¡°Ya no tengo ropa para los ni?os¡±

¡°Daesh [como llaman al Estado Isl¨¢mico en Siria] destroz¨® todo en nuestro poblado. Mi hermano se qued¨® all¨ª luchando con las YPG [Unidades de Protecci¨®n Popular, la milicia kurda local] y Daesh lo captur¨® y lo decapit¨®¡±, cuenta seriamente Asia Mahmmod, una mujer kurda siria. ¡°Despu¨¦s, alguien de Daesh llam¨® a mi sobrino por tel¨¦fono y le dijo: ¡®Hemos matado a tu padre y vamos a matarte a ti¡±.

Mahmmod, de 37 a?os, est¨¢ sentada en una alfombra extendida en el c¨¦sped del jard¨ªn del centro social de Suruc, un pueblo turco situado a 10 kil¨®metros de la frontera con Siria. Justo al otro lado est¨¢ la ciudad siria de Ayn el Arab (Kobane, en kurdo), que los yihadistas del Estado Isl¨¢mico (EI) llevan varios d¨ªas intentando tomar.

Junto a Mahmmod se congregan sus cinco hijos, de entre siete y tres a?os, todos llamativamente rubios. Y sucios. ¡°Llevamos varios d¨ªas sin ducharnos, no tengo m¨¢s ropa para los ni?os, por las noches hace fr¨ªo¡­¡±, empieza a relatar su madre. La familia huy¨® hace nueve d¨ªas de su poblado, Kortek, a unos 50 kil¨®metros de Kobane y ahora ocupado por el EI.

Alrededor de Mahmmod todo son mujeres y ni?os. S¨®lo hay unos pocos hombres. Muchos de ellos se han quedado en los pueblos del Kurdist¨¢n sirio para vigilar sus casas y, en muchos casos, unirse a las fuerzas del YPG, que por el momento han conseguido impedir que los yihadistas, mejor armados, lleguen a Kobane, situada en la misma frontera con Turqu¨ªa. Pero el avance del EI ya ha provocado que m¨¢s de 140.000 kurdos sirios hayan cruzado ya al lado turco de la frontera en los ¨²ltimos d¨ªas, en el mayor movimiento de este tipo en tan poco tiempo desde que empez¨® la guerra en Siria, en 2011, seg¨²n la ONU, que alerta de que se podr¨ªa alcanzar un ¨¦xodo de hasta 400.000 refugiados. El Gobierno turco teme no poder controlar la situaci¨®n. Solo en Suruc hay entre 40.000 y 60.000 desplazados sirios, lo que ha doblado la poblaci¨®n del pueblo en apenas unos d¨ªas, seg¨²n los voluntarios que administran el centro social, donde les ofrecen comida, medicinas y alfombras y mantas, todo pagado o donado por la gente de la localidad. Las calles y otros lugares de Suruc est¨¢n literalmente tomados por los refugiados. En una plaza del centro del pueblo, bajo una estatua de Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, fundador de la Rep¨²blica Turca, unos pocos centenares de sirios ocupan todos los espacios disponibles. Es de noche y los vecinos se han organizado para repartir comida en bandejas de pl¨¢stico a los refugiados. Tras comer un poco, un grupo de mujeres y ni?os dejan su bandeja en el suelo, pero un polic¨ªa las rega?a y les se?ala un cami¨®n de la basura aparcado en la plaza.

¡°Los enfrentamientos llegaron a las afueras de nuestro poblado, ten¨ªamos miedo y nos fuimos, ten¨ªamos miedo de que Daesh nos matara¡±, cuenta Alawa Alush, de 55 a?os, la mayor de este grupo de mujeres, tambi¨¦n rodeado de ni?os. Alush dice que ella, otras tres mujeres, siete ni?os y un hombre de su familia huyeron y cruzaron a Turqu¨ªa el pasado viernes, el d¨ªa que comenz¨® la actual oleada de refugiados.

En Suruc, adem¨¢s de desplazados sirios hay tambi¨¦n una enorme presencia policial en las calles, incluidos veh¨ªculos blindados de la Gendarmer¨¢, un cuerpo policial paramilitar, y para entrar en el pueblo hay que pasar un control de seguridad.

Desde el viernes, en Suruc y en la frontera ha habido protestas y enfrentamientos entre la polic¨ªa y la poblaci¨®n local, que acusa a las autoridades de favorecer al EI frente a los kurdos sirios. Adem¨¢s, miembros de la Gendarmer¨ªa controlan la frontera para intentar evitar que j¨®venes kurdos turcos crucen al lado sirio para unirse a la lucha junto a las brigadas del YPG, respondiendo as¨ª a la llamada de socorro de la milicia kurda del lado sirio.

Turqu¨ªa teme que los combatientes que cruzan ¡ªya hay unos 4.000, seg¨²n cuenta los vecinos de Suruc¡ª acaben formando parte de la milicia del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK, en kurdo, y cercana a las YPG), que se alz¨® en armas contra el Estado turco en 1984. Actualmente, ambas partes est¨¢n negociando en un fr¨¢gil proceso de paz para poner fin a un conflicto que ha causado m¨¢s de 40.000 muertes. Pero la desconfianza es mutua ¡ªel PKK est¨¢ considerado como una organizaci¨®n terrorista por Turqu¨ªa, la Uni¨®n Europea y Estados Unidos¡ª, y Ankara se opone a que el PKK, que ahora mismo est¨¢ tambi¨¦n luchando contra los yihadistas en el norte de Irak, reciba apoyo o armamento como el que est¨¢n recibiendo los kurdos iraqu¨ªes.

Sin embargo, y aunque hasta ahora Turqu¨ªa tambi¨¦n se opon¨ªa a participar militarmente en la coalici¨®n internacional contra el EI, tras la liberaci¨®n de 46 rehenes turcos el pasado s¨¢bado la actitud de Ankara podr¨ªa cambiar. ¡°[Nuestra intervenci¨®n] incluir¨¢ todo tipo de apoyo, incluido el militar y el pol¨ªtico¡±, anunci¨® ayer el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Nueva York, donde se va a celebrar la Asamblea General de las Naciones Unidas.