El laborismo pelea en la encrucijada
La izquierda se opone al plan de Cameron de dar a Inglaterra tanta autonom¨ªa como a Escocia porque con ello perder¨ªa influencia
Hay frases que ocultan bajo su aparente inocencia una dosis letal de veneno. Y la que pronunci¨® el pasado viernes David Cameron en la puerta del n¨²mero 10 de Downing Street, tras conocer los resultados del refer¨¦ndum escoc¨¦s, merece figurar en las antolog¨ªas del g¨¦nero. ¡°La cuesti¨®n de los votos ingleses para leyes inglesas requiere una respuesta concluyente¡±, declar¨® un primer ministro que ha demostrado una proverbial maestr¨ªa para salir fortalecido despu¨¦s de verse acorralado. Lo que ven¨ªa a decir es que, si los escoceses pueden decidir solos sobre sus asuntos, tambi¨¦n los ingleses deber¨ªan poder hacerlo sobre los suyos. Pero lo que parecer¨ªa una consecuencia l¨®gica de la mayor transferencia de poderes que los tres grandes partidos prometieron a los escoceses si votaban no a la independencia, dinamitaba la unidad que hab¨ªan escenificado en la recta final de la campa?a y colocaba a los laboristas en una encrucijada.
Los laboristas tienen 40 diputados escoceses en Westminster; los tories solo uno. Excluyendo esos 40 votos de cualquier votaci¨®n que no afecte a Escocia, los laboristas lo tendr¨ªan m¨¢s que dif¨ªcil para obtener mayor¨ªas en temas tan importantes como la educaci¨®n, la sanidad o incluso los presupuestos. Solo con Tony Blair el partido tuvo mayor¨ªas suficientes como para que esos votos escoceses no fueran imprescindibles. Y no se ve al Blair de 1997 en el horizonte. Pero hay m¨¢s: con esa jugada, Cameron desviaba hacia los laboristas el peso de la impopularidad en el reci¨¦n abierto proceso de construcci¨®n de la nueva realidad territorial del Estado, uno de los debates pol¨ªticos m¨¢s trascendentes de la historia reciente de Reino Unido. Si los laboristas amagan con dilatar los plazos marcados ¡ªCameron habl¨® de un borrador de la legislaci¨®n listo para enero¡ª, los tories podr¨¢n acusarlos de regatear la promesa que todos hicieron a los escoceses. Y, si cuestionan la conveniencia de que sean solo los ingleses los que voten en asuntos ingleses, podr¨ªan cavar a¨²n m¨¢s profunda su tumba en determinadas regiones de Inglaterra, que son terreno ya tradicionalmente tory.
En esa encrucijada arranc¨® ayer la conferencia anual de los laboristas en Manchester ¡ªla ¨²ltima antes de las elecciones del pr¨®ximo mayo¡ª donde ma?ana Ed Miliband ofrecer¨¢ un discurso que ya se anticipa como decisivo de cara a sus posibilidades de victoria. En una entrevista publicada ayer por The Observer, Miliband criticaba ¡°el partidismo y la estrechez de miras¡± que demostr¨® Cameron en su intervenci¨®n del viernes. ¡°Ni siquiera habl¨® del deseo de cambio econ¨®mico y social que ha sido el centro del estado de ¨¢nimo en este refer¨¦ndum y lo es en todo el pa¨ªs¡±, explicaba el l¨ªder laborista. ¡°Deber¨ªamos mostrarnos incre¨ªblemente cautelosos ante las improvisadas soluciones que crean dos categor¨ªas de diputados¡±, defendi¨® Miliband.
Al contraataque laborista se sum¨® tambi¨¦n Alistair Darling, l¨ªder de la ganadora campa?a del no en el refer¨¦ndum, que advirti¨® al primer ministro de que corre el peligro de romper su promesa solemne al pueblo escoc¨¦s, al vincular la comprometida transferencia de poderes al Parlamento de Holyrood con la limitaci¨®n de los derechos de voto de los diputados escoceses en Westminster. ¡°El acuerdo alcanzado por los tres partidos es innegociable¡±, declar¨® en la BBC. ¡°Cualquiera que lo incumpla pagar¨¢ un alto precio. Hay un tema separado acerca de los futuros cambios constitucionales en Reino Unido. Pero eso no puede llevar a retrasar de ninguna manera lo que se prometi¨®¡±.
