¡°No somos ni un pa¨ªs ni un Gobierno populista¡±
La presidenta chilena, que este mi¨¦rcoles comienza una visita de Estado a Espa?a, ha planteado en los seis primeros meses de su segundo mandato profundas reformas como la fiscal o la educativa, pero a¨²n tiene pendiente una espinosa ley del aborto
La primera pregunta a Michelle Bachelet parece obligada en un pa¨ªs en el que todos los mandatarios desde el final de la dictadura del general Augusto Pinochet, salvo el presidente Aylwin, seguramente debido a su avanzada edad, trataron o tratan de volver a gobernar: el presidente Frei, el presidente Lagos, ella misma ¡ªla primera en conseguirlo¡ª y ahora el presidente Pi?era, quien pese a que dej¨® el cargo en marzo pasado, ya anda pensando en la reelecci¨®n, seg¨²n convicci¨®n extendida en Santiago de Chile. ?Por qu¨¦ ha vuelto?, le dije para comenzar la conversaci¨®n a la presidenta, que me recibi¨® la semana pasada en el Sal¨®n Azul del Palacio de la Moneda, ante la impresionante pintura Espejo de Cronos (3,9 metros de altura por 4,87 metros de longitud) del artista chileno Roberto Matta, mientras desde el Patio de los Ca?ones se colaba, muy apropiadamente quiz¨¢ para reflexionar sobre las seducciones y los l¨ªmites del poder, la m¨²sica militar que preparan los soldados para la ceremonia del cambio de guardia. ?Por qu¨¦ este segundo mandato en alguien que siempre declar¨® que el poder nunca le pareci¨® sexy en s¨ª mismo y que nunca sinti¨® adicci¨®n alguna por su ejercicio?
¡ªYo no tengo ninguna adicci¨®n por el poder. Y sobre todo cuando, como presidente de la Rep¨²blica, conoce uno cuando tiene momentos gloriosos y momentos muy duros y dif¨ªciles. Y por tanto, la raz¨®n para volver no es por una adicci¨®n a este cargo, para nada, sino por la convicci¨®n de que en Chile hab¨ªa desaf¨ªos pendientes. Y un grupo importante de personas pensaba que yo ten¨ªa que ser quien condujera a ese nuevo proceso. Fue una decisi¨®n que me cost¨® mucho tomar.
¡ª?Qu¨¦ errores de su primer mandato no cometer¨¢ de nuevo?
La raz¨®n para volver no es por una adicci¨®n a este cargo, para nada, sino por la convicci¨®n de que en Chile hab¨ªa desaf¨ªos pendientes.
¡ªLos errores m¨¢s importantes que yo he cometido, o el Gobierno, es cuando no nos pusimos en el lugar exacto de lo que le pasaba a la gente. Eran buenas ideas, pero finalmente las consecuencias no fueron las mejores. Ahora hay una nueva etapa, se mantiene todo lo bueno de antes y se cambia lo que no ha funcionado o las nuevas tareas que hay que asumir. A veces uno tiene que hacer pol¨ªticas que cambian culturas, que van modificando situaciones. No se trata de siempre mantener lo mismo, porque de lo contrario no se podr¨ªa progresar. Pero, justamente cuando hay esos cambios, uno tiene que darse o los tiempos, o la gradualidad, o el ejercicio pedag¨®gico suficiente para que ese proceso no sea dram¨¢tico.
Precisamente la falta de esos tiempos y el menoscabo en la gradualidad de la gobernaci¨®n es lo que sus m¨¢s acerbos cr¨ªticos le reprochan ahora. Frente a la Bachelet moderada del primer mandato, la Bachelet radical y populista del segundo, propalan. Lo cierto es que desde que lleg¨® de nuevo al poder, el 11 de marzo pasado, el Gobierno de Bachelet ha mantenido un trepidante ritmo en sus propuestas de cambio: una profunda reforma fiscal, una modificaci¨®n del sistema electoral, heredado de Pinochet, medidas para afrontar las deficiencias cr¨®nicas del pa¨ªs en energ¨ªa, una reforma radical del sistema educativo, no ¨²nicamente en su financiaci¨®n, sino tambi¨¦n en su estructura, desde la ¡°sala cuna¡± hasta la universidad.
