Sin libra ni ¡°malditos ingleses¡±
Un s¨ª en la consulta no garantiza la independencia autom¨¢tica de Escocia
Tras la creaci¨®n del mundo, San Pedro se dio una vuelta por Escocia y volvi¨® escandalizado. Enseguida, pidi¨® una cita con Dios. ¡°A Escocia le has dado una tierra muy f¨¦rtil y de una belleza incomparable; has puesto all¨ª grandes riquezas minerales, yacimientos de petr¨®leo y gas y a las mujeres m¨¢s hermosas. ?No te habr¨¢s pasado?¡±. ¡°No, Pedro, no¡±, responde Dios, ¡°es que todav¨ªa no conoces a sus vecinos¡±. Si el s¨ª triunfa el 18 de septiembre, muchos escoceses celebrar¨¢n haberse quitado de encima a los ¡°malditos ingleses¡±, pero, pasados los fastos, tendr¨¢n que rebajar la euforia.
Escoceses y brit¨¢nicos volver¨¢n a verse las caras en la mesa de negociaciones, solo que Londres tratar¨¢ a los de Edimburgo, no ya como compatriotas con los que resolver diferencias dom¨¦sticas, sino como representantes de un pa¨ªs ajeno con intereses ajenos. A medida que se acerca el referendo, los brit¨¢nicos han empezado a tentarse la ropa y a considerar que la escisi¨®n les har¨ªa un roto superior a ese 10% del PIB y de la poblaci¨®n que representa Escocia. ?No tendr¨ªan que retirar la cruz de San Andr¨¦s de la Uni¨®n Jack? ?Modificar incluso el nombre de Reino Unido? ?Cu¨¢nto supondr¨ªa en el PIB y en el prestigio de Reino Unido?
La secesi¨®n implica abandonar la divisa o mantenerla bajo el control de la City
En su informe de febrero de 2013, el Gobierno brit¨¢nico indic¨® que el s¨ª a la escisi¨®n no le garantizar¨ªa a Escocia la independencia autom¨¢tica, sino tan solo la apertura de negociaciones entre los dos Gobiernos. Y aunque se comprometi¨® a negociar lealmente, ya adelantaba entonces que no pod¨ªa garantizar el resultado de las conversaciones.
A lo largo del proceso, el Ejecutivo de David Cameron no ha dejado de inspirarse en el precedente del Tribunal Supremo de Canad¨¢. A saber: Quebec no tiene derecho a la autodeterminaci¨®n porque tal derecho no existe en la Constituci¨®n canadiense y porque no es una colonia que pueda acogerse a la legislaci¨®n internacional establecida para esos supuestos. Ahora bien, si la poblaci¨®n de un territorio expresa de manera inequ¨ªvoca su voluntad de separarse, el Gobierno deber¨ªa considerar ese prop¨®sito y, llegado el caso, negociar lealmente las condiciones de esa separaci¨®n. ¡°La legalidad que no es capaz de enfrentarse satisfactoriamente al test de legitimidad democr¨¢tica ha perdido la batalla de su fundamento¡±, se?al¨® el tribunal canadiense en 1998.
La ley se limita a exigir una "expresi¨®n concluyente" de la voluntad popular
Sin embargo, a diferencia de Canad¨¢ ¡ªy de Espa?a¡ª Reino Unido no cuenta con una Constituci¨®n escrita. ¡°El sistema constitucional brit¨¢nico no acepta el referendo con facilitad porque se fundamenta en el principio tradicional de soberan¨ªa parlamentaria, pero si el referendo tiene lugar, se ve impelido a aceptarlo¡±, indica el catedr¨¢tico de Derecho Constitucional Alberto L¨®pez Basaguren. Puesto que el Estatuto de Autonom¨ªa de Escocia, la Scotland Act 1998, no permite aprobar leyes sobre materias como ¡°la uni¨®n de los Reinos de Escocia e Inglaterra¡±, el Parlamento de Westminster tuvo que autorizar expresamente al de Edimburgo a convocar el referendo. Otra diferencia es que mientras el Supremo canadiense sugiere una mayor¨ªa cualificada, el referendo escoc¨¦s admite te¨®ricamente la mitad m¨¢s uno de los votos y se limita a exigir una ¡°prueba fiable¡± (fair test) y una ¡°expresi¨®n concluyente¡± (decisive expression).
