¡°El ¨¦bola es un monstruo ¨²nico¡±
Richard Preston, autor de ¡®Zona Caliente¡¯, conf¨ªa en la capacidad de los cient¨ªficos para combatir a un virus que muta cada vez m¨¢s deprisa

Richard Preston no es un autor de terror, pero sus libros aterrorizan. Hace 20 a?os escribi¨® Zona caliente (Hot Zone), una descripci¨®n angustiosa, cient¨ªficamente rigurosa y basada en datos y personas reales, de la aparici¨®n del ¨¦bola en ?frica y Estados Unidos y de los primeros combates contra la enfermedad. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, el virus ha vuelto convertido en una emergencia global. Preston, un tipo amable y tranquilo de 60 a?os al que le encanta entonar poemas de Pablo Neruda en espa?ol, se ha reencontrado con un viejo amigo.
Zona caliente, del que se vendieron m¨¢s de tres millones de ejemplares, vuelve a las librer¨ªas actualizado. En Estados Unidos est¨¢ ya entre los m¨¢s vendidos y en Espa?a se reedita esta semana (Salamandra). Pese a haber hecho una descripci¨®n sobrecogedora del virus, Preston conf¨ªa en la capacidad del hombre para ganar el combate. El escritor atendi¨® a EL PA?S en Nueva York reci¨¦n llegado de Maine, donde acababa de enterrar a su padre.
Pregunta. 25 a?os despu¨¦s de Zona caliente, vuelve a encontrarse con el ¨¦bola. ?C¨®mo se siente?
Respuesta. Es extra?o y aterrador. Me resulta sorprendente ver al ¨¦bola en Estados Unidos y Espa?a tal y como los expertos tem¨ªan hace 25 a?os.
P. ?Es el mismo virus que hace 25 a?os?
R. Pr¨¢cticamente el mismo, pero este muta a mucha velocidad. A medida que infecta a m¨¢s gente, el virus aprende del cuerpo humano. Es muy probable que cada persona infectada transmita un virus sensiblemente distinto a otra persona. Tiene que ver con el c¨®digo gen¨¦tico. Cuando el virus hace copias de s¨ª mismo, es como un monje medieval que copia manuscritos y comete errores con las letras. Esos errores son las mutaciones, que hacen que el virus comience a ser invisible para los an¨¢lisis y los medicamentos.
P. Suena aterrador.
R. S¨ª, es m¨¢s bien aterrador, pero en la medida en que los cient¨ªficos sean capaces de leer el c¨®digo gen¨¦tico y ver los cambios, pueden encontrar nuevos m¨¦todos para combatirlo. Me siento confiado en que vamos a desarrollar medicamentos que tendr¨¢n ¨¦xito, e incluso una vacuna. La pregunta es cu¨¢ndo.
P. Yo vivo en Nueva York. ?Debo temer un contagio de ¨¦bola?
R. No. Yo tambi¨¦n estoy ahora en Nueva York y le garantizo que me siento muy seguro en el Metro o en un avi¨®n. Me preocupa m¨¢s contagiarme de la gripe en el suburbano. Nadie en Espa?a, ni en Europa ni en Estados Unidos debe preocuparse de contagiarse con el ¨¦bola.
P. Tranquiliza o¨ªrle.
R. Lo que ha sucedido es que cuando el ¨¦bola lleg¨® por primera vez a Espa?a y a Estados Unidos, los hospitales y los m¨¦dicos no estaban preparados. Cometieron errores que ning¨²n trabajador sanitario bien preparado de ?frica habr¨ªa cometido. En un primer momento, los m¨¦dicos y enfermeras africanos hicieron un trabajo mucho m¨¢s profesional que los m¨¢s caros y mejores hospitales del mundo desarrollado. Pero el mundo desarrollado aprende r¨¢pido. La raz¨®n es sencilla: si eres un m¨¦dico o una enfermera que atiende a un enfermo de ¨¦bola, puedes morir. Esto te hace estar muy concentrado. Al principio no, pero ahora las autoridades m¨¦dicas s¨ª est¨¢n preparadas.
P. ?Es m¨¢s peligroso el p¨¢nico que el ¨¦bola?
R. No hay motivos para el p¨¢nico. No conozco ninguna situaci¨®n en la que el p¨¢nico aporte algo bueno. Cuando tienes un problema, una crisis financiera, un conflicto militar o una epidemia, la gente que entra en p¨¢nico pierde.
