La sociedad civil se echa a la calle

¡°?Por qu¨¦-por qu¨¦-por qu¨¦ / por qu¨¦ nos asesinan / si somos la esperanza / de Am¨¦rica Latina?¡±, cantan los estudiantes. ¡°?Ayotzi vive, Ayotzi vive, Ayotzi vive y vive-la lucha sigue y sigue!¡±. El predominio de los estudiantes ha sido abrumador frente a la presencia a¨²n discreta del ciudadano medio, del trabajador, del funcionario, del profesional liberal, de familias, aquellos sectores que, unidos al creciente impulso estudiantil, podr¨ªan hacer que las protestas actuales alcanzasen un nivel mayor de masa cr¨ªtica. La indignaci¨®n es notable y masiva, pero parece que de momento no ha roto diques.

¡°Este caso ha removido conciencias, pero todav¨ªa no es suficiente la respuesta", dice Ilda Rosales, una profesora de 52 a?os que participa en la marcha con su hija Silvana, estudiante de cine. Detr¨¢s de ellas avanza una pancarta blanca con grandes letras negras en la que se lee: ¡°El Estado ha muerto¡±. Silvana explica que los muchachos que llevan ese cartel son parte del ¡°contingente¡± de escuelas de arte -un concepto organizativo que remite m¨¢s a la disciplina marcial que a la rebeld¨ªa social, pero as¨ª se organizan las marchas masivas en M¨¦xico: por contingentes-. Su madre opina que falta que m¨¢s gente de su generaci¨®n se sume al movimiento, y cree que una de las razones de que eso no ocurra a¨²n en mayor medida se debe a que a trav¨¦s de la televisi¨®n, el medio de m¨¢s influencia en todo el pa¨ªs, se transmite ¡°un discurso de conformismo y pasividad¡±.

¡°Aqu¨ª estamos, peg¨¢ndole. Ayotzinapa est¨¢ abri¨¦ndole los ojos a mucha banda¡±, dice Ana, estudiante de 16 a?os de Procesos Industriales en el Instituto Polit¨¦cnico, un centro p¨²blico de tradici¨®n reivindicativa, como demostr¨® en octubre con una serie de marchas en contra de la reforma educativa del actual Gobierno, que acabaron provocando que el Secretario de Gobernaci¨®n, Miguel ?ngel Osorio Chong, bajase de su despacho a la calle para atender sus reclamos. A la izquierda de Ana hay un peque?o cartel en manos de otra joven: ¡°Seguimos en pie, por la sangre de nuestros compa?eros¡±.

Las marchas no est¨¢n siendo canalizadas por partidos pol¨ªticos. El caso Iguala, ocurrido en la zona de Guerrero, un Estado gobernado por la izquierda, el PRD, dentro de una Rep¨²blica dirigida por un partido de centro, el PRI, ha potenciado en la opini¨®n p¨²blica la idea de que la corrupci¨®n que aqueja al pa¨ªs hunde sus ra¨ªces en todas las formaciones.

A la cabeza de la marcha est¨¢n los alumnos de la mayor universidad p¨²blica de M¨¦xico, la UNAM; los del Instituto Polit¨¦cnico, las escuelas de Magisterio rurales y los de la Universidad Iberoamericana, un prestigioso centro privado. Estas universidades han decidido hacer paros desde este mi¨¦rcoles hasta el viernes. El movimiento tambi¨¦n incluye organizaciones sociales, sindicatos, colectivos de artistas o miembros cr¨ªticos de la Iglesia.

Sobre las siete de la tarde la manifestaci¨®n lleg¨® al Z¨®calo y ah¨ª hablaron los familiares de los desaparecidos, que vienen y van desde la Escuela Normal de Ayotzinapa (donde estudiaban los desaparecidos) hasta la capital de la Rep¨²blica para reforzar con su presencia los actos de protesta. Unas ocho horas de camino ida y vuelta para tratar de que M¨¦xico no pierda el pulso de la tragedia. Detr¨¢s del estrado principal estaba sentado V¨ªctor Alfonso, 16 a?os, hermano de uno de los desaparecidos, Jes¨²s Govany Rodr¨ªguez Tlatempa. ¡°Me siento con mucho rencor. Sobre todo con el presidente Abarca¡±, dice aludiendo al exalcalde de Iguala reci¨¦n detenido. ¡°A veces me siento adolorido porque no tengo cerca a mi hermano. Quiero ir a buscarlo. O matar al que le hizo eso a mi hermano¡±.