¨ª lograr¨¢ ser ¡°insustituible¡± en un mundo de equilibrios redefinidos, afirma el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro (Paysand¨², 1963), que aspira a convertirse en el pr¨®ximo secretario general de la OEA cuando acabe, en mayo de 2015, el mandato del chileno Jos¨¦ Miguel Insulza.
Seg¨²n Almagro, el primer aspirante oficial a dirigir la OEA ¡ªGuatemala postul¨® a su exvicepresidente Eduardo Stein unas horas despu¨¦s¡ª, es necesario que este organismo sea el articulador de un di¨¢logo no s¨®lo geogr¨¢fico, sino tambi¨¦n ¡°ideol¨®gico¡±, entre el norte y el sur.
Ah¨ª entra aprovechar que la OEA es la ¨²nica organizaci¨®n continental donde todos, incluidos Estados Unidos y Canad¨¢, tienen un asiento y su voz vale lo mismo. Pero tambi¨¦n, afirma en entrevista con EL PA?S, ¡°seguir rompiendo barreras y acercando los diferentes bloques subregionales¡± para buscar c¨®mo ¡°complementarse¡± con otros sistemas, como Unasur, y ofrecer as¨ª una respuesta ¡°articulada¡± ante crisis como la de Venezuela. O hallar incluso una manera de que Cuba vuelva a la organizaci¨®n con sede en Washington, a la que se ha negado a regresar pese a que en 2009 se levant¨® su hist¨®rica suspensi¨®n.
La apuesta de Uruguay para hacerse con la jefatura de la OEA pasa por su car¨¢cter de ¡°puente entre los distintos mecanismos regionales¡±
Todo ello, eso s¨ª, sobre la base de una defensa sin fisuras de los derechos humanos como ¡°eje fundamental¡± para cualquier avance democr¨¢tico y social en la regi¨®n. Y de las instituciones que los protegen, sobre todo la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la que promete seguir garantizando su ¡°autonom¨ªa t¨¦cnica e independencia de criterio¡±. ¡°Si hay una sombra gris sobre la autonom¨ªa se nos colapsa el sistema, y eso es inadmisible para el principal mecanismo que tenemos de protecci¨®n de los derechos humanos¡±, advierte.
¡°El entramado jur¨ªdico de la OEA es el instrumento garantista b¨¢sico que tienen todos los pa¨ªses, y por lo tanto adonde acudimos para protegernos¡±, recuerda. Por ello ¡°va a seguir siendo imprescindible para los pa¨ªses acudir a la OEA para tratar sus problemas¡±. Pero ¡°el punto de inflexi¨®n¡± en el que se encuentra la organizaci¨®n que aspira a dirigir es ¡°encontrar la complementariedad con las dem¨¢s organizaciones regionales que se han ido creando¡± como Caricom, SICA, Mercosur, Unasur o Celac. ¡°Y encontrar la forma de trabajar juntos¡± porque ¡°todas est¨¢n ah¨ª para quedarse, tienen su papel. La OEA tiene que complementar eso¡±.
Ejemplo de ello es, a juicio de Almagro, la actuaci¨®n ante las protestas que sacuden a Venezuela desde mediados de febrero. La OEA fue criticada por tratar la crisis en el pa¨ªs sudamericano a puerta cerrada ¡ªalgo que apoy¨® Uruguay¡ª y por no haber asumido un papel m¨¢s protagonista. Almagro rebate las acusaciones.
¡°Fuimos de los que hicimos m¨¢s hincapi¨¦ para que la reuni¨®n entre oposici¨®n y Gobierno fuera transmitida en directo. Pero cre¨ªamos que era mucho m¨¢s importante que se hiciera eso en el ¨¢mbito del propio di¨¢logo venezolano que tener a los pa¨ªses discutiendo sobre Venezuela [en la OEA]. Creemos que podr¨ªa haber ingredientes en esas presentaciones de los pa¨ªses que pod¨ªan haber afectado las condiciones en la cual se pod¨ªa generar el di¨¢logo posteriormente¡±, replica Almagro, que rechaza, adem¨¢s, ser un ¡°candidato del Alba¡± por haber apoyado la postura de Caracas.
Y es que la apuesta de Uruguay para hacerse con la jefatura de la OEA pasa por su car¨¢cter de ¡°puente entre los distintos mecanismos regionales¡±, en todos los cuales participa de alguna forma, y por el ¡°excelente di¨¢logo pol¨ªtico y de cooperaci¨®n con Estados Unidos y Canad¨¢¡±, afirma. ¡°La OEA lo que precisa es enganchar el sur con el norte, tender un puente no solamente entre las dimensiones geol¨®gicas sino tambi¨¦n geogr¨¢ficas, y eso tambi¨¦n Uruguay lo puede hacer muy bien¡±.
Como puede hacer tambi¨¦n, aventura, en el caso de Cuba y su eventual reintegraci¨®n en la OEA. Algo que pasa por su participaci¨®n ¡°sin condicionamientos¡± en la Cumbre de las Am¨¦ricas en Panam¨¢ el a?o pr¨®ximo, que Washington no ve con buenos ojos. ¡°Es un primer paso que debe ser respaldado y fortalecido. Y es importante que a esa Cumbre vayan tambi¨¦n Estados Unidos y Canad¨¢, y que eso signifique mejores posibilidades de trabajo conjunto¡±, sostiene el ministro, aunque reconoce que tanto ello como un eventual regreso de la isla a la OEA depender¨¢ en buena parte de una mejora de las relaciones entre La Habana y Washington. ¡°Le va a competir a esos dos pa¨ªses encontrar su mejor soluci¨®n para su relaci¨®n bilateral, ojal¨¢ que eso se d¨¦ y eso se d¨¦ pronto, y que ello signifique el regreso de Cuba a la OEA¡±.
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