Drogas en Am¨¦rica: algo se mueve
Sin bombos ni platillos, algo est¨¢ cambiando: se deja de castigar a los consumidores y el objetivo es el crimen organizado
Probablemente no se apruebe algo muy inesperado, ni particularmente novedoso, en la Cumbre Interamericana de la pr¨®xima semana en Guatemala para tratar el tema de las drogas il¨ªcitas. Algunos diplom¨¢ticos que han ido conociendo los borradores de la Declaraci¨®n de la Asamblea General Extraordinaria de la OEA, que se aprobar¨ªa el viernes 19, transmiten desaz¨®n por la falta de novedades y rectificaciones a las pol¨ªticas vigentes. No conozco esos borradores y de pronto hay algo de raz¨®n en que no contendr¨¢ la Declaraci¨®n una bomba que haga primeras planas.
Pero la verdad es que s¨ª hay novedades y vienen produci¨¦ndose en paralelo y en la realidad. Sin mucho ruido se han venido dando interesantes rectificaciones en los ¨²ltimos cinco a?os, que conferencias como la de la pr¨®xima semana bien podr¨ªa saludar y alentar. Varias pol¨ªticas nacionales han entrado en revisi¨®n en aspectos fundamentales abriendo perspectivas que, gradualmente, podr¨ªan conducir a buen puerto. Apuntar a la prevenci¨®n y enfrentar la sobre criminalizaci¨®n, as¨ª, empiezan a aparecer al fin como prioridades. Tal vez con poco ruido pero con muchas nueces, la suma de varios de esos ajustes en pol¨ªticas nacionales empieza a configurar un entorno regional m¨¢s din¨¢mico y esperanzador al de la d¨¦cada pasada. Hay en esto tres hechos que saltan a la vista.
Primero, la guerra contra las drogas, inventada en la ¨¦poca de Reagan, ha sido sepultada formal y contundentemente. Esta pol¨ªtica militarista no resolvi¨® nada. Despu¨¦s de m¨¢s de 30 a?os su resultado esencial ha sido, m¨¢s bien, m¨¢s producci¨®n y consumo de drogas y, especialmente, much¨ªsima m¨¢s violencia. En una conferencia del Di¨¢logo Interamericano en Washington la semana pasada, Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, record¨® a los presentes que ning¨²n funcionario hab¨ªa vuelto a referirse a la tal guerra contra las drogas durante la gesti¨®n de Obama. Revisi¨®n de enfoque largamente esperada que viene acompa?ada de aumentos presupuestales en pol¨ªticas preventivas de salud.
Las 2,3 millones de personas en prisiones norteamericanas equivalen hoy al 25% de la poblaci¨®n penitenciaria mundial, generando un gasto p¨²blico inmanejable
Segundo, que m¨¢s all¨¢ de la terminolog¨ªa, hay aspectos sustanciales de la pol¨ªtica antidrogas que s¨ª se vienen modificando, lo que apunta a priorizar la salud y la seguridad de las personas. Son especialmente notables los pasos dados en los ¨²ltimos dos a?os en EE UU para reorientar el sistema penal en esta materia. Y no me estoy refiriendo a la legalizaci¨®n de la marihuana aprobada por refer¨¦ndum en Colorado y en el Estado de Washington, sino en iniciativas nacionales generadas por la explosi¨®n del sistema penitenciario producida por la exagerada sobre criminalizaci¨®n. Desde 1980 la poblaci¨®n carcelaria de EE UU ha crecido en m¨¢s de un 800%; las 2,3 millones de personas en prisiones norteamericanas equivalen hoy al 25% de la poblaci¨®n penitenciaria mundial, generando un gasto p¨²blico inmanejable de m¨¢s de 80.000 millones de d¨®lares anuales.
Eso ha llevado al secretario de Justicia ¡ªo fiscal general¡ª Eric Holder a tomar medidas impensables hace diez a?os. Unas son las que cambian los procedimientos de persecuci¨®n a los delitos de drogas no violentos y de peque?a escala de manera que esas personas no vayan a la c¨¢rcel. Los fiscales ya no estar¨¢n obligados a exigir penas de prisi¨®n por delitos menores de drogas cuando no sean parte de bandas criminales. Otras son algunos proyectos de modificaci¨®n legales para la reducci¨®n de penas y la salida anticipada de un grupo de condenados por delitos de drogas que podr¨ªa llegar a beneficiar a un quinto de la poblaci¨®n en las c¨¢rceles federales.
Tercero, los pasos que se vienen dando desde Latinoam¨¦rica para la revisi¨®n de las pol¨ªticas globales antidrogas. Y aqu¨ª no me refiero a la legalizaci¨®n de la marihuana en Uruguay, pues por las propias peculiaridades del pa¨ªs y el modelo adoptado, dif¨ªcilmente ser¨¢ replicable tal cual y en el corto plazo a otros pa¨ªses. Estoy pensando, m¨¢s bien, en el impulso expl¨ªcito a la revisi¨®n de pol¨ªticas que levant¨® Colombia en la Cumbre de las Am¨¦ricas (Cartagena, 2012) y que luego sigui¨® Guatemala. Si bien muchos pa¨ªses latinoamericanos siguen rezagados repitiendo un viejo discurso, el hecho es que hay un viento nuevo que es el que condujo, entre otros resultados, al innovador y sugerente documento que prepar¨® la OEA el a?o pasado sobre los escenarios 2013-2015.
Sin bombos ni platillos, pues, algo viene ocurriendo y en la correcta direcci¨®n: darle una atenci¨®n especial a la prevenci¨®n y al tratamiento en el terreno de la salud, no enfrentando a los consumidores como criminales y concentr¨¢ndose en combatir al crimen organizado. El informe publicado el martes 9 por la Comisi¨®n Global de Pol¨ªticas de Drogas, de la que forma parte Kofi Annan, va en esa direcci¨®n. Que todo esto vaya quedando registrado, y que futuras evoluciones sean alentadas, podr¨ªa ser un buen resultado del siguiente encuentro interamericano sobre este tema en el que han sido tan pr¨®digos los fracasos y escasos los ¨¦xitos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.