¡°La gran frustraci¨®n de Obama es el bloqueo de la reforma migratoria¡±

Al despacho de Cecilia Mu?oz (Detroit, 1962), hija de inmigrantes bolivianos, asesora en pol¨ªtica interior del presidente Barack Obama y la hispana m¨¢s poderosa en el Gobierno de EE UU, se llega por pasillos estrechos y escaleras alfombradas que amortiguan el murmullo de las conversaciones. De las paredes del Ala Oeste de la Casa Blanca cuelgan fotograf¨ªas con algunos de los momentos m¨¢s celebrados de la presidencia de Obama.

Una imagen falta: la de la firma de la ley que permita obtener un permiso de residencia y quiz¨¢ acceder a la ciudadan¨ªa a millones de inmigrantes sin papeles que viven en este pa¨ªs, la mayor¨ªa de origen latinoamericano, como Mu?oz, hija de un ingeniero en el gigante automovil¨ªstico Ford. La reforma migratoria era la prioridad del segundo mandato de Obama, que comenz¨® en 2013, y deb¨ªa definir ¡ªjunto a la reforma sanitaria¡ª su legado pol¨ªtico.

¡°Seguimos con la meta de legalizar a los que han estado aqu¨ª durante tiempo y que puedan demostrar que han trabajado, participado y contribuido que no han cometido delitos graves¡±, asegura Mu?oz. ¡°Porque sabemos que con tal cantidad de personas, 11 millones, no tendremos recursos para deportarlos a todas¡±.

Pero la C¨¢mara de Representantes, bajo control republicano, se ha negado a someter la ley a votaci¨®n, aprobada un a?o antes en el Senado, de mayor¨ªa dem¨®crata. Y no lo har¨¢ hasta, como m¨ªnimo, despu¨¦s de las elecciones legislativas de noviembre.

¡°El presidente de la C¨¢mara baja [John Boehner] dijo que est¨¢ muerta, que este a?o no va a presentar nada¡±, recuerda Mu?oz. ¡°As¨ª que por el momento est¨¢ muerta¡±. Le indigna que ¡°un segmento nom¨¢s del Partido Republicano¡± se oponga a una reforma que apoyan ¡°todos los sectores del pa¨ªs¡± y cuyos beneficios econ¨®micos son ¡°evidentes y se hayan demostrado¡±. Hasta una parte de los republicanos ¡°saben que hay que aprobar la ley, pero no quieren hacerlo ahora. Esto es un obst¨¢culo para el progreso econ¨®mico de este pa¨ªs: afecta al bienestar de millones de familias en EE UU. Es una gran frustraci¨®n¡±.

La alternativa podr¨ªa ser un plan para regularizar a un n¨²mero indeterminado de sin papeles no por medio de una ley en el Congreso sino de un decreto presidencial ¡ªo varios¡ª que evite el poder legislativo. Pero Mu?oz no especifica las medidas que incluir¨ªa una eventual acci¨®n ejecutiva del presidente.

Hasta que Obama llam¨® a Mu?oz en 2009 a la Casa Blanca, fue una de las activistas m¨¢s destacadas y combativas por los derechos civiles de los 50 millones de hispanos en EE UU.? Fotos familiares y recuerdos de sus a?os como dirigente del Consejo Nacional de La Raza, el primer lobby latino del pa¨ªs, decoran su despacho. Queda claro que, en su alma, es una activista. Pero tambi¨¦n gobierna. Desde aqu¨ª, por ejemplo, ha tenido que justificar ante sus antiguos camaradas de lucha por qu¨¦ su jefe ha sido el presidente que ostenta el r¨¦cord de indocumentados deportados, m¨¢s de dos millones en menos de seis a?os. Janet Murgu¨ªa, actual presidenta de La Raza, ha llamado a Obama el ¡°deportador en jefe¡±.

¡°Somos una naci¨®n de inmigrantes, pero tambi¨¦n somos una naci¨®n de leyes¡±, replica Mu?oz cuando se le recuerdan las acusaciones de sus viejos amigos. ¡°Y aunque todo el mundo reconoce que estas leyes no funcionan, hay que administrarlas. Con el presidente hemos cambiado bastante la manera de administrar las leyes que tenemos. Pero lo m¨¢s importante es reformarlas. Y en eso estamos¡±.

Obama ha prometido medidas ¡°a finales del verano¡±. En las ¨²ltimas semanas, las especulaciones sobre el n¨²mero de inmigrantes que podr¨ªan evitar la deportaci¨®n y obtener un permiso laboral ¡ªuna medida similar a la acci¨®n diferida (DACA, en ingl¨¦s) que beneficia a los llamados dreamers o so?adores, hijos de sin papeles criados en EE UU¡ª se han multiplicado. The Washington Post public¨® la cifra de cinco millones, desatando todas las alarmas republicanas y algunas dem¨®cratas.

Mu?oz no la confirma, pero tampoco la desmiente de forma tajante. Dice que no ha salido de la Casa Blanca, sino de alguno de los grupos que la Administraci¨®n Obama ha consultado en el proceso preparatorio de la propuesta.

¡°Los republicanos saben que hay que aprobar la ley, pero ahora no quieren¡±

¡°En las reuniones, algunos piden reformas que ayuden a todos los que ser¨ªan legalizados seg¨²n la propuesta del Senado, y otros tienen otras teor¨ªas legales¡±, se?ala. ¡°Nos encontramos en el momento de recoger ideas de fuera del Gobierno y esperar las recomendaciones del fiscal general [Eric Holder] y el secretario [de Seguridad Interior, Jeh] Johnson¡±

¡ª?Pueden ir estas medidas m¨¢s all¨¢ de frenar las deportaciones, como tambi¨¦n se especula?