Para antes de fin de a?o se espera una ley del aborto y una reforma laboral. Todo ello en medio de una desaceleraci¨®n econ¨®mica, que aunque ya empez¨® en los ¨²ltimos tiempos de su predecesor, se ha visto acentuada por la reciente debilidad econ¨®mica regional y global.
El Gobierno de Bachelet ha mantenido un trepidante ritmo en sus propuestas de cambio
A prop¨®sito de la reforma fiscal, la que m¨¢s ruido ha levantado, junto con la educativa, le pregunto a la presidenta si, como ella dec¨ªa antes, los tiempos fueron medidos. O si no lo fueron, si ello cre¨® tensiones innecesarias. La reforma se aprob¨® ¨²nicamente con los votos de la coalici¨®n de gobierno, y s¨®lo al final, ante la evidencia de que iba a pasar por el Senado sin cambios, se dieron conversaciones con la oposici¨®n, se aceptaron algunas de sus enmiendas y la ley sali¨® por consenso. Los empresarios, que siempre se mostraron contrarios al aumento tributario, acusaron la tensi¨®n y la incertidumbre. ?Se podr¨ªa haber enfocado de otra manera desde el principio, sin estos tres o cuatro meses de irritaci¨®n continuada?
¡ªQui¨¦n sabe. Tal vez si no hubiera pasado lo primero, no hubiera pasado lo segundo. Yo lo ¨²nico que quiero decir es que recib¨ª a todos los partidos ac¨¢, en este mismo sal¨®n, y a todos les dije lo mismo: si todos ustedes tienen propuestas ¡ªdesde el comienzo, no en la segunda parte, desde el principio¡ª, que mejoren la propuesta nuestra, pero que mantengan dos objetivos fundamentales que tiene la reforma: que junte 8.000 millones de d¨®lares [6.277 millones de euros] y que avance en equidad tributaria, [ap¨®rtenlas]. Esos dos criterios, si se mantienen, yo no tengo ning¨²n problema en recibir y escuchar. Y la verdad, es que no hubo una actividad tan inmediata de entrega de propuestas... A m¨ª me parece que uno puede siempre despu¨¦s evaluar si los tiempos fueron suficientes, si esto o lo otro, pero en lo concreto, en poco tiempo que era nuestro prop¨®sito, se logr¨® un acuerdo transversal y, probablemente, tal como se dieron las cosas permiti¨® que se diera un acuerdo transversal porque, entre otras cosas, qued¨® claro que nosotros ¨ªbamos a hacer la reforma tributaria. Hay un viejo dicho: nunca es el momento para una reforma tributaria porque o ¡°es que la econom¨ªa est¨¢ muy bien, para qu¨¦ va a necesitar una reforma tributaria¡± o ¡°la econom¨ªa est¨¢ desacelerada, c¨®mo va a hacer una reforma tributaria¡±. Yo creo que al final todos los grupos se dieron cuenta de que el pa¨ªs necesitaba ¡ªporque no somos un pa¨ªs populista, no somos un Gobierno populista¡ª ingresos permanentes para gastos que son permanentes.
Esos ingresos adicionales permanentes de los que habla la presidenta, 8.000 millones de d¨®lares, unos tres puntos porcentuales del PIB, llevar¨¢n la carga fiscal en Chile, sin contar con las contribuciones sociales, a un 23% del PIB, a¨²n por debajo de la media de los pa¨ªses de la OCDE, que es del 25%.