Desde el norte de la frontera, el derrotado l¨ªder independentista, Alex Salmond, tambi¨¦n acus¨® a Cameron de ¡°enga?ar¡± a cientos de miles de votantes escoceses al insinuar que incumplir¨¢ la promesa que los tres partidos ¡°cocinaron en medio de la desesperaci¨®n¡± tras la subida del s¨ª en las encuestas previas a la consulta. ¡°El primer ministro quiere vincular los cambios en Escocia a los cambios en Inglaterra¡±, declar¨® a la televisi¨®n p¨²blica. ¡°Lo hace porque tiene dificultades para atraer a sus diputados hacia este compromiso y porque act¨²a bajo la presi¨®n del UKIP¡±.
Downing Street no tard¨® en reaccionar ante las acusaciones y, en declaraciones a The Guardian ayer por la tarde, fuentes del Gobierno aseguraron que ¡°hay un compromiso claro de los l¨ªderes de los tres partidos de transferir m¨¢s poderes a Escocia¡±. ¡°Eso suceder¨¢¡±, insistieron, ¡°no est¨¢ condicionado por ninguna otra cosa¡±. Los dos procesos ¡ªa transferencia de m¨¢s poderes al Parlamento escoc¨¦s y el cambio de estatus de los diputados escoceses en Londres¡ª avanzar¨¢n en paralelo y al mismo tiempo, a?adieron, pero los progresos en uno no depender¨¢n de los del otro.
Parece claro que ha vuelto a la agenda pol¨ªtica un viejo y delicado asunto. Se trata de lo que se conoce como la West Lothians question, porque fue un diputado laborista de esa regi¨®n escocesa el que lo formul¨® en la C¨¢mara de los Comunes en 1977, durante un debate sobre la transferencia de competencias. La cuesti¨®n es: si se entregan al Parlamento escoc¨¦s competencias sobre determinadas materias, ?por qu¨¦ los diputados escoceses en Londres siguen teniendo voto sobre esas materias que ya no conciernen a su territorio sino solo al resto del pa¨ªs? Detr¨¢s de este debate subyace la peculiaridad de un Estado constituido por cuatro naciones, de las que una de ellas, la que congrega al 85% de la poblaci¨®n ¡ªInglaterra¡ª, es la ¨²nica que carece de un Parlamento regional propio y es gobernada directa y ¨²nicamente por el Gobierno central. Un Estado cuya organizaci¨®n territorial no esta dise?ada en una ¨²nica Carta Magna, sino que es producto de uniones y desuniones a lo largo de la historia. Esa organizaci¨®n territorial es la que est¨¢ ahora encima de la mesa. Un tema, espinoso para los laboristas, que est¨¢ llamado a ser uno de los ejes de la carrera hacia los comicios de mayo, que el partido de Ed Miliband arranc¨® ayer en su conferencia de Manchester.
La promesa de mayor sueldo m¨ªnimo
Ed Miliband, l¨ªder del Partido Laborista, prometi¨® elevar el salario m¨ªnimo en Reino Unido si gana las elecciones del pr¨®ximo mes de mayo. El plan, revelado ayer en una entrevista en The Observer, consiste en una subida de 1,5 libras (1,9 euros) por hora de trabajo hasta dejarlo en un total de ocho libras (10,16 euros) para el final de 2020. El anuncio forma parte del plan de Miliband de convertir en eje central de su campa?a la mejora de las condiciones de vida de los m¨¢s desfavorecidos. Uno de cada cinco trabajadores brit¨¢nicos cobra salarios inferiores a 7,71 libras (9,8 euros) la hora, lo que supone dos tercios de la paga media (11,56 libras por hora, 14,7 euros) del pa¨ªs. La medida, que se pondr¨¢ en marcha gradualmente, parte de su convencimiento de que el pa¨ªs ¡°no funciona para millones de trabajadores¡±, asegura en la entrevista realizada la v¨ªspera de la conferencia anual del partido, que arranc¨® ayer en Manchester. La coalici¨®n de gobierno, defendi¨® Miliband, ha fracasado a la hora de evitar una dram¨¢tica ca¨ªda en la calidad de vida. ¡°Este es el aspecto que tiene una econom¨ªa tory¡±, asegur¨®. El l¨ªder laborista defendi¨® que la evidencia internacional demuestra que los pa¨ªses pueden soportar salarios m¨ªnimos de ese nivel sin que eso tenga un impacto negativo en la creaci¨®n de empleo.
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