La peque?a Palestina de Uruguay
La localidad de Chuy, en la frontera con Brasil, se ha convertido en refugio para comerciantes Podr¨ªa ser el destino para los seis presos de Guant¨¢namo que llegar¨¢n al pa¨ªs
En la frontera de Uruguay con Brasil hay una peque?a localidad llamada Chuy, donde ha encontrado refugio una comunidad de inmigrantes palestinos. Este colectivo, cuyo n¨²mero es dif¨ªcil de calcular ¡ªaunque se estima en 500 personas¡ª regenta comercios y cuenta con instalaciones propias como un club social y una mezquita. El presidente uruguayo, Jos¨¦ Mujica, refugiar¨¢ a seis presos de Guant¨¢namo ¡ªcuatro sirios, un palestino y un jordano¡ª tras un acuerdo con su hom¨®logo estadounidense, Barack Obama, y es probable que estos vivan en Chuy. La fecha precisa del traslado no se conoce.
La peque?a ciudad se encuentra a 340 kil¨®metros de Montevideo, en el departamento costero de Rocha. La localidad consiste b¨¢sicamente en una ancha avenida polvorienta llena de tiendas libres de impuestos. Un lado de la avenida pertenece a Uruguay, el otro a Brasil. As¨ª que para cruzar de un pa¨ªs a otro, basta con recorrer los escasos 12 metros que separan una acera de la otra.
En el lado uruguayo viven unas 14.000 personas, y en la zona brasile?a, unas 6.200. Es en este lado de la calle es donde se encuentra la mayor¨ªa de los comercios palestinos, tiendas enormes atiborradas de las m¨¢s variopintas mercanc¨ªas. Sus propietarios se sientan en la calle para discutir el tema de actualidad. Conversan en ¨¢rabe, aunque tambi¨¦n hablan una mezcla de espa?ol y portugu¨¦s, y beben mate, la bebida t¨ªpica de Uruguay.
Fahed Ahmad es propietario de un enorme bazar de ropa y calzado. Naci¨® en Cisjordania, pero lleva 25 a?os en Chuy. ¡°No tengo pasaporte, no puedo regresar¡±, es lo primero que dice cuando habla de sus or¨ªgenes. Tanto ¨¦l como sus hijos tienen nacionalidad brasile?a, y su vida ha quedado para siempre instalada en una frontera.
La situaci¨®n de otros habitantes de la zona es similar, como la de Esmat Omar, quien se dice ¡°nacido y criado en Jerusal¨¦n¡±, pero con pasaporte brasile?o y jordano. Su familia es due?a del Supermercado Londres y de la tienda de ropa interior Freetime. Muchos desconf¨ªan de la prensa y evitan hablar del conflicto en Gaza o de la llegada de los presos de Guant¨¢namo a Uruguay.
El viaje de los seis de Guant¨¢namo al lado uruguayo de la llamada ¡°frontera seca¡± con Brasil es una posibilidad. Roberto Mantiel, responsable local del Ministerio de Integraci¨®n Social uruguayo, piensa que ¡°ser¨ªa uno de los lugares donde se sentir¨ªan m¨¢s c¨®modos¡± y a?ade que, en caso de ser consultados, ¡°ellos optar¨ªan por eso¡±. Seg¨²n testigos presentes en una reuni¨®n entre representantes palestinos y el ministro de Exteriores uruguayo, Luis Almagro, los comerciantes palestinos ofrecieron ayuda y empleos a los expresos de la base estadounidense.
Hace unos meses lleg¨® una familia huyendo del conflicto en Libia, nadie sabe muy bien por qu¨¦ medios. El Gobierno uruguayo les brind¨® apoyo hasta que el padre consigui¨® trabajo en uno de los comercios de Chuy. La ONG Servicio Ecum¨¦nico para la Dignidad Humana, que trabaja con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Chuy, se ha ocupado de varios casos como este. La organizaci¨®n declina hacer cualquier comentario sobre la situaci¨®n en la frontera o sobre la llegada de otros refugiados, incluyendo los de Guant¨¢namo. ¡°No podemos decir nada, est¨¢ prohibido por la ley uruguaya, que exige confidencialidad¡±, contesta por tel¨¦fono una persona de la ONG.
Nadie sabe a ciencia cierta c¨®mo se fund¨® la comunidad palestina de Chuy, pero algunos evocan la llegada del primer inmigrante en 1955. El boca a boca hizo el resto. Jamil Klait, estudiante universitario de 23 a?os, es hijo de un liban¨¦s y una uruguaya y forma parte de la tercera generaci¨®n de inmigrantes en Chuy. Saluda en ¨¢rabe a los vecinos con los que se va cruzando en la calle, aunque no domina totalmente el idioma. ¡°La solidaridad es la marca de Chuy¡±, dice, donde hay ¡°mucho intercambio cultural, una verdadera mezcla¡±. El enriquecimiento social es una realidad gracias a los acuerdos de frontera entre Brasil y Uruguay, que han establecido una especie de salvoconducto para moverse y trabajar libremente dentro de un radio de unos 20 kil¨®metros.
Mustaf¨¢ Salim tiene un puesto de gafas de sol y lleva 30 a?os en el Chuy. Naci¨® en Haifa (Israel), tiene dos hijas abogadas en Uruguay y piensa que nunca volver¨¢ a su lugar de origen, aunque acepta sentir nostalgia. Aplaude la decisi¨®n del presidente uruguayo Jos¨¦ Mujica de traer a los presos de Guant¨¢namo, pero se interroga: ¡°?Por qu¨¦ no vuelven a su propio pa¨ªs?¡±.
El Gobierno uruguayo ha dejado claro que, una vez en su territorio, los presos de Guant¨¢namo tendr¨¢n estatuto de refugiados ¡ªes decir, podr¨¢n moverse libremente¡ª. El presidente Jos¨¦ Mujica, quien fue preso pol¨ªtico por 15 a?os durante la dictadura uruguaya, ha afirmado que su principal raz¨®n para colaborar con la administraci¨®n de Obama es humanitaria. En Guant¨¢namo quedan todav¨ªa 149 reclusos, de los cuales 78 son considerados como no peligrosos y siguen pendientes de ser trasladados a otros pa¨ªses.
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