¡°?Fuera de Nicaragua, chinos!¡±
El proyecto del canal desarrollado por empresarios de Hong Kong choca con el rechazo a las expropiaciones Las obras dar¨¢n empleo sobre todo a extranjeros
El llamado Gran Canal Interoce¨¢nico, que el Gobierno del presidente Daniel Ortega planea construir en Nicaragua con el apoyo de Wang Jing, un empresario de Hong Kong, ha desatado una serie de protestas en las zonas que se ver¨ªan afectadas por el proyecto. Miles de nicarag¨¹enses temen perder las propiedades que han habitado durante d¨¦cadas. "?Fuera de Nicaragua, chinos!", gritan los que han salido a la calle para quejarse.
Lo que m¨¢s ha indignado a la poblaci¨®n es el censo que los chinos han realizado durante semanas en decenas de comunidades del pa¨ªs. Grupos de chinos visitaban las casas de los campesinos. Se presentaban escoltados por el Ej¨¦rcito, sin dar explicaciones de su trabajo. ¡°Llegaron a mi casa y me dijeron ¡®deme su nombre, su c¨¦dula y firme aqu¨ª¡¯. Yo no firm¨¦ nada porque mi firma vale¡±, cuenta Jos¨¦ Jes¨²s Vanegas L¨®pez, habitante de la comunidad de Obrajuelo, a las orillas del Lago Cocibolca. ¡°?Si es para confiscarme, qu¨¦ propuesta me dan? Nada. Despu¨¦s pas¨® un militar y tom¨® mi nombre¡±, se quejaba. Las autoridades han dicho que dar¨¢n a conocer los resultados del censo a mediados de octubre. Tel¨¦maco Talavera, vocero de la estatal Comisi¨®n Nacional del Gran Canal Interoce¨¢nico, dijo que esas estad¨ªsticas servir¨¢n para discutir las indemnizaciones que se deber¨¢n pagar a los afectados por el proyecto.
¡°No vendemos nuestras tierras aunque las paguen a precio de oro¡±, dec¨ªa Rafael Berm¨²dez, simpatizante sandinista, en una de las manifestaciones que se han organizado estos d¨ªas en las zonas atravesadas por el proyecto. ?l est¨¢ en San Jorge, un puerto localizado a orillas del Lago Cocibolca, el enorme reservorio de agua dulce del pa¨ªs centroamericano, por donde pasar¨ªa el megaproyecto y que, seg¨²n la Academia de Ciencias de Nicaragua, sufrir¨ªa da?os irreparables de construirse el canal.
El descontento ha ido en aumento. El Gobierno inform¨® la semana pasada de que la concesionaria HKND (Hong Kong Nicaragua Development Investment) les solicit¨® informaci¨®n sobre la capacidad productiva del pa¨ªs para alimentar a los 50.000 trabajadores que desarrollar¨ªan la obra. Casi todos son extranjeros, lo que ha sido ya calificado por la prensa nicarag¨¹ense como una ¡°invasi¨®n china¡±. Michael Healy, presidente de la Uni¨®n de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), dijo que en una reuni¨®n sostenida entre representantes de HKND, empresarios y funcionarios de Gobierno, se habl¨® de una necesidad ¡°de 37,5 toneladas diarias de arroz, 25 toneladas diarias de vegetales, y unas 12,5 toneladas diarias de carne de res, cerdo y pollo, si se llega a construir este canal¡±. Esa es una cantidad de alimentos ingente para un pa¨ªs en el que varias regiones dependen de la ayuda alimentaria del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la cooperaci¨®n internacional para paliar la crisis de comida desatada este a?o por la dura sequ¨ªa que golpe¨® a Centroam¨¦rica.
¡°No vendemos nuestras tierras aunque las paguen a precio de oro¡±, dec¨ªa Rafael Berm¨²dez, simpatizante sandinista,
Nicaragua entreg¨® la concesi¨®n para la construcci¨®n y gesti¨®n del Gran Canal a la empresa HKND, fundada con Wang Jing como presidente. El canal proyectado por HKND competir¨ªa con el de Panam¨¢, en plena expansi¨®n. Tendr¨ªa una extensi¨®n de 278 kil¨®metros, medir¨¢ unos 250 metros de ancho, con una profundidad de entre 27 y 30 metros, y contar¨¢ con seis esclusas y un inmenso lago artificial. Se trata de un proyecto de proporciones gigantescas que ha sido valorado por el Gobierno en 50.000 millones de d¨®lares.
Hasta ahora se desconoce qui¨¦nes ser¨¢n los inversionistas internacionales dispuestos a comprometer su capital en el que ha sido desde siempre el gran sue?o nicarag¨¹ense para salir de la miseria. En este pa¨ªs la construcci¨®n del canal interoce¨¢nico ha estado presente a lo largo de su historia, con 72 intentos de edificar uno, todos recordados como fracasos rotundos.
Unas protestas in¨¦ditas
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