M¨¦xico trata de contener la migraci¨®n centroamericana hacia EE UU
El plan del Gobierno en la frontera sur ha bajado del tren de carga que cruza el pa¨ªs hacia el norte a 6.000 personas Organizaciones civiles critican que las medidas hacen m¨¢s peligrosa la traves¨ªa
El plan Frontera Sur del Gobierno mexicano, anunciado en julio, ha conseguido ¡°bajar¡± del tren La Bestia a m¨¢s de 6.000 personas, seg¨²n anunci¨® la coordinaci¨®n oficial correspondiente sin especificar desde cu¨¢ndo ni en qu¨¦ puntos. Las autoridades mexicanas han insistido en que la pol¨ªtica de reforzar las fronteras con Centroam¨¦rica busca garantizar la seguridad de los migrantes, pero algunas organizaciones opinan que la decisi¨®n solo ha conseguido ¡°aumentar los peligros¡± de los viajeros sin papeles y ¡°hacerlos m¨¢s vulnerables¡±.
La Bestia, el tren de carga utilizado por los inmigrantes como transporte para atravesar M¨¦xico hacia Estados Unidos, es tan c¨¦lebre por sus peligros que tambi¨¦n es conocida como la devoravidas. El coordinador para la Atenci¨®n Integral de la Migraci¨®n en la Frontera Sur, Humberto Mayans, explic¨® el martes que las medidas del Gobierno mexicano buscan ¡°respetar la dignidad¡± de los migrantes y anunci¨® que se completar¨¢n con el monitoreo v¨ªa sat¨¦lite de las rutas de La Bestia y patrullajes para evitar delitos.
Pero estas medidas no detienen ni detendr¨¢n el flujo de personas hacia el ansiado Norte. Al menos eso es lo que dicen algunos de los defensores de los derechos de los migrantes. Rub¨¦n Figueroa, de la organizaci¨®n Movimiento Migrante Mesoamericano, explica que los centroamericanos han comenzado a utilizar rutas alternativas para evitar a los agentes fronterizos enviados a la zona sur. Es el caso de Arriaga, Chiapas, al sureste del pa¨ªs, a 200 kil¨®metros de la frontera con Guatemala, un punto de partida de La Bestia. Seg¨²n c¨¢lculos de Figueroa, de 500 migrantes que abordaban La Bestia en Arriaga cada d¨ªa, ahora solo suben 15 ¨® 20. En Tenosique, Tabasco, el otro punto de partida y a 50 kil¨®metros de la frontera, de 250 personas ahora se monta apenas una treintena. ¡°Est¨¢n utilizando rutas mucho m¨¢s peligrosas y desconocidas. Nuestro trabajo consiste en averiguar cu¨¢les son para hacer la labor de acompa?arles¡±, apunta Figueroa.
¡°No los van a detener nunca. Ahora caminan por las v¨ªas del tren, lo que es mucho m¨¢s peligroso¡±, explica Germ¨¢n Guillermo Ram¨ªrez Mendoza, presidente de la Casa del Migrante Santa Faustina, de Coatzacoalcos, Veracruz. ¡°Siguen llegando igual. Antes viajaban en grupos de 200, 500 o hasta 800 personas y se pod¨ªan proteger mejor¡±, explica Ram¨ªrez. ¡°Cuanto menores sean los grupos, m¨¢s peligros corren¡±.
Coatzacoalcos, a 320 kil¨®metros de Arriaga y a 370 al oeste de Tenosique, es uno de los m¨²ltiples puntos de ¡°descanso¡± en el largu¨ªsimo viaje que recorren los migrantes centroamericanos hacia EE UU, en el que est¨¢n expuestos a robos, abusos, extorsiones, violaciones y asesinatos. La Casa del Migrante Santa Faustina tiene una capacidad para albergar 100 migrantes, que se quedan una media de un mes antes de proseguir el camino.
Les roban, les golpean, caminan cientos de kil¨®metros, porque ellos creen que en EE UU todav¨ªa hay una oportunidad Un trabajador de una Casa del Migrante en M¨¦xico
El Gobierno mexicano ha insistido en que el objetivo primordial para evitar que los migrantes aborden La Bestia (las medidas incluyen el aumento de velocidad de las m¨¢quinas) es evitar los riesgos que acarrea. Cientos de personas han muerto o han quedado mutiladas por accidentes ocurridos al intentar subir o al ser arrojados del tren.
Las medidas anunciadas por el Gobierno de M¨¦xico se conocieron poco despu¨¦s de que las alarmas se dispararan en Washington: desde octubre de 2013 hasta junio pasado, al menos 57.000 menores han sido detenidos en la frontera entre M¨¦xico y EE UU. Barack Obama ha roto los r¨¦cords en cuanto a n¨²mero de deportaciones (casi dos millones durante su Gobierno) y ha culpado a sus opositores republicanos de la inmovilizaci¨®n legislativa de la reforma migratoria, la gran asignatura pendiente de su administraci¨®n.
La Asociaci¨®n de Migrantes Retornados con Discapacidad, formada por centroamericanos que han quedado mutilados por accidentes ocurridos en el camino hacia EE UU, organiz¨® en abril una protesta en M¨¦xico para exigir una indemnizaci¨®n al Gobierno de Enrique Pe?a Nieto por los abusos cometidos en el territorio mexicano. Entre sus propuestas est¨¢ la creaci¨®n de una ¡°visa humanitaria¡± con duraci¨®n de un mes, que servir¨ªa para el libre paso de los emigrantes por M¨¦xico durante ese periodo. Actualmente M¨¦xico exige visado de turista a los ciudadanos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Hasta el momento, el Gobierno mexicano otorga una tarjeta de ¡°visitante regional¡± con una vigencia de cinco a?os que permite a guatemaltecos y belice?os permanecer en el pa¨ªs durante al menos tres d¨ªas. Durante agosto, inform¨® Mayans, se entregaron 10.000.
El viaje a trav¨¦s de M¨¦xico cubre, a grandes rasgos, tres rutas: la del Golfo, el este del pa¨ªs, que recorre Veracruz y sus destinos primordiales son Reynosa y Matamoros; la central, que, entre otros estados, pasa por Zacatecas, San Luis Potos¨ª, Coahuila y Nuevo Le¨®n y llega principalmente a Nuevo Laredo y Ciudad Ju¨¢rez y la del Pac¨ªfico, la m¨¢s larga, cuyo punto ¡°de descanso¡± es Guadalajara, al occidente del pa¨ªs, y cuya parada final es Tijuana, a un paso de San Diego, California.
Este es el camino, de miles de kil¨®metros, por el que ni?os, mujeres y adultos centroamericanos y mexicanos cruzan todos los d¨ªas para intentar un min¨²sculo mordisco del sue?o americano. ¡°Les roban, les golpean, caminan cientos de kil¨®metros, porque ellos creen que all¨¢, en EE UU, se puede hacer algo, que hay todav¨ªa hay una oportunidad, que es todav¨ªa el mismo pa¨ªs de hace 10 a?os. Viajan a pie, otros por autob¨²s, se bajan de uno para subirse a otro para que no los vean. Se suben a los montes. Y es el juego con la migra de ¡®yo te mando y t¨² vuelves¡¯. Aqu¨ª hay chavos que han pasado hasta cinco o diez veces¡±, asegura Ram¨ªrez. ¡°Y todo por llevar un pan a su mesa¡±.
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