Juncker promete impulsar pol¨ªticas m¨¢s expansivas desde la Comisi¨®n Europea
La Euroc¨¢mara aprueba por mayor¨ªa la investidura del conservador como presidente de la Comisi¨®n
M¨¢s pol¨ªtica. Y coraje: ¡°Quiero una Europa que pase al ataque¡±. El Parlamento Europeo aprob¨® el martes por amplia mayor¨ªa la investidura del socialcristiano Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisi¨®n Europea, el cargo con m¨¢s mordiente en Bruselas. Frente al optimismo profesional de los mandatarios de la Uni¨®n en esta crisis de nunca acabar, el l¨ªder del PP europeo pas¨® a la ofensiva en la Euroc¨¢mara. Neg¨® que el continente haya dejado atr¨¢s los problemas. Y present¨® las l¨ªneas maestras de su Comisi¨®n con un discurso sobrio ¡ªa su estilo¡ª con momentos impetuosos. Prometi¨® est¨ªmulos y flexibilidad con las reglas fiscales, sin dejar de lado las reformas y los ajustes. Prometi¨® reformar las troikas ¡°para suavizar las consecuencias sociales¡± de sus pol¨ªticas. Prometi¨® un salario m¨ªnimo europeo, un mercado ¨²nico de capitales, un ¨²ltimo arre¨®n a la tasa Tobin. Prometi¨® y prometi¨®, en fin, para granjearse votos entre los socialdem¨®cratas y los liberales, que volvieron a sellar la santa alianza de las fuerzas proeuropeas con alguna excepci¨®n sonada: los socialistas espa?oles, por ejemplo, votaron en contra del nuevo hombre fuerte de la Comisi¨®n.
Juncker cosech¨® 422 apoyos de los 751 posibles con una sucesi¨®n imposible de gui?os a los Verdes (m¨¢s energ¨ªas limpias) a los liberales (m¨¢s mercado), a la izquierda (m¨¢s est¨ªmulos) y a su propio partido, con una defensa cerrada de la discutible gesti¨®n del ¨²ltimo lustro. Logr¨® culminar as¨ª una larga traves¨ªa que empez¨® tras imponerse en las elecciones del 25-M ¡ªen medio de la pujanza de los populistas¡ª, para lograr despu¨¦s el apoyo de los l¨ªderes europeos pese a los titubeos de la canciller Angela Merkel. Y pese a la rabiosa oposici¨®n de David Cameron, que con el nombramiento de Juncker se convierte en el principal responsable de la mayor humillaci¨®n diplom¨¢tica del Reino Unido en d¨¦cadas.
¡°No puedo pretender que la historia de Europa comience conmigo. O que estemos ante una nueva e incre¨ªble fase¡±, dijo Juncker en un ejercicio de realismo que buscaba, a su vez, defender el legado de su antecesor, Jos¨¦ Manuel Barroso, que deja la principal instituci¨®n de Bruselas sumida en una grave crisis de identidad. La Uni¨®n, con un conservador de nuevo al frente de la Comisi¨®n Europea, seguir¨¢ sin lugar a dudas con el sonsonete de las reformas estructurales para combatir una dulce decadencia que dura ya a?os. Y continuar¨¢ tambi¨¦n con el necesario ajuste fiscal de inspiraci¨®n alemana: el exprimer ministro luxemburgu¨¦s fue meridianamente claro al respecto. Pero Juncker se ha comprometido a dar un viraje en pol¨ªtica econ¨®mica. Por un lado, apunt¨® que su Comisi¨®n aplicar¨¢ las reglas fiscales con flexibilidad, como piden Francia e Italia. Por otro, se sac¨® de la manga un paquete de est¨ªmulo, aunque est¨¢ por ver d¨®nde va a obtener los fondos para financiarlo, e incluso si conseguir¨¢ incluir dinero fresco en ese plan.
¡°Hubo errores en la gesti¨®n de la crisis¡±, reconoci¨®. ¡°En parte fue como tratar de arreglar un avi¨®n en pleno vuelo¡±, se justific¨®. Sin citar expl¨ªcitamente los da?os provocados por la sobredosis de recortes decretada en plena recesi¨®n, Juncker explic¨® que prefiere mirar hacia delante y explic¨® que Europa necesita con urgencia m¨¢s crecimiento y m¨¢s empleo. Para ello activar¨¢ ¡°un ambicioso paquete de inversi¨®n¡±, que estar¨¢ listo antes de marzo de 2015. ¡°El objetivo es movilizar 300.000 millones de euros en inversi¨®n p¨²blica y privada en los tres pr¨®ximos a?os¡±, a?adi¨®, en ¨¢reas como infraestructuras, I+D, banda ancha, energ¨ªa y sector industrial. Ese plan asciende al 2,3% del PIB europeo en tres a?os; un 0,76% anual. Pero no se sabe si incluir¨¢ nuevos fondos o se trata simplemente de reempaquetar los existentes, y apenas se apunta a una futura ampliaci¨®n de capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI) que deben desembolsar los Estados miembros, cuyas arcas p¨²blicas est¨¢n ya muy castigadas por la crisis. ¡°No es el d¨ªa de los detalles¡±, se defendi¨® ante la prensa.
Tampoco dio una sola pista sobre su equipo: hay una mir¨ªada de nombres esperando silla, pero las primeras certezas al respecto no llegar¨¢n hasta la cumbre de esta noche en Bruselas. En el pleno, varios parlamentarios le afearon que proceda de un para¨ªso fiscal ¡ªLuxemburgo¡ª y que dif¨ªcilmente puede ser el hombre que renueve Europa cuando ha estado en primera l¨ªnea de la pol¨ªtica europea durante 30 a?os: presidi¨® la conferencia que urdi¨® el Tratado de Maastricht, fue una figura clave en la introducci¨®n del euro, elabor¨® las reglas fiscales que han sido una especie de camisa de fuerza en muchas fases de esta crisis, las aplic¨® como presidente del Eurogrupo y, en definitiva, es uno de los arquetipos de ese ¡°infierno¡± que es la ¡°vieja Europa¡±, resumi¨® Marine Le Pen, del Frente Nacional. ¡°Estoy encantado de que usted, que no respeta a gente de otros credos, de otras razas y con otras ideas, rechace mi nombramiento¡±, le espet¨® el nuevo jefe de la Comisi¨®n sin rehuir nunca el cuerpo a cuerpo. Juncker arranca fuerte: ¡°Quiero m¨¢s pol¨ªtica en Bruselas¡±, dijo en un mensaje cifrado para Cameron, para los euroesc¨¦pticos, quiz¨¢ tambi¨¦n para los jefes de Estado que han dejado de lado a la Comisi¨®n en toda la gesti¨®n de la crisis. ¡°Quiero que la Comisi¨®n sea un ¨®rgano altamente politizado¡±, insisti¨® como redoble de tambor final el ¨²ltimo heraldo de un renacimiento de la pol¨ªtica mil veces anunciado, pero que no termina de llegar.
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