"Veremos lo que recomienda el secretario" Johnson, replica Mu?oz. "Lo que sabemos es que lo que el presidente pidi¨® es mirar lo que est¨¢ quebrado y ver lo que se puede arreglar bajo la ley. Pero el presidente no tiene las mismas opciones que las que tiene el Congreso", insiste.

Incluso si la cifra de beneficiados o el alcance de las medidas acaba siendo menor, la Administraci¨®n Obama est¨¢ a punto de lanzar una de sus iniciativas m¨¢s audaces desde que el presidente asumi¨® el poder en 2009: transformar¨¢ el sistema migratorio de este pa¨ªs ¡ªmillones de personas acceder¨¢n a una regularizaci¨®n temporal¡ª y representar¨¢ el primer desaf¨ªo serio al bloqueo del Partido Republicano en el Congreso.

Los efectos en las elecciones de noviembre son una inc¨®gnita. Mu?oz desestima las inquietudes expresadas por algunos dem¨®cratas. A comienzos de a?o, recuerda, ¡°los l¨ªderes del Partido Dem¨®crata en el Senado le pidieron al presidente hacer algo grande, no le pidieron esperar hasta el a?o que entra, pidieron una acci¨®n inmediata¡±.

La Casa Blanca asegura que Obama no anunciar¨¢ su decisi¨®n hasta que haya recibido todas las recomendaciones. Mu?oz insiste en que solo ser¨¢ un paliativo por el fracaso de la ley de inmigraci¨®n en el Congreso, pero no sustituir¨¢ esta ley, m¨¢s amplia y ambiciosa.

¡°El poder del presidente no puede compararse con el del Congreso. ?l no tiene en sus manos la capacidad de avanzar hacia una soluci¨®n permanente¡±, recalca la asesora de Obama. En el caso de los dreamers, la decisi¨®n es v¨¢lida para dos a?os, renovables.

El d¨ªa de la entrevista la Casa Blanca estaba medio vac¨ªa. Obama veraneaba en la isla de Martha¡¯s Vineyard (Massachusetts). En el Ala Oeste hay sensaci¨®n de impotencia por el bloqueo republicano, pero tambi¨¦n el deseo de no resignarse a dos a?os y cuatro meses m¨¢s ¡ªlos que le quedan a Obama en el cargo¡ª paralizados.

Mu?oz a?ora el Washington de hace 25 a?os, cuando lleg¨® a una ciudad en la que ¡°los miembros de los dos partidos, aunque no estuviesen de acuerdo en muchas cosas y mantuviesen debates fuertes, tambi¨¦n ten¨ªa una gran idea de su responsabilidad, que era encontrar soluciones y tomar decisiones que combinasen la idea de ambos lados¡±. ¡°En el Congreso ya no existe esta atm¨®sfera¡±, lamenta.

¡°Los decretos presidenciales no dan una soluci¨®n permanente¡±

La ¨²ltima crisis que ha afrontado ha sido por la llegada por la frontera de M¨¦xico con Texas de decenas de miles de menores centroamericanos. ¡°Hemos tenido un cierto ¨¦xito en que el n¨²mero [de menores migrantes] est¨¢ bajando, pero eso probablemente tenga que ver con varios factores, incluyendo que este es un momento de mucho calor en Texas y M¨¦xico, y tambi¨¦n que estamos interrumpiendo las redes de traficantes¡±, dice. ¡°Estamos teniendo ¨¦xito en Centroam¨¦rica a la hora de comunicar el mensaje de que esto es peligros¨ªsimo de que el mensaje que los traficantes han tratado de comunicar ¡ªque una vez que el ni?o llega a EE UU, entonces tiene permiso para quedarse¡ª no es cierto¡±.

Mu?oz no ve contradicci¨®n entre la voluntad de regularizar a buena parte de los 11 millones indocumentados que viven en EE UU y la amenaza de deportar a los menores que han llegado en los ¨²ltimos meses. ¡°La propuesta de legalizaci¨®n es para las personas que han estado aqu¨ª a largo plazo, por muchos a?os, y esto se distingue de la responsabilidad que tenemos de controlar la frontera¡±, responde. ¡°La frontera no est¨¢ abierta en este pa¨ªs¡±.

En 1980, cuando Cecilia Mu?oz ten¨ªa 17 a?os, un amigo en Detroit le dijo que, si un d¨ªa EE UU iba a la guerra contra alg¨²n pa¨ªs latinoamericano como Bolivia, sus padres tendr¨ªan que ir a un campo de internamiento como los japoneses-americanos durante la Segunda Guerra Mundial. Aquel fue el momento, dijo Mu?oz a?os despu¨¦s a la cadena de radio NPR, cuando descubri¨® que ¡°la indignaci¨®n es como una especie de gasolina¡±.

La trayectoria de Mu?oz ¡ªde una familia de inmigrantes en Detroit a la Casa Blanca¡ª refleja la transformaci¨®n de este pa¨ªs, m¨¢s multicultural, m¨¢s hispano, menos blanco y anglosaj¨®n. El castellano es cada vez m¨¢s una lengua de uso corriente en la Casa Blanca.

¡ª?Y un presidente hispano? ?Cu¨¢ndo?

¡ª"Ojal¨¢ que pronto", responde Cecilia Mu?oz. "Veremos".