Las elecciones brasile?as, una opci¨®n para relanzar la relaci¨®n con EE UU
Los expertos prev¨¦n que el entendimiento mejorar¨¢ con cualquier presidente Silva tiene m¨¢s margen de maniobra, seg¨²n los especialistas
La historia reciente de las relaciones entre Estados Unidos y Brasil es una de avances y retrocesos, de grandes expectativas que no llegan a cristalizar del todo. El mayor paso atr¨¢s se vivi¨® en septiembre de 2013 tras revelarse que EE UU hab¨ªa espiado a la presidenta brasile?a, Dilma Rousseff. Un a?o despu¨¦s, en la antesala de las elecciones presidenciales del domingo, la sensaci¨®n en Washington es que las relaciones solo pueden mejorar. La inc¨®gnita es cu¨¢nto variar¨¢ seg¨²n qui¨¦n gane los comicios.
"En un segundo mandato de Rousseff la relaci¨®n mejorar¨ªa. [Dado el retroceso econ¨®mico] Tendr¨ªa que buscar nuevas oportunidades para que Brasil avance y eso involucrar¨ªa mirar hacia EE UU", dice por tel¨¦fono Jason Marczak, analista del Atlantic Council, un laboratorio de ideas en Washington. En el caso de un Gobierno de Marina Silva, que se sit¨²a por detr¨¢s de la presidenta y candidata del Partido de los Trabajadores en las encuestas, comenzar¨ªa una "p¨¢gina en blanco". Pero Marczak subraya que la candidata del Partido Socialista ha avanzado que apuesta por una relaci¨®n m¨¢s cercana a EEUU y que, en un "signo real" de esa voluntad, envi¨® la semana pasada a su jefe de campa?a a dar un discurso en Washington en el que abog¨® por un tratado comercial bilateral.
En un informe sobre la visi¨®n exterior de Brasil, los analistas Carl Meacham y Hussein Kalout, del centro CSIS y de la Universidad de Harvard, consideran que A¨¦cio Neves, el candidato del Partido Social Democr¨¢tico y tercero en las encuestas, ve en EEUU un "socio indispensable" y con el que no hay conflicto de intereses.
A la espera de concreciones, palabras y gestos han dado algunas pistas. Uno de los te¨®ricamente mejores ejemplos de la voluntad de los gobiernos de Barack Obama y de Rousseff de superar las tensiones se evidenci¨® el mi¨¦rcoles cuando ambos pa¨ªses anunciaron un acuerdo para resolver sus doce a?os de disputa por los subsidios estadounidenses a la producci¨®n de algod¨®n.
El ministro de Asuntos Exteriores brasile?o, Luiz Fernando Figueiredo, viaj¨® a Washington para la firma del acuerdo. En lo que se presum¨ªa como una ocasi¨®n para ensalzar la mejora del entendimiento, Figueiredo se limit¨® a decir que el acuerdo es un "paso a favor del perfeccionamiento de las relaciones comerciales" entre las dos mayores democracias y econom¨ªas de Am¨¦rica. Y traz¨® una diferencia con las relaciones pol¨ªticas al remarcar que el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en sus siglas en ingl¨¦s) fue un "hecho grav¨ªsimo" que "contin¨²a siendo un problema".
Un ejemplo de la buena voluntad de los gobiernos es el acuerdo anunciado para resolver sus 12 a?os de disputa por los subsidios estadounidenses a la producci¨®n de algod¨®n
Tras destaparse el escrutinio, a partir de las filtraciones del ext¨¦cnico de la NSA Edward Snowden, Rousseff cancel¨® la distintiva visita de estado que ten¨ªa previsto hacer a Washington en octubre de 2013. El caso dilapid¨® la confianza de su gobierno con el de Obama, que desde entonces le ha dado explicaciones sobre los planes de reforma de la NSA, pero no ha llegado la reclamada disculpa oficial. En los ¨²ltimos meses las relaciones han ido recuper¨¢ndose incipientemente. El vicepresidente de EE UU, Joe Biden, se reuni¨® con Rousseff en junio en Brasilia y se han producido avances en grupos t¨¦cnicos bilaterales.
Seg¨²n Marczak, es "muy probable" que, en caso de ser reelegida, Rousseff reanude el pr¨®ximo a?o la visita a Washington. La duda es si entonces la confianza habr¨¢ vuelto del todo. Meacham y Kalout creen que depender¨¢ en gran parte de si EE UU mueve ficha para enterrar definitivamente la pol¨¦mica de la NSA y manifiesta su compromiso de alcanzar una relaci¨®n estrat¨¦gica con Brasil, acorde a su relevancia como s¨¦ptima econom¨ªa mundial y actor emergente.
Sin embargo, advierten de que, m¨¢s all¨¢ de la actitud de Washington, las presiones dom¨¦sticas de Rousseff podr¨ªan limitar su grado de maniobra para reimpulsar la relaci¨®n. Por ende, creen que Silva ser¨ªa "m¨¢s capaz" de ello, pero avisan que tambi¨¦n buscar¨ªa gestos de Washington. Y a su vez sugieren que Neves ser¨ªa el que tendr¨ªa "menos bloqueos" de la base de su partido para acercarse a EE UU. Sea quien sea presidente, de lo que no hay duda es del potencial por explotar en la relaci¨®n bilateral, sobre todo en energ¨ªa, tecnolog¨ªa y medio ambiente. El gran reto es evitar nuevos retrocesos.
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