Chile tiene una renta per c¨¢pita de 23.000 d¨®lares, no muy lejos de Portugal o Grecia, pero con una profunda desigualdad
Es dinero necesario, seg¨²n Bachelet, para invertir en una mejor educaci¨®n que a medio y largo plazo mejore la competitividad de Chile, provea empleos m¨¢s cualificados y el pa¨ªs siga escalando en riqueza y bienestar como lo ha venido haciendo en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Tambi¨¦n para reducir la desigualdad, otra de las grandes batallas de Bachelet. Chile tiene una renta per c¨¢pita de 23.000 d¨®lares, no muy lejos de Portugal o Grecia, pero con una profunda desigualdad que la presidenta conf¨ªa en combatir tambi¨¦n con la reforma fiscal.
¡ªEs adem¨¢s una reforma gradual, del 2014 al 2018, dando tiempo para que se vayan adaptando las empresas, superseria y superresponsable. En el Gobierno no contamos con medios de comunicaci¨®n. Y por un lado los sectores que se pueden ver econ¨®micamente afectados por algunas de estas decisiones se inquietan si no conocen bien lo que queremos hacer y ad¨®nde vamos. Por otro lado, muchas veces la informaci¨®n que sale es una informaci¨®n que no es neutra y que no es muy prorreformas tampoco, y por lo tanto tambi¨¦n los ciudadanos empiezan a ver fantasmas y a asustarse. Hay gente que empieza a decir: quieren cerrar los colegios particulares.
En apenas d¨ªa y medio en Santiago, le comento, he escuchado varias cu?as en la radio convocando a una pr¨®xima manifestaci¨®n contra la reforma, en las que se asegura que su Gobierno quiere cerrar 1.500 escuelas con la reforma educativa.
¡ªPor eso le estoy diciendo que hay toda una campa?a del terror frente a estos cambios totalmente injustificada. Nosotros no queremos cerrar los colegios privados, no queremos que solamente haya escuelas p¨²blicas; pero lo que s¨ª queremos es que las escuelas que sean privadas garanticen calidad de educaci¨®n. De los colegios que son particulares, subvencionados, pero con fines de lucro, algunos son buenos; pero hay un grupo muy importante que, lamentablemente, cuando uno ve los estudios a largo plazo, muestran que tienen m¨¢s males incluso que los municipales p¨²blicos. Entonces, los recursos p¨²blicos que se est¨¢n gastando en importantes cantidades en esos lugares no est¨¢n sirviendo para que los j¨®venes tengan una educaci¨®n de calidad. El objetivo esencial es que la educaci¨®n se transforme de lo que es hoy d¨ªa, un bien de consumo y el que puede pagar paga la mejor que hay; y el que no puede, le toca la que le toca; o sea, municipal o particular subvencionada, que puede ser o no ser de buena calidad y no logra muchas veces que los chicos que pueden ser talentosos lleguen a la universidad. En la ¨¦poca de la dictadura, la educaci¨®n p¨²blica pas¨® a depender del municipio y si el municipio tiene recursos, puede tener unos liceos y escuelas estupendas con buenas tecnolog¨ªas; y si el municipio es pobre, pues se refleja tambi¨¦n en las escuelas. La primera gran decisi¨®n es que la educaci¨®n no puede seguir dependiendo de los municipios, pasa al Estado de Chile, vuelve al Estado, donde estaba previo a los a?os ochenta, en un sistema descentralizado, a nivel regional, provincial y local, pero es el Estado entonces el que garantiza los recursos y no depende ni de la voluntad del alcalde ni del valor que el alcalde le d¨¦ a la educaci¨®n.
