Dilma Rousseff dominar¨¢ las pantallas en la campa?a electoral

La presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), gan¨® la primera pugna de las elecciones de octubre de este a?o. Tendr¨¢ m¨¢s tiempo de propaganda en la radio y la televisi¨®n a trav¨¦s de acuerdos ¡ªa veces, a cambio de ministerios o cargos¡ª con otros partidos. Es una pr¨¢ctica que el sistema pol¨ªtico brasile?o permite gracias a la multiplicaci¨®n de organizaciones pol¨ªticas, que ya nacen con un tiempo de exposici¨®n, garantizado en el denominado ¡°horario de propaganda gratuita¡±, para que lo utilicen o negocien en coaliciones. La presidenta logr¨® atraer a nueve partidos a su coalici¨®n, lo que supone aproximadamente 11 minutos y medio de propaganda en un bloque de publicidad de 25 minutos. A¨¦cio Neves, candidato del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB) y principal opositor, logr¨® cuatro minutos y medio. Eduardo Campos, del Partido Socialista Brasile?o (PSB), tendr¨¢ unos dos minutos.

El exceso de partidos en Brasil, 32 en total, hace que parte de ellos se conviertan en moneda de cambio en las negociaciones de cargos p¨²blicos por tiempo en el bloque de propaganda electoral. Se trata de un importante activo en un pa¨ªs extremadamente sensible a la propaganda en la radio y, sobre todo, a la televisi¨®n, para la decisi¨®n de voto. Si los partidos tuvieran que comprar el tiempo de publicidad, pagar¨ªan m¨¢s de 1.000 millones de reales (450 millones de d¨®lares). Pero este tiempo lo paga el Estado, que renuncia a 840 millones de reales (380 millones de d¨®lares) en impuestos en favor de las radios y televisiones abiertas, que est¨¢n obligados por ley a transmitir la publicidad electoral.

Antes de la primera vuelta de las elecciones, la propaganda est¨¢ formada por dos bloques de 25 minutos ¡ªuno en la hora del almuerzo y otro por la noche¡ª entre el 19 de agosto y el 2 de octubre. Hay tambi¨¦n publicidad durante los intervalos de la programaci¨®n. Un tercio del tiempo est¨¢ dividido igualmente entre los candidatos. Lo dem¨¢s est¨¢ dividido entre los grupos pol¨ªticos, con base en el n¨²mero de diputados de cada uno.

No fue una casualidad: Rousseff lleg¨® a cambiar al titular de un ministerio para atraer a un partido m¨¢s a su coalici¨®n. La candidata agrup¨® en total nueve organizaciones pol¨ªticas en su candidatura, que fue registrada el pasado s¨¢bado 5 de julio. La candidata tendr¨¢ una exposici¨®n fundamental para intentar revertir el rechazo hacia ella y presentar lo que ha hecho en los ¨²ltimos cuatro a?os.

El senador A¨¦cio Neves (PSDB) consigui¨®, en la recta final, atraer el Partido Laborista Brasile?o (PTB) y su cerca de 40 segundos de publicidad electoral. El partido formaba parte de la coalici¨®n de Rousseff hasta ahora. Neves, que est¨¢ en segundo lugar en los sondeos, tiene el apoyo de nueve partidos, cinco de ellos peque?os, y cuatro minutos y medio de propaganda. El candidato Eduardo Campos (PSB) no ha tenido la misma suerte y logr¨® formar una coalici¨®n con solo seis partidos, cuatro de ellos peque?os. Tendr¨¢ cerca de dos minutos de propaganda, menos de un quinto del tiempo de Rousseff.

Para cerrar las alianzas que aumentan el tiempo de televisi¨®n, los l¨ªderes de los partidos trabajaron exhaustivamente hasta el pasado s¨¢bado, el plazo final para que se registraran las alianzas y los candidatos. Esa pol¨ªtica de favores entre partidos origina pactos sin l¨®gica program¨¢tica. El candidato A¨¦cio Neves, por ejemplo, tiene una coalici¨®n en la que participan el partido Dem¨®cratas (DEM), una formaci¨®n que defiende ¡°la limitaci¨®n de la actividad empresarial del Estado¡±. El Partido Popular Socialista (PPS), que apoya el candidato en algunos Estados, se declara a su vez ¡°humanista, socialista (¡­) rescatando la mejor tradici¨®n del marxismo¡±.

¡°Forman las alianzas para que tengan m¨¢s espacio en los medios. Nunca hab¨ªa visto tantos matrimonios de elefantes con cebras como en estas elecciones¡±, ironiza el consultor pol¨ªtico Gaud¨ºncio Torquato, profesor de la Universidad de S?o Paulo. ¡°La propaganda electoral es el transporte que lleva el candidato hacia el pueblo. De nada vale tener las mejores propuestas si no hay tiempo para divulgarlas¡±, analiza.

Esta din¨¢mica abre espacio para pol¨¦micas traiciones. El Partido Progresista (PP), por ejemplo, sorprendi¨® al dejar la coalici¨®n del PT en el Estado de S?o Paulo la ¨²ltima semana para apoyar a un candidato opositor. Miembros del PT llegaron a acusar al partido de haber recibido dinero para cambiar de posici¨®n, lo que fue inmediatamente rechazado.

Para el polit¨®logo Octaciano Nogueira, el problema es el exceso de partidos y la facilidad en crearlos. ¡°Es necesaria una reforma pol¨ªtica, no hay porque tener tres decenas de partidos. En el mundo no hay tantas ideolog¨ªas¡±, argumenta.