P. En Estados Unidos mueren cada a?o miles de personas por armas de fuego, errores m¨¦dicos, accidentes de tr¨¢fico¡ ?Por qu¨¦ este miedo al ¨¦bola? ?Es porque es una amenaza exterior?
R. Es un punto de vista muy interesante. Creo que la raz¨®n del miedo est¨¢ en lo m¨¢s profundo de la naturaleza humana. ?l ¨¦bola es un monstruo ¨²nico. Es invisible. Cuando miras a una persona no sabes si lo tiene dentro. Es una especie de vampiro biol¨®gico. Se mueve en secreto y se extiende con la sangre.
P. En Zona caliente usted sugiere que el ¨¦bola o el sida son una respuesta de la naturaleza frente a los seres humanos. ?Sigue pensando lo mismo?
R. S¨ª. En la naturaleza, cuando una poblaci¨®n crece mucho y los individuos viven muy juntos, ofrecen una magn¨ªfica oportunidad para que los virus se extiendan r¨¢pidamente. Se sospecha que el ¨¦bola es un virus de los murci¨¦lagos. Los murci¨¦lagos viven en grandes grupos, api?ados en cuevas. El ¨¦bola no se transmite a trav¨¦s del aire. Le gusta la humedad y se transmite por contacto directo. Cuando los seres humanos viven muy cercanos unos de otros, en ciudades muy pobladas, las condiciones ecol¨®gicas son similares. No comparo hombres con murci¨¦lagos, lo que estoy diciendo es que el ¨¦bola act¨²a de forma oportunista, siempre buscando un hu¨¦sped, y reconoce el cuerpo humano como un lugar bueno para vivir.
P. ?Se podr¨ªa comparar el ¨¦bola con el sida? ?Podr¨ªa provocar tantas v¨ªctimas?
R. Si no se hace nada para detener al ¨¦bola, puede matar millones. Creo que la cifra de muertos del sida es de 39 millones. ?Puede el ¨¦bola hacer eso? El ¨¦bola opera m¨¢s r¨¢pido que el sida. El HIV puede matar a una persona en a?os; el ¨¦bola lo hace en d¨ªas.
P. Imagino que habr¨¢ le¨ªdo u o¨ªdo teor¨ªas conspirativas sobre el ¨¦bola, como que fue creado en un laboratorio.
R. Es rid¨ªculo. Los virus como el ¨¦bola han infectado mam¨ªferos durante los ¨²ltimos 30 millones de a?os. Son muy antiguos y muy inteligentes desde un punto de vista biol¨®gico. Se mueven entre especies. Son muy h¨¢biles encontrando nuevos hu¨¦spedes. Son un suceso natural. Es la acci¨®n de la madre naturaleza. Nosotros somos parte de ella, y nos vemos afectados por sus fuerzas. El ¨¦bola es una fuerza de la naturaleza. De alguna manera, es demasiado listo para haber sido creado en un laboratorio. No hay evidencias de que tengamos la tecnolog¨ªa o la capacidad para inventar un virus como este.
P. ?Y por qu¨¦ ?frica?
R. No es s¨®lo ?frica. Muchos de los nuevos virus y de los m¨¢s amenazadores no proceden de ?frica. Por ejemplo, hay uno muy parecido al ¨¦bola que act¨²a en Bolivia. Se llama fiebre hemorr¨¢gica boliviana. Es igual de amenazador. Tambi¨¦n hubo un brote muy peligroso en Australia hace unos a?os. Apareci¨® en los caballos de carreras y pas¨® a los humanos. Cuando los cient¨ªficos analizaron este virus, vieron que estaba relacionado con el sarampi¨®n. Lo terror¨ªfico es que el sarampi¨®n se propaga por el aire, lo que es muy preocupante en virus como el ¨¦bola.
P. Libros como el suyo, ?no pueden crear m¨¢s miedo en la gente?
R. La historia nos dice que los miedos evocados en Zona caliente son reales. Dejar¨¦ que la historia me defienda. Le contar¨¦ una historia divertida. Un d¨ªa estaba firmando ejemplares y se me acerc¨® un hombre. Me dijo: ¡®Nunca leer¨¦ su libro¡¯. Le pregunt¨¦ por qu¨¦. Me explic¨® que lo hab¨ªa comprado en un aeropuerto pensando que era pornograf¨ªa. Cuando se sent¨® en el avi¨®n y comenz¨® a leer los primeros cap¨ªtulos, el hombre que ten¨ªa al lado comenz¨® a vomitar en una bolsa. As¨ª que cerr¨® el libro y jur¨® no volverlo a leer. Eso s¨ª, quer¨ªa mi firma.
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