Las medidas de protecci¨®n frente al ¨¦bola empiezan a dar frutos
"La epidemia va por oleadas, con subidas y bajadas", advierte M¨¦dicos sin Fronteras
¡°Ahora sabemos lo que tenemos que hacer. Nos lavamos las manos con agua clorada varias veces al d¨ªa, cada vez que muere alguien llamamos para que el Gobierno se haga cargo y si una persona tiene fiebre o s¨ªntomas, no lo tocamos sin guantes o mascarilla¡±. Natanio Williams, ch¨®fer de 50 a?os, vio morir a su cu?ado de ¨¦bola y parece haber aprendido la lecci¨®n. Hablamos en Clara Town, uno de los barrios m¨¢s humildes de Monrovia, donde el virus ha encontrado terreno abonado en la pobreza. La adopci¨®n de estas medidas por parte de la poblaci¨®n es una de las claves para que, en las ¨²ltimas tres semanas, se haya producido, por fin, un descenso en las cifras de contagios en Liberia, el pa¨ªs m¨¢s afectado, que parece estar ganando sus primeras batallas a la enfermedad. Los datos muestran un descenso del ritmo de propagaci¨®n del virus. En septiembre los afectados aumentaron un 168%, seg¨²n los datos de la OMS; en octubre lo hicieron un 76%, y el Gobierno ha afirmado que tiene camas libres en los centros de tratamiento.
Clara Town (16.000 habitantes) es un abigarrado conjunto de casas. Casi nadie tiene ba?o, ni agua corriente ni electricidad. En muchas zonas del barrio hay que caminar sobre tablones porque las lluvias de los ¨²ltimos meses lo han dejado todo convertido en un inmenso lodazal con charcos aqu¨ª y all¨¢ donde los mosquitos y la malaria proliferan. Pero hace solo dos meses era el virus ¨¦bola quien campaba a sus anchas.
Helena Nagb¨¦, de 42 a?os, vio morir a sus dos progenitores y a tres hermanos. Ella misma estuvo ingresada en el centro para enfermos de ¨¦bola y ha perdido pr¨¢cticamente la visi¨®n de su ojo izquierdo despu¨¦s de que desinfectaran una sala con ella dentro. Tras sufrir el estigma de sus vecinos, que no quer¨ªan ni acerc¨¢rsele, ahora es una de las personas m¨¢s combativas de la comunidad. ¡°Mis hijos se lavan las manos todo el tiempo, no quiero que nadie m¨¢s de mi familia muera de esa manera. El ¨¦bola ya no nos va a coger desprevenidos¡±, dice.
En su casa, de dos habitaciones, viv¨ªan 18 personas. Cinco ya no est¨¢n. Por enfrente tambi¨¦n pas¨® el ¨¦bola. All¨ª viv¨ªa Annie Nadoe, que, al ver enfermar a sus vecinos, acudi¨® a echar a una mano y muri¨® tambi¨¦n. Voluntarios de Oxfam han venido hasta este barrio para repartir cubos en los que mezclar el agua y el cloro y a recordar las medidas que deben adoptarse para evitar la transmisi¨®n. Naomi Koli, vecina de Clara Town y joven estudiante que quiere ser enfermera, es una de esos voluntarios. ¡°Se ponen muy contentos cuando nos ven aparecer, nos hacen muchas preguntas. Nosotros les decimos que no coman carne de mono y les traemos material para prevenir la enfermedad. Aqu¨ª la gente no tiene nada, no tiene dinero para ir al hospital ni para comprar jab¨®n o cloro¡±, dice Koli.
En el centro de tratamiento de MSF el descenso de ingresos ha sido notable. Hace tres semanas ingresaron 120 casos; la ¨²ltima, 50
A varios kil¨®metros de Clara Town, en el centro de tratamiento de enfermos de ¨¦bola Elwa 3, gestionado por M¨¦dicos sin Fronteras, el descenso de ingresos ha sido notable. Hace tres semanas ingresaron 120 nuevos casos confirmados, la siguiente semana fueron 80 y la ¨²ltima 50. Y es algo que est¨¢ ocurriendo en todos los centros de Monrovia.
Bernadette Gergonne, epidemi¨®loga de M¨¦dicos sin Fronteras, cree que hay tres razones que lo explican: ¡°En primer lugar, sin duda, est¨¢ el intenso trabajo de Promoci¨®n de la Salud que est¨¢ provocando una modificaci¨®n de las conductas como lo de lavarse las manos o evitar los contactos; luego est¨¢ el hecho de que en septiembre se abrieron dos grandes centros, lo que hizo que pr¨¢cticamente todos los enfermos de los que hab¨ªa noticia fuera aislados de manera correcta y se evitaron nuevos contagios; y, en tercer lugar, el decreto presidencial prohibiendo los funerales y obligando a incinerar los cad¨¢veres¡±.
Sin embargo, Gergonne advierte contra el triunfalismo. ¡°La transmisi¨®n va a seguir durante mucho tiempo, probablemente meses. Hemos visto que la epidemia funciona por oleadas y tiene subidas y bajadas¡±, explica. A las ya existentes se sumaron esta semana las 300 del centro de Congo Town, el m¨¢s grande construido jam¨¢s para tratar a enfermos de ¨¦bola, donde trabajan desde el lunes un grupo de m¨¦dicos cubanos junto a doctores locales. A juicio de Gergonne, ahora que Monrovia parece contar con camas suficientes para enfermos de ¨¦bola, la estrategia a seguir es estar muy pr¨®ximos a las comunidades para que pueda haber una detecci¨®n precoz y un r¨¢pido aislamiento del enfermo. ¡°A¨²n hay cadenas de transmisi¨®n ocultas, no podemos despistarnos¡±, dice.
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