Pek¨ªn respira aliviado tras las protestas
El gran acreedor del pa¨ªs caribe?o verifica en Caracas que el heredero de Ch¨¢vez sigue al tim¨®n
El presidente Xi Jinping y los empresarios chinos, con m¨¢s de 40.000 millones de d¨®lares (29.600 millones de euros) en cr¨¦ditos comprometidos con Venezuela, visitan el pa¨ªs petrolero m¨¢s tranquilos, celebrando que la desestabilizaci¨®n y el desabastecimiento padecidos por el pa¨ªs petrolero durante meses no hayan conseguido activar una masiva sublevaci¨®n popular contra la presidencia de su aliado Nicol¨¢s Maduro. Contrariamente, durante el Caracazo de febrero de 1989, el pobrer¨ªo baj¨® de los cerros capitalinos transformado en horda antisistema y saqueadora porque la segunda Administraci¨®n de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez (1988-93) hab¨ªa encarecido el transporte p¨²blico.
Los chinos aplauden que tampoco la sucesi¨®n de manifestaciones, barricadas, incendios, represi¨®n, caos y 41 muertos hayan llevado al hartazgo castrense y al derrocamiento. No ha habido alzamientos definitivos, ni cuartelazos, ni ha ca¨ªdo el autoritario Maduro porque el an¨¢lisis de la situaci¨®n de un pa¨ªs en que los yacimientos de crudo lo explican todo, pasa por una constataci¨®n de realidades falseadas por la simplificaci¨®n o el desconocimiento, cuando no por la manipulaci¨®n en que, peri¨®dicamente, se alternan Gobierno, oposici¨®n y cortesanos.
Al igual que el golpe c¨ªvico castrense de abril de 2002, tambi¨¦n fracas¨® la ¨²ltima intentona contra el r¨¦gimen bolivariano. La expulsi¨®n del heredero de Hugo Ch¨¢vez no ocurri¨® por una raz¨®n todav¨ªa vigente: en Venezuela hay m¨¢s pobres que ricos, y parece haberse instalado una conciencia de clase entre los primeros. El chavismo ha ganado 18 de las 19 consultas electorales de los ¨²ltimos 15 a?os.
El sectarismo ideol¨®gico y las multimillonarias inversiones sociales efectuadas en las barriadas por el fallecido ex teniente coronel de paracaidistas promovieron ese sentido de pertenencia de los estratos m¨¢s bajos, ausente durante los 40 a?os de bipartidismo nacional (1958-1998), de alternancia en el poder de AD y COPEI.
Un intelectual que simpatiza con el oficialismo y vivi¨® dos decenios en poblaciones afines, se aventura sobre el porqu¨¦ de la mayoritaria pasividad ciudadana: ¡°Las bases bolivarianas intuyen que si est¨¢n mal con Maduro, mucho peor van a estar si llega al poder la derecha, que asocian con la oposici¨®n y los abusos del bipartidismo. Prefieren inmolarse con los suyos que ser relegados otra vez¡±.
Durante muchos a?os, la oposici¨®n convoc¨® impresionantes manifestaciones de cientos de miles, y el Ejecutivo respondi¨® con otros cientos de miles de simpatizantes. Pero en las ¨²ltimas concentraciones ninguna de las plazas venezolanas fue el Maid¨¢n ucranio. En 316 de los 335 municipios existentes no hubo disturbios; s¨®lo los hubo en 19 con alcald¨ªas de la oposici¨®n. En el oeste de Caracas, donde se levantan los barrios populares, cuyos habitantes arrasaron durante el Caracazo, la normalidad fue total, mientras que las algaradas y choques fueron feroces en el este, en los per¨ªmetros de las urbanizaciones de la clase media y alta.
Las marchas de estudiantes no tuvieron el efecto catalizador, de arrastre, que se esperaba de ellas porque los universitarios movilizados eran minor¨ªa. Venezuela cuenta con 2,6 millones, y al menos la mitad cursa estudios en centros creados y adoctrinados por el chavismo, sin los cuales dif¨ªcilmente hubiera tenido acceso a ese nivel. Ni el 1% del resto del alumnado particip¨® en las protestas que hubieran sido imparables de haberse generalizado.
Los an¨¢lisis sobre el nuevo fracaso del radicalismo opositor seguir¨¢n dislocados mientras insistan en atribuir la duraci¨®n del r¨¦gimen a la represi¨®n y ma?as de una dictadura bestial, a la fatalidad de una naci¨®n electoralmente analfabeta en m¨¢s de un 50% del padr¨®n; se equivocar¨¢n si reducen los males de la oposici¨®n a la desgracia de unos votantes incultos, seducidos primero por un caudillo lun¨¢tico y liberticida, y rendidos despu¨¦s al desgobierno de su heredero, Nicol¨¢s Maduro, un estalinista ignorante y soso.
El origen de los triunfos gubernamentales se localiza en el seno de una sociedad rentista, distorsionada hasta el tu¨¦tano por el man¨¢ petrolero, que el bipartidismo reparti¨® m¨¢s hacia arriba, hacia el v¨¦rtice blanco y criollo, y el chavismo s¨®lo hacia abajo, hacia la base negra y mulata.
El reciente periodo de desestabilizaci¨®n no concluy¨® con el derrocamiento de Maduro porque la mayor¨ªa de las ciudades y arrabales se mantuvo al margen y debido adem¨¢s, seg¨²n las fuentes consultadas, a las torpezas estrat¨¦gicas y operativas de la oposici¨®n, y a la sustancial mejora de los cuerpos de seguridad, probablemente asesorados por La Habana.
El espionaje cubano parece haber aplicado, con ¨¦xito, la t¨¦cnica de infiltraci¨®n llevada a cabo entre la disidencia anticastrista. A diferencia de lo ocurrido en los meses previos al golpe del 2002, la oposici¨®n no toma una iniciativa sin que no se adelante y la desvele antes de que pueda ponerse en pr¨¢ctica. Y suele hacerlo con grabaciones telef¨®nicas, correos electr¨®nicos y v¨ªdeos comprometedores, con pruebas dif¨ªcilmente refutables.
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