La victoria del Estado
La pol¨ªtica asistencialista se ha impuesto al mercado en el voto de los brasile?os
Continuidad en tres de las ceremonias electorales del domingo, Brasil, Uruguay y Ucrania. Pero en la Rep¨²blica Oriental todo queda para una segunda vuelta entre izquierda y derecha el 30 de noviembre, y en Ucrania no habr¨¢ verdadera presidencia hasta que se resuelva el intento de secesi¨®n prorrusa del pa¨ªs. Es en Brasil donde hay vencedores y vencidos y no son siempre los que figuran nominalmente en el c¨®mputo electoral.
Lula ha salvado los muebles con la victoria ajustad¨ªsima de su pupila Dilma Rousseff; y esta, aunque ha obtenido un segundo mandato gracias al apoyo de su patrocinador, tendr¨¢ que gobernar con una oposici¨®n instalada en gran parte de las gobernaciones regionales y un pa¨ªs polarizado, en el que cerca de la mitad del personal ha votado m¨¢s en contra que a favor; que ha osado desprenderse del manto protector que representaba la omnipresencia de Luiz In¨¤cio Lula da Silva. Pero s¨ª ha habido una ganadora en la sombra. Si el candidato del centroderecha, A¨¦cio Neves, ha podido llegar al umbral del triunfo, se debe a que ha metido mano en el saco de votos que le ofrec¨ªa una tercera en discordia, la evang¨¦lica Marina Silva, a cambio de transformar su programa en un sentido ambientalista y socializante en la l¨ªnea que ella defend¨ªa. La protestante conversa del catolicismo est¨¢ hoy s¨®lidamente establecida como tercera v¨ªa entre la oposici¨®n izquierda-derecha. Entre Lula ¡ªdos mandatos¡ª y Rousseff ¡ªotros tantos¡ª la izquierda cumplir¨¢ 16 a?os en el poder en 2018.
Pero a¨²n queda un aspirante que tampoco aparec¨ªa en la casilla electoral, Fernando Henrique Cardoso, que respaldaba la candidatura de Neves y casi ha obtenido un empate fuera de casa.
El mayor vencedor ha sido, sin embargo, el Estado. Trasladadas las operaciones del c¨®mputo a la antropolog¨ªa del sufragio, el famoso experimento brasile?o de transubstanciaci¨®n de clases populares en clases medias es el que ha dado y quitado rey. Mientras que una mayor¨ªa de los que se consideran ya clases medias procedentes de los estratos menos favorecidos, han pensado que Neves ¡ªdesarrollismo, entusiasmo burs¨¢til, capitalismo en expansi¨®n¡ª era la mejor garant¨ªa de una mejora ininterrumpida de su nivel de vida, los que aspiran, desde una m¨¢xima modestia, a acceder a esa condici¨®n, as¨ª como quienes flotan en situaci¨®n de vulnerabilidad entre uno y otro estrato son los que han decantado la suerte en favor de la presidenta. Ha sido el Estado con su pol¨ªtica asistencialista quien se ha impuesto al mercado con su teorema de la ley de la oferta y la demanda. Los que m¨¢s se han beneficiado, diferentemente, de la movilidad hacia arriba basada en el subsidio, han abandonado a sus antiguos l¨ªderes en procura de las eventuales recompensas del sistema, y ese es hoy el gran factor de polarizaci¨®n de la sociedad brasile?a.
Dilma Rousseff tiene, sin embargo, una oportunidad para ella sola, ya sin la sombra del ¨¦xito de Lula planeando a sus espaldas, ni la posibilidad de empalmar un tercer periodo consecutivo, que la Constituci¨®n proh¨ªbe. A ver si nos enteramos as¨ª de qui¨¦n es esta exguerrillera de 66 a?os.
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