Hay toda una campa?a del terror frente a estos cambios totalmente injustificada"
Cierta tensi¨®n se ha hecho evidente tambi¨¦n durante las ¨²ltimas semanas en el seno de la propia coalici¨®n de gobierno (Nueva Mayor¨ªa), que incluye desde los democristianos a los comunistas y otros grupos de izquierda m¨¢s o menos radical, una amalgama imposible de conjuntar en cualquier otro pa¨ªs sin el trauma de la dictadura de Pinochet, y en el que el mapa pol¨ªtico se define m¨¢s bien por la actitud que cada quien mantuvo ante el r¨¦gimen militar y no por el cl¨¢sico eje derecha-izquierda.
Un senador de la coalici¨®n gubernamental habl¨® de la necesidad de una retroexcavadora para acabar con los cimientos del modelo neoliberal implantado por la dictadura, y el reci¨¦n nombrado embajador chileno en Uruguay afirm¨®, a prop¨®sito de una serie de atentados de peque?a escala, que es la ¡°derecha empresarial¡± la que pone bombas en Chile y la derecha ¡°fascistoide¡± la que se opone a la reforma fiscal. Por si faltaba una guinda, se refiri¨® tambi¨¦n a las responsabilidades en el golpe de Estado de Pinochet de la Democracia Cristiana, hoy socio en el Gobierno. Si ya resulta dif¨ªcil gobernar con un espectro tan amplio, todo esto no ayuda mucho a sosegar los ¨¢nimos, le digo a Bachelet, con el riesgo a?adido de que la mayor¨ªa gubernamental, antes conocida como Concertaci¨®n, ahora Nueva Mayor¨ªa tras incorporar a los comunistas y a otros, vea c¨®mo su tradicional perfil de centro liberal moderado se difumina.
¡ªYo lo que le he pedido a todos los dirigentes pol¨ªticos es que seamos prudentes en nuestras declaraciones. Todo hombre puede tener opiniones personales y cada cual tendr¨¢ una evaluaci¨®n hist¨®rica de lo que fueron los procesos en Chile, ?no es verdad?, y el rol que cada cual jug¨®, que cada organizaci¨®n pol¨ªtica jug¨®, tanto los que est¨¢n hoy d¨ªa en el Gobierno como los que est¨¢n en la oposici¨®n. Lo que he pedido a todos es que busquemos aquellos elementos en los cuales tengamos acuerdos; y en los elementos que tengamos desacuerdos quiz¨¢ seamos capaces, con respeto, de enfrentar esas diferencias. Ahora, f¨ªjese que la otra vez yo cenaba con algunos empresarios y justamente hablaban de este tipo de declaraciones, y yo les dec¨ªa: ?y por qu¨¦ ustedes solo ven este tipo de declaraciones en gentes pertenecientes a la Nueva Mayor¨ªa? Porque si yo veo las declaraciones de gente de la oposici¨®n hay declaraciones tremendamente odiosas. Tremendamente odiosas.
Lo que he pedido a todos es que busquemos aquellos elementos en los cuales tengamos acuerdos"
¡ªUsted no dir¨ªa entonces que ahora el pa¨ªs est¨¢ m¨¢s polarizado que hace cuatro o que hace ocho a?os.
¡ªYo no creo que est¨¦ m¨¢s polarizado que hace cuatro o hace ocho a?os. Lo que yo creo que pasa es que al habernos planteado reformas que son estructurales hace que algunas gentes sientan incertidumbre. Pero yo le quiero decir que no es nuevo; y yo de partida voy a hacer todo lo posible por que no haya una polarizaci¨®n en nuestra sociedad m¨¢s all¨¢ de lo que es el sano y normal debate de ideas, que a veces puede ser apasionado debate pero que es eso; y voy a decir, mire debatamos, pero debatamos en serio, con respeto, con altura de miras, ?no es verdad? Porque yo aprend¨ª las lecciones del pasado y creo que la polarizaci¨®n extrema no ayuda a nadie. Habi¨¦ndole dicho esto, uno puede estar en los debates m¨¢s encarnizados, yo no s¨¦ si en Espa?a pasar¨¢ lo mismo, pero despu¨¦s uno se encuentra en una comida, una cena, y est¨¢n todos como: no hab¨ªa nada personal, esto es la pol¨ªtica, yo tengo que jugar este rol. Entonces yo no entiendo por qu¨¦; tal vez porque yo soy un marciano en esto. Yo viv¨ª la polarizaci¨®n [en los a?os setenta], la viv¨ª como estudiante universitaria. No estamos viviendo eso. Lo que s¨ª, y eso yo lo entiendo bien, lo que s¨ª nos obliga a hacer a nosotros como Gobierno es a ser mucho m¨¢s claros, expl¨ªcitos, a comunicar mejor lo que queramos hacer para que los grados de incertidumbre que puedan existir disminuyan y la gente pueda saber lo que queremos hacer. Ahora, muy distinto es que hay gente que no quiere cambiar las cosas; hay gente que quiere que todo quede tal como est¨¢n hoy e incluso cree que no hay desigualdad en Chile.
