La religi¨®n de Am¨¦rica Latina
El protestantismo evang¨¦lico es m¨¢s conservador y con una f¨¦rrea disciplina de voto
En Europa, la religi¨®n se encuentra empaquetada en alg¨²n lugar relativamente apartado de la personalidad, y la capacidad de la Iglesia ¡ªcat¨®lica, por supuesto¡ª de incidir en la conducta de los ciudadanos depende de su destreza para actuar en el mercado de las creencias. Lo dem¨¢s es inercia. Pero Am¨¦rica Latina es otra cosa.
En el inconsciente ¡ªo muy consciente¡ª colectivo latinoamericano, la religi¨®n es un factor pol¨ªtico. Eso lo sabe muy bien la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cat¨®lica declarada que tiene en su despacho de Planalto (Brasilia) una imagen de la Virgen de la Aparecida, que ante las elecciones del pr¨®ximo 5 de octubre corteja a los 42 millones de compatriotas que veneran al Jes¨²s de los evang¨¦licos, protestantismo en veloc¨ªsima expansi¨®n en toda Am¨¦rica Latina. De 2000 a 2013 el catolicismo ha perdido, seg¨²n el Latinobar¨®metro, un 13% de fieles y en Brasil, que, con unos 130 millones de bautizados, sigue siendo el pa¨ªs con m¨¢s cat¨®licos del mundo, las iglesias evang¨¦licas han crecido un vertiginoso 60%. En Centroam¨¦rica ya talonean al catolicismo, que no congrega al 50% de la poblaci¨®n.
Rousseff asisti¨® el pasado fin de semana, rodeada de prohombres y mujeres de pro, a la inauguraci¨®n del templo de Salom¨®n de la Iglesia Universal del Reino de Dios, con capacidad para m¨¢s miles de fieles que San Pedro de Roma. La presidenta que, tras el fallecimiento del candidato socialista Eduardo Campos, tendr¨¢ que enfrentarse muy probablemente a Marina Silva, ecologista, negra, y evang¨¦lica, ha repetido que cre¨ªa firmemente en el poder de la oraci¨®n, quiz¨¢ pensando en no tener que exponerse con su ayuda a una siempre azarosa segunda vuelta; pero, con oraci¨®n o sin ella, atraerse una parte del voto evang¨¦lico ser¨ªa, literalmente, mano de santo. ?Se imagina alguien a Rodr¨ªguez Zapatero haciendo una novena por el triunfo del PSOE o a Fran?ois Hollande blandiendo un hisopo? Ni siquiera Rajoy.
Los catec¨²menos de las redes sociales, Twitter especialmente, han podido darse cuenta de c¨®mo los espa?oles no hacen pr¨¢cticamente menci¨®n de las potencias celestiales, mientras que en el universo electromagn¨¦tico latinoamericano, cat¨®licos y protestantes invocan al Se?or hasta en su identificaci¨®n en la red. ?Y qu¨¦ es ese acceso de fervor, especialmente grato al alma evang¨¦lica? Jorge Casta?eda en La utop¨ªa desarmada califica el populismo pol¨ªtico de ¡°reflejo del sue?o incumplido latinoamericano de una modernidad sin dolor¡±. Eso me parece tambi¨¦n la milagrer¨ªa, de nuevo m¨¢s evang¨¦lica que cat¨®lica, un populismo curalotodo, a la vez que una especie de spanglish de las religiones.
El catolicismo latinoamericano, a¨²n en retroceso pese al advenimiento del papa Francisco, cubre, sin embargo, un espectro pol¨ªtico mucho m¨¢s vasto, de derecha a izquierda, que el protestantismo evang¨¦lico, instalado en coordenadas s¨®lidamente conservadoras, y de una disciplina de voto tambi¨¦n mayor; con ello contar¨ªa Marina Silva, claramente a la izquierda de su congregaci¨®n. Rousseff, en medio de una ca¨ªda de la actividad econ¨®mica, del fiasco deportivo del Mundial tan reciente, y de una visible carencia del afecto contagioso que exudaba su antecesor y gu¨ªa, el presidente Lula, necesita votos donde se encuentren; aunque haya que orar por ellos.
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