El independentista Salmond derrota en el debate de Escocia al unionista Darling
El s¨ª y el no chocan en el cara a cara clave del refer¨¦ndum de Escocia
¡°Es nuestro momento¡±, proclam¨® apasionadamente el independentista Alex Salmond. ¡°Es una decisi¨®n de la que no hay vuelta atr¨¢s¡±, advirti¨® el unionista Alistair Darling. Las caras visibles del s¨ª y el no en la campa?a del refer¨¦ndum sobre la independencia de Escocia chocaron anoche con inusitada violencia en su ¨²ltimo debate cara a cara antes de la consulta del 18 de septiembre. Un debate en el que de nuevo la cuesti¨®n de la moneda que circular¨ªa en una Escocia independiente domin¨® los intercambios entre ambos, ante 200 votantes, en la Galer¨ªa de Arte y Museo Kelvingrove, en Glasgow.
Los analistas concluyeron que, esta vez, Salmond se impuso con claridad, al contrario de lo que hab¨ªa ocurrido hace tres semanas. Tambi¨¦n una encuesta de ICM para el diario The Guardian dio un claro triunfo al l¨ªder independentista y ministro principal escoc¨¦s por 71% a 29%. Pero est¨¢ por ver qu¨¦ influencia puede tener el resultado del debate a la hora del voto, que algunos escoceses pueden empezar a ejercer desde hoy porque empiezan a repartirse las papeletas de voto por correo en algunas zonas del pa¨ªs.
La victoria de Darling en el primer cara a cara, celebrado el pasado d¨ªa 5, no signific¨® un aumento del n¨²mero de partidarios del no. Los independentistas acabaron subiendo en las encuestas de las semanas siguientes. Y tambi¨¦n porque el intercambio entre ambos pol¨ªticos, a menudo grit¨¢ndose el uno al otro sin escucharse, no fue del todo edificante.
Ambos son viejos zorros de la pol¨ªtica. Y tan opuestos el uno al otro como lo que defienden en el refer¨¦ndum del 18 de septiembre. Darling, 60 a?os, ministro laborista del Tesoro en tiempos de Gordon Brown y antes de eso responsable de Transporte, ministro para Escocia y ministro de Industria y Comercio, ha sido siempre un pol¨ªtico oscuro pero eficaz, lo que en la pol¨ªtica brit¨¢nica llaman ¡°un par de manos fiables¡±. Salmond, 59 a?os, es un pol¨ªtico imprevisible que ha resurgido ya varias veces de sus cenizas. Lo hizo en 2004, cuando volvi¨® por segunda vez al liderazgo del independentismo. O en 2011, cuando gan¨® contra pron¨®stico la mayor¨ªa absoluta que le permiti¨® convocar el refer¨¦ndum del pr¨®ximo d¨ªa 18.
Es esa capacidad de sorpresa de Salmond y del SNP (Partido Nacional Escoc¨¦s) lo que todav¨ªa llama a la prudencia a pesar de que el no mantiene desde hace meses una s¨®lida ventaja de entre 10 y 14 puntos. Quiz¨¢s anoche puso las bases para un nuevo renacimiento. En parte porque Alistair Darling, que gan¨® el primer debate al dejar a su adversario sin respuesta a la cuesti¨®n clave de cu¨¢l es su plan B si Escocia no puede seguir usando la libra, recurri¨® anoche una vez tras otra a ese mismo argumento. El p¨²blico lleg¨® a silbarle cuando volvi¨® por en¨¦sima vez a la moneda.
Y esta vez hubo diferencias. Salmond acept¨® que a lo mejor tiene que recurrir a otras opciones distintas de la de un pacto con la libra, como que Escocia tenga su propia moneda. O que se adopte la esterlina como soluci¨®n temporal.
Tambi¨¦n Darling dijo algo nuevo, aunque muy a su pesar: acept¨® por primera vez que una Escocia independiente podr¨ªa compartir la libra con Reino Unido, aunque pareci¨® hacerlo de forma sarc¨¢stica al decir que tambi¨¦n podr¨ªa compartir el rublo o el yen o el euro.
El l¨ªder de la campa?a unionista, mucho m¨¢s nervioso que en el primer cara a cara, se dej¨® llevar por Salmond al terreno que menos le conven¨ªa, el del impacto que las pol¨ªticas del Gobierno de Westminster tienen en la capacidad de decisi¨®n del Gobierno escoc¨¦s en cuestiones como la financiaci¨®n de la sanidad p¨²blica. O el efecto que tendr¨ªa en la lucha contra la pobreza la renuncia a destinar miles de millones a renovar el programa de disuasi¨®n nuclear Trident, como quieren los independentistas.
Los intentos de Darling por llevar el debate al terreno de la moneda o al de las reservas petrol¨ªferas no solo acabaron irritando al p¨²blico, sino que parecieron dejarle sin respuesta en otras cuestiones planteadas por el p¨²blico. Como los efectos en el conjunto de la econom¨ªa del actual sistema de reparto regional de la inversi¨®n p¨²blica. O, como pregunt¨® otro participante en alusi¨®n al eslogan unionista, ¡°?por qu¨¦, si es verdad que estamos mejor juntos, no estamos ya mejor juntos?¡±.
El objetivo de Salmond fue transmitir la idea de que una derrota del s¨ª en las urnas dentro de tres semanas equivaldr¨ªa a que los escoceses se podr¨ªan ver gobernados de nuevo por un Partido Conservador al que no habr¨¢n votado en Escocia, dejando en manos de Londres decisiones clave como el futuro del sistema p¨²blico de salud escoc¨¦s. En ese contexto, Darling se vio arrastrado a la contradicci¨®n de defender aspectos de la pol¨ªtica que la coalici¨®n de conservadores y liberales dem¨®cratas aplican en Westminster y que los laboristas tanto rechazan. Eso permiti¨® a Salmond asegurar que su rival ¡°se ha alineado con los tories¡±.
Al final, el l¨ªder independentista proclam¨®: ¡°Este refer¨¦ndum es sobre el futuro de Escocia y el futuro de Escocia tendr¨ªa que estar en manos de Escocia. Es el momento de poner el futuro en nuestras manos¡±. A lo que Darling replic¨®: ¡°Por supuesto que podemos ir solos, pero no creo que tuvi¨¦ramos tanto ¨¦xito como el que tenemos siendo parte de Reino Unido¡±. E insisti¨®, otra vez, en la importancia de la cuesti¨®n de la moneda porque ¡°para todo pa¨ªs, lo m¨¢s importante es la moneda, el dinero¡±.
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