La yihad europea lucha por el califato
Centenares de combatientes de Francia, Reino Unido y otros pa¨ªses europeos engrosan las filas del Estado Isl¨¢mico
Son entre 2.000 y 4.000, seg¨²n las fuentes, y entre ellos hay mayor¨ªa de franceses y brit¨¢nicos. Son ciudadanos de la UE que en los ¨²ltimos a?os han viajado a Siria y a Irak ¡ªy antes a Libia¡ª y que combaten ahora junto al Estado Isl¨¢mico (EI) para crear un califato que se rija por la versi¨®n m¨¢s estricta de la shar¨ªa, la ley isl¨¢mica. Son j¨®venes seducidos por los radicales, sobre todo, a trav¨¦s de las redes sociales o de videojuegos como Call of Duty.
La imagen de quien los medios brit¨¢nicos llaman Yihad John, el hombre que aparentemente decapita al periodista James Foley, ha causado un gran impacto en Reino Unido. Pero Simon Palombi, experto en seguridad y contraterrorismo del centro de estudios Chatham House, advierte que ¡°en la historia siempre ha habido combatientes extranjeros en las guerras, no creo que sea algo especialmente significativo ahora en Siria¡±. ¡°El hecho de que fuera un brit¨¢nico el que haya llevado a cabo el asesinato de James Foley es, sobre todo, una cuesti¨®n de propaganda, un intento de provocar la reacci¨®n del Gobierno y de los medios para estar m¨¢s tiempo en primer plano. El EI est¨¢ jugando muy bien la carta de la propaganda¡±.
La alta presencia de franceses entre los combatientes europeos puede tener una explicaci¨®n demogr¨¢fica: Francia es el pa¨ªs de la UE con m¨¢s ciudadanos musulmanes tanto en t¨¦rminos netos (4,7 millones) como relativos (7,5% de la poblaci¨®n, un porcentaje solo superado por Chipre). Reino Unido, sin embargo, aunque tiene una presencia considerable de musulmanes (2,9 millones, 4,6% de la poblaci¨®n) est¨¢ por detr¨¢s de Alemania (4,1 millones, 5%), un pa¨ªs donde el problema del yihadismo no parece tener las mismas proporciones.
Quiz¨¢s porque el origen de esas poblaciones musulmanas es distinto. ?O es quiz¨¢s una cuesti¨®n de integraci¨®n? ¡°No me atrever¨ªa a decir si Alemania tiene o no problemas de integraci¨®n o de etnocentricidad. No me sorprender¨ªa que hubiera alemanes en Irak o en Siria ahora mismo, pero no lo s¨¦¡±, responde Palombi con prudencia. ¡°Pero no creo que sea un problema de que el Gobierno brit¨¢nico no est¨¢ integrando a esa gente en la sociedad. Es m¨¢s bien una cuesti¨®n de acceso a gente que utiliza la religi¨®n para reclutar a otros¡±. ¡°Tenemos que estudiar qu¨¦ es lo que atrae a esa gente, qu¨¦ est¨¢ pasando en este pa¨ªs con el programa de desradicalizaci¨®n y qu¨¦ m¨¢s puede hacer el Gobierno para prevenir que la gente se sienta atra¨ªda por ese tipo de propaganda¡±, a?ade Palombi.
Coto a los extremistas
La controvertida ministra brit¨¢nica del Interior, Theresa May, quiere ampliar el cat¨¢logo de la legislaci¨®n antiterrorista con nuevas medidas que le permitan frenar a los extremistas contra los que ahora no puede actuar porque no hay pruebas de que vulneren las leyes actuales. En un art¨ªculo en el diario The Daily Telegraph titulado ¡°Tenemos que otorgarnos todos los poderes legales que necesitamos para imponernos¡±, la responsable del Home Office asegura que ha endurecido las medidas contra los brit¨¢nicos que se van a combatir a Siria y a Irak, pero que necesita todav¨ªa m¨¢s poderes.
Aunque sus demandas son gen¨¦ricas, May asegura que se est¨¢ ¡°planteando otra vez los supuestos para nuevas ¨®rdenes de prohibici¨®n de grupos extremistas que est¨¢n por debajo del techo legal requerido para ser vetados por terrorismo, as¨ª como dotarse de nuevos poderes civiles contra los extremistas que quieren radicalizar a otras personas¡±. Tambi¨¦n recuerda en el art¨ªculo sus constantes intentos, hasta ahora fracasados, de dar m¨¢s poderes a los servicios de seguridad para controlar las comunicaciones de los ciudadanos sin permiso judicial.
Las propuestas de May se interpretan como un intento de aplicar en materia de terrorismo las llamadas ?rdenes para Comportamientos Antisociales con las que el anterior Gobierno laborista trat¨® de combatir el gamberrismo, eliminadas por la actual coalici¨®n al llegar al poder. Estas ¨®rdenes ir¨ªan dirigidas contra los sospechosos de alentar comportamientos radicales. Esta normativa no puede llevar a un sospechoso a la c¨¢rcel, pero su incumplimiento puede implicar penas de prisi¨®n.
Pauline Neville-Jones, antigua responsable brit¨¢nica de la lucha antiterrorista, ha destacado la utilizaci¨®n de las redes sociales por los yihadistas y cree que el Gobierno ha de utilizar esas mismas redes ¡°para enviar contramensajes¡±. ¡°El Gobierno no puede hacerlo directamente. Pero puede financiar a quienes s¨ª pueden¡±, ha dicho.
Un equipo de investigadores del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalizaci¨®n y la Violencia Pol¨ªtica del King¡¯s College de Londres ha creado una base de datos con los perfiles en medios sociales de 190 yihadistas europeos y occidentales. M¨¢s de dos tercios est¨¢n afiliados al Frente Al Nusra o al Estado Isl¨¢mico.
Los investigadores se han sorprendido del alto n¨²mero de yihadistas europeos y occidentales que utilizan activamente las redes sociales como fuente de documentaci¨®n y de inspiraci¨®n y como plataforma para relatar sus experiencias. ¡°Para ellos, las redes sociales no son meramente virtuales: se han convertido en una parte esencial de lo que ocurre sobre el terreno¡±.
Una gran parte de esos combatientes reciben la informaci¨®n no a trav¨¦s de fuentes oficiales de la yihad, sino a trav¨¦s de los llamados ¡°diseminadores¡±, gente sin afiliaci¨®n oficial, pero con profunda simpat¨ªa hacia el conflicto. Por eso, ¡°la capacidad de los grupos yihadistas para controlar la informaci¨®n se ha deteriorado al tiempo que individuos privados tienen ahora una influencia significativa en el conflicto¡±.
En paralelo, han surgido nuevas figuras con gran influencia en los combatientes extranjeros en Siria que, aunque no hay pruebas de que est¨¦n directamente involucrados en el conflicto o se coordinen con los yihadistas, ejercen de hecho de animadores de la causa. Gente como Ahmad Jibril, un predicador estadounidense de origen ¨¢rabe, o Musa Cerantonio, un australiano de 29 a?os que a los 17 se convirti¨® de cat¨®lico a musulm¨¢n tras una visita a la Capilla Sixti
Una imagen de un v¨ªdeo muestra a Abu Muthanna al Yemeni (centro), cuyo nombre real es Nasser Muthana, de 20 a?os y originario de Cardiff (Reino Unido). / (afp / al hayat)
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