La Fiscal¨ªa acusa a tres soldados de homicidio por la matanza de Tlatlaya

El procurador general de M¨¦xico, Jes¨²s Murillo Karam, ha anunciado que tres militares que participaron en la matanza de Tlatlaya, en la que murieron a balazos 22 supuestos narcos, han sido acusados formalmente de homicidio. Estos soldados, tras un primer enfrentamiento, entraron en la bodega que serv¨ªa de guarida a los sitiados y, seg¨²n el procurador, dispararon ¡°sin justificaci¨®n alguna¡±. Esta acusaci¨®n llega en el mismo d¨ªa en que el juez militar que investiga el caso ha dictado auto de prisi¨®n contra un teniente y siete soldados por desobediencia e infracci¨®n del deber.

Con esta vuelta de tuerca, las autoridades mexicanas tratan de cerrar la espita de desconfianza abierta en los organismos de derechos humanos despu¨¦s de que durante casi tres meses el Ej¨¦rcito mantuviera una versi¨®n inveros¨ªmil sobre las muertes. Este relato sosten¨ªa que un convoy militar que inspeccionaba el terreno se hab¨ªa topado de madrugada y por casualidad con una bodega custodiada por ¡°personal armado¡± y que este, al ver a los soldados, empez¨® a disparar. El resultado fueron 22 ¡°supuestos agresores¡± muertos y un militar herido sin gravedad.

Los militares no facilitaron las identidades de los fallecidos, ni tampoco aclararon c¨®mo fue posible que muriesen todos los supuestos narcos, sin que quedase ninguno herido, ni c¨®mo se logr¨® que no hubiese ninguna baja entre los soldados.

La puntilla a esta versi¨®n la dio una superviviente de la matanza, que el Ej¨¦rcito crey¨® que hab¨ªa sido secuestrada. La mujer, madre de una fallecida en Tlatlaya, cont¨® a la revista Esquire que los soldados hab¨ªan matado a sangre fr¨ªa y uno a uno a los supuestos narcos despu¨¦s de que estos se hubiesen rendido. El testimonio dispar¨® las cr¨ªticas hacia el hermetismo castrense y llev¨® incluso a Estados Unidos a pedir p¨²blicamente una investigaci¨®n fiable y en manos de autoridades civiles. Convertido en un problema pol¨ªtico de primer orden, el presidente de M¨¦xico, Enrique Pe?a Nieto, orden¨® a la Procuradur¨ªa General que investigase los hechos, abriendo as¨ª el camino a una purga sin precedentes en las filas castrenses y que, poco a poco, va despejando las brumas sobre el caso. Por el camino quedan, con todo, organismos como la Procuradur¨ªa del Estado de M¨¦xico que aval¨® una y otra vez la actuaci¨®n de los militares e incluso certific¨® que ninguna muerte se hab¨ªa producido por disparos a corta distancia.