La UE se comporta como si fuese Suiza
El silencio actual ante la pol¨ªtica imperialista de Putin recuerda el de la ¨¦lite intelectual europea ante el avance del nazismo y el estalinismo
La hipocres¨ªa, la estupidez y el silencio de la ¨¦lite intelectual, de los artistas, de los cient¨ªficos y de los medios de comunicaci¨®n ante el avance de los reg¨ªmenes totalitarios nazi y estalinista permanecer¨¢n para siempre como un triste recuerdo del siglo XX. El haber cerrado nuestros ojos a la anexi¨®n de Austria, Checoslovaquia y los Estados b¨¢lticos ser¨¢ la eterna verg¨¹enza de Europa. Nadie ha pronunciado palabras tan bellas sobre la paz y la legalidad internacional como Hitler y Stalin, y nadie ha cometido tantos cr¨ªmenes como esos dictadores. Hoy d¨ªa, Europa guarda silencio ante la agresiva pol¨ªtica imperialista del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. Occidente tolera t¨¢citamente su pol¨ªtica provocadora que viola de manera expl¨ªcita la soberan¨ªa de otras naciones: Moldavia, Letonia, Georgia y, en primer lugar, Ucrania.
La Uni¨®n Europea se comporta como si fuese una versi¨®n ampliada de la Suiza neutral en el mundo actual, una verdad que se aplica especialmente a las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas. Pero Europa no es como Suiza, solo que m¨¢s grande. En ella empezaron dos sangrientas guerras mundiales.
Por lo tanto, nosotros, los intelectuales, los periodistas, los cient¨ªficos, tenemos la obligaci¨®n de estar vigilantes y alerta como modernos gansos del Capitolio. No debemos sucumbir a la vieja ilusi¨®n; no debemos aceptar nuestro c¨®modo conformismo. Hoy es nuestro deber hablar clara y rotundamente.
Putin no deber¨ªa ser identificado con la naci¨®n rusa, de la misma manera que no identificamos con ella a Br¨¦znev cuando inici¨® la guerra de Afganist¨¢n. Entonces, la voz real y verdadera voz de Rusia fue Andrei Saj¨¢rov, el valeroso y ecu¨¢nime disidente. A?os m¨¢s tarde, en el Parlamento ruso, la calific¨® de ¡°guerra ignominiosa¡±.
La actual guerra contra Ucrania, iniciada con la anexi¨®n de Crimea, y las continuas provocaciones a la zona oriental del pa¨ªs son vergonzosas, tr¨¢gicas y peligrosas. Van acompa?adas por decisiones del Gobierno de Putin que recortan las libertades democr¨¢ticas en Rusia.
La contemporizaci¨®n es un camino que no lleva a ninguna parte. Putin no es un pol¨ªtico al estilo europeo; es un pol¨ªtico cuya forma de vida es la temeridad constante. Hay indicios nefastos de que ya ha abierto la caja de Pandora. Los aventureros y los chovinistas, los que gustan de las conquistas y la sangre, se trasladan de Rusia a Ucrania. Armar a esos bandidos con excelentes equipos militares es un crimen.
Los l¨ªderes de los pa¨ªses de la UE deben poner fin a la agresiva pol¨ªtica del presidente Putin. La experiencia ense?a que el di¨¢logo con Putin es una p¨¦rdida de tiempo si no est¨¢ respaldado por la unidad y la firmeza. A Putin no le inquietan los adversarios d¨¦biles y sin agallas. Al parecer, su percepci¨®n de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea es que se limitan a hablar mientras el Kremlim traspasa una l¨ªnea roja tras otra. Putin sigue proporcionando armas y mercenarios al este de Ucrania. Sigue congregando a sus tropas a lo largo de la frontera. Pero Ucrania tiene derecho a elegir el camino de las democracias europeas, y los ucranios tienen derecho a vivir en un Estado honrado. Tal vez el futuro de la UE se est¨¦ decidiendo hoy en el este de Ucrania.
Los pa¨ªses de las UE deber¨ªan emplear todas las medidas de presi¨®n, interrumpir el suministro de cualquier clase de armamento a Rusia y aplicar sanciones econ¨®micas y pol¨ªticas. La solidaridad frente a Putin es la verdadera respuesta a la crisis de Ucrania.
Adam Michnik es director de Gazeta Wyborcza. Traducci¨®n de Paloma Cebri¨¢n.
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