Adaptaci¨®n y competici¨®n

Ayman al Zawahiri, como l¨ªder de Al Qaeda, ha anunciado el establecimiento de una nueva rama territorial de dicha estructura terrorista global, esta vez en el subcontinente indio. Se trata de una decisi¨®n que es posible interpretar en dos sentidos diferentes pero a la vez complementarios. Por una parte, bien cabe relacionarlo con el proceso de descentralizaci¨®n decidido por los dirigentes de Al Qaeda desde 2002 como consecuencia de la reacci¨®n estadounidense al 11-S y la p¨¦rdida del santuario en Afganist¨¢n que les oblig¨® a reubicar la entonces todav¨ªa unitaria organizaci¨®n yihadista en las zonas tribales de Pakist¨¢n. Es decir, como un desarrollo m¨¢s de la f¨®rmula con que a lo largo de ya m¨¢s de una d¨¦cada se ha venido adaptando a un entorno internacional adverso.

Entre 2003 y 2007, Al Qaeda estableci¨® tres extensiones territoriales. Primero, Al Qaeda en la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga (AQPA); luego, Al Qaeda en la Tierra de los Dos R¨ªos (AQTDR), Estado Isl¨¢mico de Irak (EII) a partir de 2006 y, desde 2013 hasta el pasado junio, Estado Isl¨¢mico de Irak y Levante (EIIL); m¨¢s tarde, Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI). Cuando Osama bin Laden fue abatido en Abbottabad en mayo de 2011, insatisfecho del exceso de autonom¨ªa con que, a excepci¨®n de AQPA, se desenvolv¨ªan las otras ramas te¨®ricamente subordinadas de la estructura terrorista, pensaba recentralizar la toma de decisiones. Mientras, no acept¨® constituir una cuarta rama en el este de ?frica, basada en una fusi¨®n con Al Shabab, que Zawahiri no tard¨® en aprobar tras sucederlo al frente de Al Qaeda.

Por otra parte, al presentar una nueva rama de Al Qaeda para la regi¨®n del subcontinente indio, Zawahiri estar¨ªa reaccionando a la actual competici¨®n en el seno del yihadismo global, una situaci¨®n que ¨¦l mismo califica como de ¡°discordia¡±. Es la rivalidad por hegemonizar ese heterog¨¦neo movimiento transnacional que existe entre el n¨²cleo central de Al Qaeda y el Estado Isl¨¢mico (EI), denominaci¨®n esta ¨²ltima adoptada por el EIIL despu¨¦s de haber sido despose¨ªdo por Zawahiri de su condici¨®n de extensi¨®n territorial de Al Qaeda y al mismo tiempo que el pasado 29 de junio anunciaba la proclamaci¨®n de un nuevo califato a partir de las amplias demarcaciones que controla en Siria e Irak, al igual que la designaci¨®n de un nuevo califa en la persona de su l¨ªder, Abu Bkr al Bagdhadi.

Con sus iniciativas y pr¨¢cticas, el EI est¨¢ retando abiertamente al directorio de Al Qaeda, impugnando su estrategia y cuestionando sus resultados. Ha recabado apoyo de distintas entidades yihadistas en el Norte de ?frica y el sudeste asi¨¢tico, provocado fracturas en otras asociadas con Al Qaeda como Therik e Taliban Pakistan (TTP) e incluso en dos extensiones territoriales de dicha estructura terrorista, casos de AQPA y AQMI. Al establecer una nueva rama para la regi¨®n del subcontinente indio, Zawahiri quiere, a¨²n sin descartar definitivamente alg¨²n arreglo con el EI, contrarrestar la expansi¨®n de ¨¦ste y preservar como escenario yihadista sujeto a la influencia de Al Qaeda el sur de Asia, donde han venido operando organizaciones yihadistas afines a la misma como Lashkar e Toyba.

Por cierto, que los estrechos v¨ªnculos de esta ¨²ltima organizaci¨®n terrorista con los servicios de inteligencia de Pakist¨¢n suscitan un interrogante: ?habr¨¢, adem¨¢s, alg¨²n lazo entre la decisi¨®n de Zawahiri ¡ªque decididamente proyecta la amenaza de Al Qaeda hacia la India¡ª y la ofensiva sin precedentes contra yihadistas que el Ej¨¦rcito paquistan¨ª lleva a cabo desde hace meses en Wazirist¨¢n del norte?

Fernando Reinares es investigador principal en el Real Instituto Elcano y catedr¨¢tico en la Universidad Rey Juan Carlos.