Primero Palestina

Ausente y dividida. As¨ª est¨¢ la Uni¨®n Europea respecto a las principales crisis que afectan al mundo. El cambio de guardia en Bruselas, con la llegada de la nueva Comisi¨®n que preside Jean-Claude Juncker, no pod¨ªa coincidir con un momento m¨¢s bajo en la capacidad de acci¨®n europea en el escenario internacional. Los cinco a?os de Catherine Ashton al mando de la pol¨ªtica exterior terminan de forma tan mediocre como empezaron y como resultado de la apuesta por una opci¨®n de bajo perfil, acomodada a las conveniencias t¨¢cticas de los pa¨ªses socios y complaciente con el protagonismo y los intereses de los grandes ministerios de Exteriores de los tres grandes, Alemania, Francia y Reino Unido.

La se?ora Ashton se va, a pesar de todo, con dos ¨¦xitos diplom¨¢ticos que nadie le puede discutir. El primero es la firma en 2013 del acuerdo entre Serbia y Kosovo de normalizaci¨®n de relaciones, a los 14 a?os del final de la ¨²ltima guerra balc¨¢nica; y el segundo la obtenci¨®n, tambi¨¦n el pasado a?o, del acuerdo provisional entre Ir¨¢n y el grupo P5+1 (los cinco miembros del Consejo de Seguridad, es decir, Francia, Reino Unido, Rusia, Estados Unidos y China, m¨¢s Alemania) sobre el programa nuclear iran¨ª. Durante su mandato se ha puesto en marcha el Servicio de Acci¨®n Exterior Europea, que ya es la mayor instituci¨®n de representaci¨®n diplom¨¢tica internacional, al menos cuantitativamente, aunque sigue siendo una mera promesa in¨¦dita en cuanto a brazo de acci¨®n de una UE que por el momento no aspira a jugar pol¨ªticamente como tal en la cancha global.

El mayor fracaso de Ashton corresponde, en todo caso, a quienes la nombraron. Su modesto perfil, su escasa ambici¨®n y su nula experiencia diplom¨¢tica anterior explican sus reflejos tard¨ªos y mortecinos en el estallido de la Primavera ?rabe o ante la brutal aparici¨®n del Estado isl¨¢mico en Irak y Siria. Es en estos casos cuando m¨¢s contrasta su labor con la de su antecesor, Javier Solana, cuando este ocupaba un cargo todav¨ªa dotado de menos capacidades e instrumentos de acci¨®n, pero del que sac¨® mayor visibilidad y protagonismo para la UE.

La italiana Federica Mogherini tiene, como Solana, experiencia de ministra de Exteriores, pero muy corta, solo de ocho meses, aunque ya es mucho comparado con Ashton; y, a diferencia de su antecesora, ha entrado pisando fuerte, como se ha visto en la entrevista concedida a Luc¨ªa Abell¨¢n, de EL PA?S, junto a cinco peri¨®dicos europeos m¨¢s, justo en el momento en que se instala la nueva Comisi¨®n, de la que ella es tambi¨¦n vicepresidenta. La nueva se?ora Europa quiere que dentro de su mandato, antes de 2019, Palestina se convierta en un Estado en pleno funcionamiento, en paz con Israel y reconocido por todos, incluida por supuesto la Uni¨®n Europea, que es el primer socio comercial y el primer donante.

Son muchos los signos de maduraci¨®n de posiciones europeas respecto a Palestina. Suecia es el primer socio de la UE que reconoce plenamente al Estado de Palestina, no meramente a la Autoridad Nacional, como resultado de la llegada al Gobierno de un partido que llevaba tal medida en su programa electoral y lo hace con la voluntad expl¨ªcita de que cunda el ejemplo. Se a?ade a los siete socios que ya lo reconoc¨ªan con anterioridad a su incorporaci¨®n a la Uni¨®n: Polonia, Chequia, Hungr¨ªa, Ruman¨ªa, Bulgaria, Malta y Chipre. Una oleada de peticiones de reconocimiento est¨¢ avanzando en los parlamentos europeos, empezando por el m¨¢s acreditado y veterano, el de Westminster, y siguiendo por el Senado irland¨¦s. Y todo ello, fruto del clima desesperante de unas negociaciones de paz bajo patrocinio de Washington siempre fracasadas antes de empezar, unos ciclos de violencia b¨¦lica devastadores que se suceden casi con precisi¨®n matem¨¢tica y la constante e imparable ampliaci¨®n de la colonizaci¨®n en Jerusal¨¦n y Cisjordania.

Con este ya son dos los mensajes fuertes que emite la nueva Comisi¨®n. De puertas adentro, el plan Juncker de invertir 300.000 millones para evitar una reca¨ªda en la recesi¨®n, y de puertas afuera, la idea de una dr¨¢stica renovaci¨®n de la pol¨ªtica exterior europea que incida en Oriente Pr¨®ximo justo cuando Estados Unidos ya se ha retranqueado y las potencias regionales ¡ªTurqu¨ªa, Ir¨¢n y Arabia Saudita fundamentalmente¡ª pugnan entre s¨ª para mejorar sus posiciones en el nuevo paisaje geopol¨ªtico. Mogherini explic¨® esta nueva orientaci¨®n en su primera entrevista y esta misma semana tiene su primer viaje, que es exactamente a Israel y Palestina. Un comienzo verdaderamente program¨¢tico. A seguir.