Los atentados anarquistas desatan la inquietud en el Gobierno chileno

El bombazo que estall¨® el lunes en un centro comercial cercano a una estaci¨®n de metro de Santiago, la capital de Chile, y que provoc¨® heridas de diversa gravedad a 14 personas, se ha convertido en la prioridad del Gobierno de Michelle Bachelet. ¡°Lo que ha sucedido es horrible, abominable, pero Chile es y seguir¨¢ siendo un pa¨ªs seguro¡±, se?al¨® la presidenta despu¨¦s del atentado, el m¨¢s grave de este tipo desde el regreso de la democracia en 1990.

El Ejecutivo debut¨® en marzo pasado, pero se encontraba en alerta desde hac¨ªa meses: en 2014, los grupos antisistema han instalado 29 artefactos. Desde que comenzaron a actuar en Chile, en 2005, han instalado 203. El 13 de julio pasado, una bomba explot¨® por primera vez en una estaci¨®n de metro, Los Dom¨ªnicos, pero no caus¨® v¨ªctimas. Aunque deton¨® por la noche y casi no hab¨ªa pasajeros, fue una se?al para las autoridades, que entendieron que los autores estaban dispuestos a actuar en lugares p¨²blicos con gran afluencia de p¨²blico. Hasta entonces, los objetivos m¨¢s frecuentes hab¨ªan sido cajeros autom¨¢ticos, y siempre de madrugada.

El atentado del lunes fue diferente. Dos hombres j¨®venes instalaron un extintor con p¨®lvora negra en un basurero del centro comercial subterr¨¢neo, ubicado junto a la estaci¨®n Escuela Militar, donde transitan entre 120.000 y 150.000 personas a diario. El mecanismo estaba asociado a un sistema de relojer¨ªa y estall¨® a las dos de la tarde, en pleno horario de comida. Dos heridos se encuentran graves, una empleada de la limpieza perdi¨® parte de la mano derecha y un inform¨¢tico venezolano tuvo que ser operado por una fractura en la pierna. La onda expansiva de la bomba fue lo suficientemente fuerte como para provocar trauma ac¨²stico en una docena de personas.

Los grupos antisistema a los que se le atribuyen las acciones tienen un perfil bastante complejo y, pese a que existen pistas, como nombres de algunas personas y de 81 agrupaciones distintas que se han atribuido los ataques, la inteligencia chilena no ha podido adelantarse a sus acciones.

En mayo de 2009, por ejemplo, muri¨® Mauricio Morales: le explot¨® un artefacto explosivo que iba a instalar cerca de la Escuela de Gendarmer¨ªa. De 27 a?os, era un anarquista conocido en los circuitos de casas okupas de Santiago y llevaba un tatuaje con la leyenda Sin dios ni amo. Un nuevo nombre apareci¨® en escena el 2 de junio de 2011: Luciano Pitronello, de 23 a?os. Le estall¨® una bomba en las manos, sufri¨® quemaduras en el 32% del cuerpo quemado, perdi¨® la mano derecha, tres dedos de la izquierda y parte de la visi¨®n en un ojo. Fue condenado por portar aparato incendiario, pero se desech¨® el cargo de terrorista y se le otorg¨® una pena de seis a?os, con el privilegio de libertad vigilada. A los 17 a?os escrib¨ªa en su blog: ¡°Soy un anarquista de tan s¨®lo 17 a?os, pero tengo el criterio bien formado para tomar mis decisiones (...) Un ejemplo claro de no estar de acuerdo con las injusticias del mundo es, por ejemplo, estar a favor de los boicots contra empresas que hacen de este mundo una gran injusticia¡­ ejemplo: la COCA-COLA (...) financi¨® la guerra de Irak¡±. El ¨²nico que cumple una pena efectiva es el soci¨®logo Hans Niemeyer, de 41 a?os, que fue enjuiciado y acusado de fabricar e instalar bombas, aunque los tribunales no acreditaron el delito terrorista. La Justicia lo conden¨® a 5 a?os y 300 d¨ªas despu¨¦s del estallido en un banco el 30 de noviembre de 2011.

Aunque la primera administraci¨®n de Bachelet (2006-2010) y la del presidente Sebasti¨¢n Pi?era (2010-2014) realizaron esfuerzos por controlar los ataques, fueron infructuosos. En agosto de 2010, poco despu¨¦s de que un artefacto explotara cerca de la casa de Pi?era, la Fiscal¨ªa orden¨® la detenci¨®n de personas acusadas de asociaci¨®n il¨ªcita para el terrorismo, que concluy¨® con el enjuiciamiento de 11 personas en el llamado Caso bombas. Los tribunales, sin embargo, absolvieron en junio de 2012 a los seis que hab¨ªan sido inculpados. La Ley Antiterrorista tiene deficiencias y el Ministerio P¨²blico, que no ten¨ªa en sus manos una investigaci¨®n s¨®lida, no pudo hacer nada ante la falta de pruebas. Incluso se habl¨® de un montaje que involucraba al Gobierno de Pi?era.

El refuerzo de las medidas de seguridad, las querellas del Gobierno, la actuaci¨®n de las polic¨ªas y la comisi¨®n de expertos que estudia la reformulaci¨®n de la Ley Antiterrorista no han sido suficientes para impedir el in¨¦dito ataque del lunes. Tampoco bast¨® con la designaci¨®n de un fiscal exclusivo para investigar la trama: el Ministerio del Interior todav¨ªa no concreta la inyecci¨®n de recursos que comprometi¨® para conformar equipos de investigaci¨®n.