¡ªAntes de fin de a?o se presentar¨¢ la ley del aborto. ?Cu¨¢nto margen va a haber para que las mujeres tomen una decisi¨®n?
¡ªCuando uno es presidente de un pa¨ªs uno puede tener sus opiniones, su coraz¨®n puesto en un lugar. Pero tambi¨¦n uno se comprometi¨® con un programa de gobierno que fue el acuerdo al interior de una coalici¨®n pol¨ªtica. Yo como mujer, como m¨¦dico, como directora ejecutiva de ONU Mujeres siempre he planteado que me parece que las mujeres tenemos derechos en todos los ¨¢mbitos y que no se nos pueden restringir todos los derechos y que debi¨¦ramos tomar decisiones en todos los ¨¢mbitos. Esa es mi opini¨®n personal. Ahora, como Chile es un pa¨ªs que en esto tenemos a?os luz de poco avance, y porque nuestra coalici¨®n est¨¢ conformada por sectores diversos, yo me he comprometido con la despenalizaci¨®n del aborto terap¨¦utico en tres ¨¢mbitos: en el ¨¢mbito de las mujeres violadas, en el ¨¢mbito del riesgo vital para las mujeres y en el ¨¢mbito de los ni?os con malformaci¨®n cong¨¦nita que no tienen ninguna posibilidad de sobrevivir a eso. Esos son los tres ¨¢mbitos que yo mencion¨¦. Ahora, a m¨ª me parece que esto requiere un debate. Estamos analizando el proyecto de ley, pero yo quiero decir que m¨¢s all¨¢ de eso, me parece que permite debatir sobre un tema que en Chile no se ha debatido por mucho tiempo, permite tambi¨¦n abrir todo el tema de derechos de las mujeres.
¡ªSu primer viaje al extranjero fue a Argentina, y ah¨ª habl¨® de la necesidad de acercar la Alianza del Pac¨ªfico a Mercosur. ?Cree que ello es posible, o que incluso tenga alg¨²n sentido? Son dos alianzas tan distintas en sus planteamientos pol¨ªticos, comerciales, aduaneros, incluso legales...
¡ªMire, Chile es miembro activo de la Alianza del Pac¨ªfico. Parti¨® de mi predecesor y la verdad es que es una militancia muy positiva, muy ¨²til, creo de verdad que es muy pragm¨¢tica, no es una alianza pol¨ªtica; esto es una alianza comercial, aduanera, de libre tr¨¢nsito de bienes, de productos, de personas, superpr¨¢ctico, que acercar pol¨ªticas, aprovechar oportunidades de unos con otros, mirar cosas en conjunto. Lo que no se trata es de decir el Pac¨ªfico le da la espalda al Atl¨¢ntico; no. Esto no es una cosa excluyente, exclusiva. Yo le dir¨ªa: lo central es que yo no estoy por ning¨²n tipo de proceso que sea excluyente, que d¨¦ la espalda a otros pa¨ªses de la regi¨®n.
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