El Estado Isl¨¢mico impone su terror
Los radicales matan a 250 soldados en Siria tras tomar una base ¨¢rea
¡°Hab¨ªamos recuperado la aldea de Qushar, desde all¨ª intent¨¢bamos atacar Zummar, pero me alcanz¨® un francotirador¡±, cuenta el coronel Farhad Hana desde su cama de un hospital de Erbil. El brigadier Kamal Hazi Agha no tuvo tanta suerte. Las balas de los emboscados acabaron con su vida y la de otros tres peshmergas en el frente de Jalawla. Pero lo que est¨¢ causando m¨¢s bajas y ralentizando el avance de las fuerzas kurdas hacia Sinjar son las trampas explosivas que los milicianos del Estado Isl¨¢mico (EI) dejan cuando se ven obligados a retirarse.
¡°Es un grupo terrorista, es distinto de todos a los que nos hemos enfrentado antes; no tienen piedad y est¨¢n muy bien equipados¡±, resume el coronel Farhad. ¡°Dan miedo; s¨®lo buscan una oportunidad de disparar y salir corriendo¡±, a?ade con un hilo de voz.
As¨ª, les hirieron a ¨¦l y a otro compa?ero. La bala de 8,5 mm sigue alojada en su pecho, cerca del coraz¨®n, a la espera de que recupere fuerzas y puedan extra¨¦rsela.
¡°No se retiran. Avanzan dispuestos a morir. Luego, plantan explosivos y TNT¡±, describe Bilal, un peshmerga de 27 a?os que ha venido desde el frente de Hawija para visitar a su cu?ado. Wishyar result¨® herido por un IED (siglas inglesas de improvised explosive device, artefacto explosivo improvisado), una bomba de fabricaci¨®n artesanal. Ha perdido parte de la pierna izquierda y tiene heridas en los brazos y los ojos. El m¨¦dico no sabe si recuperar¨¢ la vista.
Es un nuevo tipo de combate. Las t¨¢cticas son desconocidas para nuestro ej¨¦rcito. Es la primera vez que ha tenido que enfrentarse al terrorismo" Nazad Ali Fatem, oficial 'peshmerga'
¡°Est¨¢bamos en Gwer. A las 4.30 de la ma?ana lanzamos un ataque contra una aldea cercana que segu¨ªa en manos del EI y logramos echarles. Yo iba en el blindado de cabeza cuando se produjo la explosi¨®n. Cre¨ªamos que los compa?eros hab¨ªan limpiado la zona¡ El conductor result¨® muerto, los dos soldados que iban detr¨¢s heridos leves y a m¨ª, ya me ve¡±, cuenta este cabo de 33 a?os que a¨²n no sabe que le han amputado.
Nadie habla de bajas en Kurdist¨¢n. Tras el golpe que supuso el avance yihadista a primeros de agosto, pol¨ªticos, medios de comunicaci¨®n y ciudadanos de a pie han pasado a modo patri¨®tico. En la radio suenan himnos nacionalistas y las televisiones alientan a las tropas. Pero s¨®lo en el hospital EMC, uno de los dos habilitados en Erbil para atender a los heridos de gravedad en el frente, han ingresado 185 soldados en los primeros 25 d¨ªas de agosto. Imposible saber cu¨¢ntas familias como la del brigadier Kamal guardan luto.
¡°Es un nuevo tipo de combate. Las t¨¢cticas son desconocidas para nuestro ej¨¦rcito. Es la primera vez que ha tenido que enfrentarse al terrorismo en primera l¨ªnea. Adem¨¢s, no ten¨ªamos el armamento necesario¡±, explica Nazad Ali Fatem, responsable del frente de Majmur y jefe local del Partido Democr¨¢tico de Kurdist¨¢n.
Tal vez, pero la inicial retirada de los peshmergas ha acabado con el mito de esas fuerzas.
¡°Nuestro mundo ha cambiado¡±, admite un empresario para quien esa humillaci¨®n no s¨®lo es fruto de la falta de armamento. ¡°Nuestros valientes y aguerridos peshmergas tienen ahora 50-60 a?os, y los j¨®venes carecen de experiencia de combate. Adem¨¢s, nosotros siempre hemos ganado la guerra en las monta?as, pero los yihadistas no van a las monta?as¡±.
Nadie habla de bajas en Kurdist¨¢n. Pero s¨®lo en un hospital han ingresado 185 soldados en los primeros 25 d¨ªas de agosto
A¨²n as¨ª, el propio secretario de Estado norteamericano, Chuck Hagel, reconoci¨® esta semana que el EI es un adversario muy profesional, motivado, bien entrenado y equipado.
¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil es la guerra psicol¨®gica. Se llevan a mujeres y ni?os, y matan gente¡±, conf¨ªa Tawfiq Fars, un voluntario que particip¨® en la recuperaci¨®n de Majmur a las ¨®rdenes de kaka Nazad. ¡°Su objetivo es aterrorizar, matar, violar y destruir los santuarios¡±, a?ade repitiendo una imagen que los propios yihadistas se han encargado de potenciar.
Tanto jefes militares como soldados rasos coinciden en destacar la buena preparaci¨®n de su enemigo. Lo atribuyen a que al otro lado no est¨¢n s¨®lo milicianos del EI sino tambi¨¦n, aseguran, antiguos miembros del Ej¨¦rcito de Saddam. Observadores militares extranjeros mencionan la presencia en sus filas de combatientes chechenos. Sea como fuere, la cuesti¨®n est¨¢ en saber si tienen capacidad para mantener el extenso territorio que han conquistado.
¡°El EI no es tan poderoso como [el Ej¨¦rcito de] Saddam. Si vencimos a Saddam, tambi¨¦n podemos vencer al EI, pero hasta ahora no hemos entrado a fondo¡±, se?alan varios de los entrevistados.
Muchos analistas confirman que los peshmergas no pusieron toda la carne en el asador para recuperar los territorios perdidos hasta que EEUU no empez¨® a darles cobertura a¨¦rea el pasado d¨ªa 8. Tampoco los yihadistas habr¨ªan defendido sus posiciones con la fiereza que se les atribuye. ¡°Han hecho una retirada estrat¨¦gica ante los bombardeos¡±, apunta uno de ellos. El combate final tal vez no se libre en el frente.
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