Del largo listado de materias a negociar tras la ruptura, desde el reparto de la deuda p¨²blica y de los impuestos por la extracci¨®n de crudo, pasando por las pensiones, la defensa, las centrales nucleares y las bases militares, sobresalen el mantenimiento de la libra esterlina y, sobre todo, la permanencia en la UE. ¡°El Gobierno brit¨¢nico no puede garantizar con car¨¢cter previo una postura favorable a la incorporaci¨®n de Escocia a la UE¡±, ha manifestado Londres. ¡°Somos m¨¢s europe¨ªstas que los ingleses. Si nos quedamos dentro de Reino Unido corremos un riesgo mayor de dejar de ser europeos porque cualquier d¨ªa convocan un referendo para que Reino Unido salga de la UE¡±, contraatacan los nacionalistas del SNP.
Es un argumento cargado de sentido, pero que no anula la capacidad de presi¨®n de Londres. La viabilidad de la independencia depende de poder continuar bajo el cielo protector de la UE. Los modernos nacionalismos flexibles y pragm¨¢ticos de las peque?as naciones son conscientes de que para prescindir del paraguas del Estado hace falta contar con el paraguas mayor de una organizaci¨®n supranacional.
El Ejecutivo de Cameron se inspira en el precedente de Quebec con Canad¨¢
¡°La suerte de Escocia en la UE depender¨¢ de la forma en que se produzca el acceso a la independencia. Solo en el caso de una independencia pactada dentro del Reino Unido podr¨¢ ser aceptada como miembro del UE y ni siquiera en esa hip¨®tesis tendr¨¢ garantizada una transici¨®n r¨¢pida y sin dilaciones¡±, sostiene L¨®pez Basaguren.
El mantenimiento de la libra esterlina es otro de los quebraderos de cabeza escoceses. Londres ha adelantado que su moneda ser¨¢ gobernada por el Banco de Inglaterra ¡°considerando exclusivamente los intereses de Reino Unido¡±. En la pr¨¢ctica, eso supone que Edimburgo tendr¨ªa que optar por crear su propia moneda ¡ªalgo inimaginable¡ª, adherirse al euro ¡ªcon las reticencias que acarrear¨ªa tambi¨¦n dentro de Escocia¡ª, o ir a la ¡°esterlinizaci¨®n¡±, es decir, utilizar la libra pero sin poder influir en la pol¨ªtica sobre la divisa.
La amenaza pende igualmente sobre los voluminosos activos financieros con que cuenta Escocia. Su fortaleza descansa, en buena medida, en su conexi¨®n con el potente sistema financiero brit¨¢nico y el Banco de Inglaterra, que en 2008 tuvo que rescatar al Bank of Scotland y al Royal Bank of Scotland. Las demandas auton¨®micas que plantean las islas Orcadas y Shetland, donde se concentran los dep¨®sitos de petr¨®leo y gas, son otros asuntos delicados. La l¨®gica soberanista conllevar¨ªa poder aplicar el modelo referendario a aquellos territorios, incluido el sur colindante con Inglaterra, borders (fronteras), que, a su vez, quisieran abandonar la Escocia independiente, bien para proseguir su camino por separado o para reunirse con el Reino Unido. El Gobierno les ha prometido m¨¢s autonom¨ªa, pero la vicepresidenta Nicola Sturgeon ha dejado claro que las islas ser¨¢n parte del nuevo Estado escoc¨¦s.
Las mujeres y las clases medias son los colectivos m¨¢s indecisos
Glasgow es el vivero principal del 15% de indecisos. Las principales inc¨®gnitas son las mujeres, hasta ahora mayoritariamente contrarias a la separaci¨®n, y las clases medias urbanas que votaban laborista y que parecen divididas al 50%. A las primeras, el SNP les ofrece cuotas femeninas, y a las segundas, inscribir los derechos sociales en la futura Constituci¨®n escocesa. Los analistas consideran que los estratos m¨¢s bajos de la sociedad y los inmigrantes apoyar¨¢n mayoritariamente el s¨ª a la separaci¨®n.
La edad m¨ªnima para votar se ha rebajado de los 18 a los 16 a?os y los nacionalistas cuentan con llevarse esos votos. En las sedes del movimiento Better Together (Mejor Juntos) suena la canci¨®n de Jack Johnson del mismo t¨ªtulo. ¡°El amor es la respuesta. Al menos para la mayor¨ªa de las preguntas de mi coraz¨®n. ?C¨®mo y por qu¨¦ estamos aqu¨ª? ?Hacia d¨®nde vamos? ?Y por qu¨¦ nos encontramos en esta dif¨ªcil situaci¨®n? La vida no es siempre f¨¢cil y a veces puede ser enga?osa. Te dir¨¦ una cosa: siempre es mejor cuando estamos juntos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.