Sangre en la frontera sur
Estados miembros de la UE muestran que lo principal es detener las llegadas de inmigrantes
Sangra la frontera sur de Europa, y m¨¢s tras este l¨²gubre verano en el Mediterr¨¢neo central. Comisi¨®n y Estados miembros de la UE muestran su preocupaci¨®n, pero el mensaje, impl¨ªcito pero inequ¨ªvoco, a los pa¨ªses europeos mediterr¨¢neos es que lo principal es detener las llegadas. Los pa¨ªses de primera recepci¨®n replican apelando a la solidaridad y al reparto de costes. Encuestas en mano (seg¨²n Eurobar¨®metro, los que expresan inquietud por la inmigraci¨®n pasaron del 8% al 21% en apenas 18 meses), y tras el ¨¦xito de partidos antiinmigraci¨®n en las elecciones europeas y en algunas nacionales (locales francesas, generales suecas), los Gobiernos dan muestras de nerviosismo. Se intuye un giro m¨¢s a la derecha en el control de fronteras, cuyas consecuencias humanitarias pueden ser nefastas.
El nuevo puesto de Comisario de Migraci¨®n y Asuntos de Interior denota la renovada importancia del tema; la elecci¨®n para el cargo de Dimitris Avramopoulos, ministro de Defensa griego, es sintom¨¢tica. Avramopoulos es un fiel aliado pol¨ªtico del rimer ministro Samaras, cuyo Gobierno ha aplicado una pol¨ªtica encaminada a demostrar a los socios europeos que intenta controlar las entradas, a los ciudadanos griegos que la inmigraci¨®n simplemente no tiene lugar en Grecia, y a inmigrantes, reales y potenciales, que entrar en la UE por Grecia puede ser un infierno de detenci¨®n indefinida, abusos policiales e impunes agresiones racistas. Grecia no est¨¢ sola en sus abusos, ni en sus pr¨¢cticas ilegales de retornos en caliente en frontera: Espa?a y Bulgaria est¨¢n en el punto de mira de las organizaciones de derechos humanos por ellas.
Se intuye un giro m¨¢s a la derecha en el control de la inmigraci¨®n con consecuencias nefastas
Italia, conmocionada tras la muerte de 360 personas cerca de Lampedusa en octubre de 2013, dej¨® de devolver barcos de inmigrantes al caos libio y de ignorar la suerte de cientos de n¨¢ufragos. Actualmente lleva a cabo la operaci¨®n Mare Nostrum, con el rescate como prioridad y m¨¢s de 100.000 personas salvadas en alta mar, y carga con sus costes. Los socios europeos han aprovechado las demandas italianas de solidaridad para pedir la sustituci¨®n de Mare Nostrum por una nueva operaci¨®n de la agencia europea Frontex, limitada a evitar entradas. Una carta enviada este mismo mes por los ministros de exteriores de Espa?a, Polonia, Alemania, Francia y Gran Breta?a a la Comisi¨®n omite cualquier referencia a los rescates y pone el acento en el control, y en redoblar la presi¨®n sobre los pa¨ªses de tr¨¢nsito (como Marruecos, T¨²nez y Libia) y de origen.
La frontera sur de Europa es un espacio de impunidad y suspensi¨®n del Estado de derecho. Agobiados por su incapacidad de crear una pol¨ªtica de inmigraci¨®n que resuelva la ecuaci¨®n entre necesidad econ¨®mica, derechos individuales y apoyo popular, y de gestionar un sistema de asilo que respete los compromisos europeos, los gobiernos exhiben all¨ª su dureza. El precio de su pol¨ªtica, cruel e ineficaz, se cuenta en miles de vidas humanas.
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